Categoría: ciudades resilientes
(Spoiler: el enlace directo al curso que he elaborado y del que hablo en este artículo es este: «Curso de Agenda Urbana Local 2030. Ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles»).
Recuerdo cuando estaba en la Escuela de Arquitectura de Madrid, cuando mi primer profesor de urbanismo, José Fariña, nos hablaba de cómo hacer ciudad. A pesar de haberme especializado finalmente en edificación, siempre me acuerdo con mucho cariño de todo lo que aprendí en sus clases y mantengo una mirada urbana multiescala en todos nuestros proyectos al integrar naturaleza y arquitectura. Hoy, todavía sigo sus enseñanzas a través de sus innumerables escritos y artículos de su blog y, cuando tengo ocasión, comparto este aprendizaje.
Mientras preparaba este texto y buscaba el enlace de su página para vincularlo a su nombre, me he topado con el último post que ha escrito: “Cambiar los planes de urbanismo”, no he podido resistirme y he tenido que parar de escribir para leerlo. Entre otros aspectos menciona la necesidad de adecuar el planeamiento y la normativa a una situación cambiante tanto a escala como a localización, pues el “territorio, el clima, la cultura de cada sitio son muy diferentes” (Fariña, 2023).
Al mismo tiempo, menciona que un enfoque local, no se debería obviar las necesidades de un territorio más amplio como el planetario y que las decisiones deberían incluir a una ciudadanía previamente informada y educada: “información + educación = participación no demagógica”.
Durante toda su lectura no he podido evitar acordarme de la Agenda Urbana Española (AUE) como herramienta de cambio para replantearnos nuestras ciudades. Se trata de una estrategia que aterriza otras agendas que van de la escala global a la europea:
- La Agenda 2030
- La Nueva Agenda Urbana
- La Agenda Urbana de la Unión Europea
Como no podía ser de otra forma, descubrí hace unos años la Agenda Urbana Española en otro de los artículos de José Fariña y con ella la posibilidad de que cada uno de los municipios, realice su propia Agenda Urbana Local, más adaptada si cabe a sus necesidades.
Foto: José Soria | Fuente: Unsplash
Una herramienta de cambio para nuestras ciudades
La Agenda Urbana Española, es un documento estratégico sin carácter normativo alineado con las Agendas Urbanas Internacionales que promueve un modelo urbanístico basado en el ODS 11 Ciudades y comunidades sostenibles que apunta ir a ciudades sostenibles, resilientes, inclusivas y seguras. Trata de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, pues es ésta la que debe impulsar cualquier política de desarrollo.
Es un documento inspirador y transversal que trata de conservar la mejor versión de nuestros pueblos y ciudades. Traslada conceptos básicos respaldados de manera internacional, tiene en cuenta las demandas de la ciudadanía y necesita una implantación local.
Apuesta por:
- Aprender de los errores.
- Saber encontrar buenas prácticas.
- Aplicar las buenas prácticas.
Establece un abanico de políticas urbanas sociales, económicas y medioambientales para entornos tanto urbanos como rurales, pues no se olvida de la despoblación (Gobierno de España. Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, 2019, p. 15).
Está estructurada en 10 temáticas que incluyen:
- 10 objetivos estratégicos
- 30 objetivos específicos
- 291 líneas de actuación
Las 10 temáticas son:
- Territorio, paisaje y biodiversidad
- Modelo de ciudad
- Cambio climático
- Gestión sostenible de recursos y economía
- Movilidad y transporte
- Cohesión social e igualdad de oportunidades
- Economía urbana
- Vivienda
- Era digital
- Instrumentos
Asociadas a estas temáticas, están los siguientes 10 objetivos estratégicos:
- Ordenar el territorio y hacer un uso racional del suelo, conservarlo y protegerlo.
- Evitar la dispersión urbana y revitalizar la ciudad existente.
- Prevenir y reducir los impactos del cambio climático y mejorar la resiliencia.
- Hacer una gestión sostenible de los recursos y favorecer la economía circular.
- Favorecer la proximidad y la movilidad sostenible.
- Fomentar la cohesión social y buscar la equidad.
- Impulsar y favorecer la Economía Urbana.
- Garantizar el acceso a la vivienda.
- Liderar y fomentar la innovación digital.
- Mejorar los instrumentos de intervención y gobernanza.
La Agenda Urbana Española, necesita adaptarse a cada localidad, así que cada municipio puede elaborar su propia Agenda Urbana Local basada en la española.
Recorrido por la Agendas | Infografía: cómo crear historias
La Agenda Urbana Local y su hoja de ruta
Para poder elaborar e implementar la Agenda Urbana en tu localidad, necesitas trabajar con un equipo multidisciplinar que incluya desde el principio a la ciudadanía y al resto agentes que hacen ciudad.
Para organizar los trabajos, te puedes basar en la estructura de la propia Agenda Urbana Española e ir adaptándola según se vaya desarrollando el proceso de elaboración.
En base a mi experiencia en procesos de participación, tanto a nivel práctico como académico, he identificado 7 fases que te pueden guiar para elaborar la de tu localidad:
Fase 1. La infraestructura de participación
- Traza un mapa de agentes sociales: es un primer paso, un buen trazado puede significar el éxito de la elaboración e implementación. La Agenda Urbana la crea un grupo de personas que colaboran para conseguir un objetivo común, y este grupo tiene que diseñarse con sumo cuidado. Localiza los agentes necesarios sin olvidarte de identificar en primer lugar, a las personas que querrían poner en marcha la Agenda Urbana.
- Elabora un plan de comunicación para transmitir la necesidad de elaborar e implementar una Agenda Urbana Local en tu entorno. Asegúrate de crear un texto o una documentación motivadora y atractiva.
- Crea un plan de participación: hazte con un kit de herramientas participativas con las que quieras involucrar a los agentes sociales en cada una de las fases. No te olvides de incluir un cronograma.
Fase 2. La búsqueda de información
- Busca los datos descriptivos específicos de tu localidad, puedes usar el Atlas Digital de las Áreas Urbanas, te ayudará en esta tarea.
- Investiga si existen documentos relacionados ya elaborados: todas las localidades tienen su trayectoria a la hora de implementar planes o realizar estudios y seguro que la tuya no es la excepción. Busca, pregunta, seguro que puedes hacerte con una buena colección y construir una bibliografía clasificada y etiquetada.
- Localiza acciones implementadas o en marcha: todas las ciudades cuentan con acciones, localiza las que tienen que ver con los objetivos de la Agenda Urbana Española y clasifícalos.
- Crea una base de datos con toda la información.
Fase 3. El diagnóstico
- En base a la información y el trabajo realizado en las fases anteriores, analiza la situación actual mediante un análisis participativo de diagnóstico. Puedes usar un DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades).
Fase 4. La identificación de los objetivos
- Analiza los objetivos estratégicos y específicos de la Agenda Urbana Española y en base a la información recogida en las anteriores fases, identifica mediante dinámicas de diagnóstico participativo los objetivos propios de tu localidad.
Fase 5. El Plan de Acción
Con el diagnóstico y la identificación de los objetivos, ya podéis elaborar el Plan de Acción:
- Mediante dinámicas de participación, elabora documentación donde quede reflejada toda la información.
- Crea conexiones entre proyectos existentes, en marcha y las nuevas propuestas del Plan de acción.
- Crea un cronograma de acción.
Fase 6. La evaluación y seguimiento
Elaborado el plan de acción, es necesario implementar un sistema de indicadores que ayuden a evaluar las mejoras introducidas y a establecer un adecuado seguimiento donde se incluyan los datos previos de partida, antes y después de implementar el Plan de Acción:
- En base a los objetivos específicos, diseña un sistema de indicadores que incluya las operaciones o procedimientos para obtener los datos.
- Toma los datos de inicio antes de implementar las acciones, así podrás comprobar el grado de mejora y ajustar mejor las medidas.
Fase 7. La ejecución
- Haz realidad el Plan de Acción, busca financiación y subvenciones. A medida que se vayan ejecutando las medidas, podrás llevar el seguimiento de las mejoras mediante los indicadores diseñados.
- A medida que se vayan construyendo y poniendo en práctica el plan de acción, se van recogiendo datos mediante el sistema de indicadores y por lo tanto, se puede reiniciar el ciclo en la fase de diagnóstico para ajustar la Agenda Urbana Local.
Hoja de ruta de una Agenda Urbana Local | Infografía: cómo crear historias
¿Te has quedado con ganas de más?
¿Sabrías coordinar y elaborar una Agenda Urbana Local? Como ves, es un proceso apasionante, muy complejo y laborioso que implica un trabajo multidisciplinar que es necesario sistematizar.
Cuando desde ADR Formación me invitaron a diseñar un curso e-learning y me comentaron que tenían mucha demanda en temas que vinculasen la Agenda 2030 con el urbanismo, no lo dudé y vi que era mi oportunidad para contribuir a hacer una ciudad más saludable en muchos aspectos y me lancé a crear el curso “Agenda Urbana Local 2030. Ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles” que tiene una duración de 40 horas, distribuidas en:
- 12 unidades
- 16 prácticas
- 108 min de video (sí, ¡me he grabado! toda una experiencia que ha dado rienda suelta a mi imaginación)
- 12 test de evaluación
Anillo Verde, Vitoria Gasteiz | Fotografía: Mario Roberto Duran Ortiz | Fuente: Wikimedia Commons
¿Para quién?
Está dirigido a agentes de desarrollo local que hacen ciudad, que trabajen tanto en el sector público como en el privado: trabajadores del Ayuntamiento y otras Administraciones públicas, sociedad civil que incluye al sector privado, tercer sector, profesionales, universidad, asociaciones, organizaciones y ciudadanía como destinatarios y potenciales usuarios de la ciudad y que tengan interés en mejorar su entorno y hacerlo más inclusivo, seguro, resiliente y sostenible.
Fotografía: Ryutaro Tsukata| Fuente: Pexels
Una guía de urbanismo contemporáneo
Como todo lo que merece la pena, ha sido una labor intensa y por fin os puedo presentar el curso como se merece.
Más allá de aprender a elaborar una Agenda Urbana Local con este curso, también descubrirás una fantástica guía de urbanismo contemporáneo y la manera de hacer ciudad con una mirada transversal que es consciente de la emergencia climática en la que estamos inmersos.
La Agenda Urbana, además, incorpora a la ciudadanía en su elaboración, así que incluyo herramientas para crear una infraestructura de participación que será útil para éste y otros trabajos donde sean necesarias herramientas para un trabajo colaborativo, con mapas de agentes sociales, un plan de comunicación y de participación.
Junto a la infraestructura, os acompaño a través de una hoja de ruta que te ayudará lo largo del proceso.
Casares, España | Fotografía: Francisco Moreno | Fuente: Unsplash
Urbanizamos el mundo de manera acelerada e inadecuada y esto provoca una grave alteración en nuestro entorno.
Las ciudades son receptoras y generadoras de cambio climático así que tienen un papel estratégico a la hora de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Necesitamos aterrizar y hacer realidad las metas globales de la Agenda 2030 para abordarlas de manera local.
Desde la Agenda Urbana Local, podréis crear una estrategia transversal que articule actuaciones a implementar desde una aproximación social, medioambiental y económica. Además de ser un documento clave para solicitar ayudas y subvenciones.
Es urgente adaptar nuestras ciudades, nos quedamos sin tiempo.
Pasemos a la acción ¿te animas?
Fotografías e infografías:
Foto: Jose Soria | Fuente: Unsplash
Recorrido por la Agendas | Infografía: cómo crear historias
Hoja de ruta de una Agenda Urbana Local | Infografía: cómo crear historias
Anillo Verde, Vitoria Gasteiz | Fotografía: Mario Roberto Duran Ortiz | Fuente: Wikimedia Commons
Fotografía: Ryutaro Tsukata | Fuente: Pexels
Casares, España | Fotografía: Francisco Moreno | Fuente: Unsplash
Tokio, Japón | Fotografía: Jezael Melgoza | Fuente: Unsplash
Bibliografía
Fariña, J. (2023, enero 3). Cambiar los planes de urbanismo. El Blog de José Fariña. https://elblogdefarina.blogspot.com/2023/01/cambiar-los-planes-de-urbanismo.html
Gobierno de España. Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. (2019, 22). Agenda Urbana Española.
Tokio, Japón | Fotografía: Jezael Melgoza | Fuente: Unsplash
Muchos estamos pensando en el después, en cómo será la nueva normalidad post-pandemia y cómo estar preparados ante nuevos episodios o desastres que puedan surgir.
La palabra que continuamente me viene a la mente es “resiliencia”. Veamos que significa según la RAE:
“1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
2. f. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.” (RAE, 2020)
Desde que se inició la crisis del coronavirus, hemos puesto a prueba la resiliencia de nuestras ciudades y espacios desde la flexibilidad. Nuestras viviendas son ahora colegios, oficinas, bares, restaurantes, calle donde manifestarse y pasear. Es también una especie de espacio público donde nos relacionamos con los demás y con el entorno, un espacio de fuga del que ya hablamos; los Hoteles, residencias e IFEMA (feria de Madrid) se han transformado en hospitales; el Palacio de Hielo y Instituto Anatómico forense de la Ciudad de la Justicia en Madrid asumen funciones de morgue.
¿Tiene nuestro sistema suficiente resiliencia para afrontar la situación? Cuando podamos salir de nuestras casas, no volveremos a la normalidad si no a un nuevo día a día muy dañado que tendremos que sanar. Necesitaremos construir una nueva realidad resiliente si queremos sobrevivir como especie. Esto es un aviso, advierte Eudald Carbonell, la próxima vez será el colapso de la especie (Redacción La Vanguardia, 2020). En la base de esa resiliencia tendrá que estar la cooperación y el apoyo mutuo por encima de la competitividad.
Hace años, Michael Tomasello se preguntó desde las ciencias cognitivas “¿qué es lo que nos hace específicamente humanos?” y comprobó que lo que distingue a la naturaleza humana del resto es su tendencia innata a cooperar (Tomasello, 2010). Confío que así sea, que cooperemos y nos apoyemos cuando tengamos que construir esa nueva normalidad. La buena noticia es que así está siendo durante el confinamiento. Están aflorando grandes redes de apoyo mutuo con los recursos de los que cada persona o empresa dispone.
Tenemos el caldo de cultivo perfecto, así que ¿cómo hacer que el sistema sea resiliente? y en definitiva ¿cómo desarrollar espacios y ciudades resilientes? que es el ámbito que conocemos como profesionales de la arquitectura y el paisaje.
Para contestar, tengo que volver atrás y hablaros de los elementos del caos, como los denomina David Wallace-Wells, pues son los que están ocasionando y ocasionarán toda una colección de desastres, según nos advierte (Wallace-Wells, 2019). Empecemos por el principio:
(Foto de Lucas Pezeta en Pexels)
Los elementos del caos en un planeta inhóspito
“El calentamiento global no es un solo culpable; es toda una conspiración” (Wallace-Wells, 2019)
Llevamos tiempo dedicados a la integración de la naturaleza en el entorno, así que nos hemos ido poniendo en contacto con un gran número personas procedentes de otras disciplinas afines: ingeniería agronómica, forestal y de montes, psicología ambiental y social, geografía, ambientología, paisajismo, biología… Con ellos estamos trazando una amplia red de colaboración, además de enriquecer nuestros conocimientos.
Lo curioso es que desde el año pasado, mencionaban como referente el libro del historiador y periodista David Wallace-Wells: “El planeta inhóspito” (Wallace-Wells, 2019) siempre acompañado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Por supuesto, en cuanto pude, me hice con él y comencé a leerlo, a llenarlo de señaladores y a subrayarlo con gran avidez, tal como hago todos los libros de teoría que caen en mis manos y que son míos, claro. Los que me conocen saben que los libros y las plantas son mi gran obsesión. He de confesar que todavía no lo he terminado de leer, me está costando mucho avanzar a través de sus páginas llenas de amenazas para nuestro entorno y que tienen su origen en el cambio climático. Está formado por cuatro partes y tan solo llevo leídas las dos primeras: los efectos en cascada que ocasiona el calentamiento global a través de circuitos que se retroalimentan (Wallace-Wells, 2019, p. 33) y los elementos del caos, que se desencadenan también por ese calentamiento global y están interconectados (Wallace-Wells, 2019, p. 51). Uno de estos elementos precisamente es la pandemia, una causa indirecta del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Fernando Valladares nos advierte que «si no sanamos el clima, volveremos a enfermar»:
“Hace quince años se aportaron las primeras indicaciones científicas sobre la función protectora de la biodiversidad. Gracias a efectos como la dilución de la carga vírica y la amortiguación del contagio, la biodiversidad es una inmensa y eficaz barrera para las zoonosis.”
(…)
Una naturaleza sana, de ecosistemas funcionales y ricos en especies nos protege de una manera muy amplia ante infecciones por patógenos. No solo a través de la biodiversidad. Por ejemplo, la naturaleza puede frenar el polvo del desierto y reducir la contaminación atmosférica, dos vehículos que propagan virus y que acentúan los síntomas respiratorios en los pacientes afectados por la COVID-19.” (Valladares, 2020)
(Foto de Tim Marshall on Unsplash)
Biodiversidad para crear espacios y ciudades resilientes
La biodiversidad es nuestro escudo protector frente a la propagación de virus, afirmación que también recoge el artículo “La lucha contra el coronavirus es también la climática” de Guadalupe Bécares (Bécares, 2020)
Es más, me atrevo a afirmar que la biodiversidad es el escudo protector frente al cambio climático, nuestro gran recurso para hacer nuestros espacios y ciudades más resilientes, de ahí nuestro interés en integrar la naturaleza en la arquitectura y desde Naciones Unidas lo confirman. En el año 2012, elaboraron un manual sobre cómo desarrollar ciudades más resilientes, escrito para líderes de gobiernos locales (Naciones Unidas, 2012). Pues bien, en este manual enumeran diez acciones esenciales para lograr ciudades resilientes frente a diversos factores de riesgo y desastres. Una vez más, una de estas acciones es precisamente la protección de la biodiversidad como factor vinculado a la resiliencia.
Con esto no trato de decir que el fomento de la biodiversidad sea la única solución de las que disponemos para no llegar a situaciones como esta pandemia que estamos sufriendo, es tan sólo una de las acciones que podríamos plantearnos introducir. Todos los esfuerzos suman.
(Foto de Ivan Bandura on Unsplash)
Naturaleza y arquitectura para fomentar la biodiversidad: estrategias
En cuanto nos sea posible, tenemos que continuar orientando nuestros esfuerzos en adaptarnos y mitigar el cambio climático con más intensidad si cabe para incrementar así la biodiversidad y hacer frente a los elementos del caos generados por el cambio climático que enumera Davis Wallace-Wells, conseguiremos beneficiarnos de sus servicios ecosistémicos y tendremos espacios y ciudades más resilientes.
La manera que tenemos en cómo crear historias de crear esa resiliencia es a través de soluciones basadas en la naturaleza y de la renaturalización urbana, a través de diferentes estrategias. Es difícil hacer un listado de estrategias, pues todas están interrelacionadas. Os muestro algunas para que entendáis de que estamos hablando:
(Foto de Markus Spiske on Unsplash)
01. Conexión flexible con el entorno
Cuando superemos la crisis va a ser necesario que nos rodeemos de más naturaleza y que hagamos más flexibles nuestros espacios en las diferentes escalas interrelacionadas (ciudad, barrio y edificio) para poder adaptarnos a una situación en continua transformación a posibles episodios adversos. Tras haber estado tanto tiempo sin poder salir de nuestras casas, la relación con el exterior será vital. Necesitaremos que nuestros espacios puedan abrirse para entrar en contacto con el entorno y que crezcan hacia el exterior, así que será vital dotarlos de naturaleza.
Estrategias como las que se plantean desde el plantscaping, creando jardines en los espacios interiores en paralelo a la incorporación de infraestructura verde en el exterior, ayudan a crear esa continuidad espacial que hacen olvidar que estas encerrado en un interior.
(Vista general de “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos)
02. Corredores ambientales
Al integrar la naturaleza en el medio construido hacemos posible la conexión entre espacios verdes y la generación de corredores ambientales que den continuidad y fomenten una biodiversidad autóctona que nos proteja. El medio construido, tanto edificios como el espacio entre ellos, tiene que ser capaz albergar todo un ecosistema con flora y fauna autóctona, en la medida de lo posible y sin generar molestias. La creación de corredores ecológicos integrados en la ciudad mantienen la composición, estructura y función del paisaje que unen y que hace posible los desplazamientos de la fauna y así hacer posible una mayor diversidad.
(Foto de Zulian Yuliansyah en Pexels)
03. Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible
Los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible, contribuyen a la renaturalización de los espacios al restaurar el ciclo natural del agua en las ciudades, al no impermeabilizar el suelo, con pavimentos permeables y superficies vegetales que hagan posible el crecimiento de flora espontánea, que es precisamente la mejor adaptada a su entorno y la que requiere menos recursos para su mantenimiento.
(Foto de Daniel Lazarov en Pexels)
04. Infraestructura que favorezca la presencia de flora y fauna autóctona
Los espacios exteriores y edificios pueden acoger además de flora, fauna local si se tiene en cuenta su presencia y se resuelven los posibles conflictos que puedan ocasionar. Si se incluye la vegetación en sus fachadas (a través de muros verdes o plantas trepadoras), cubiertas, espacios exteriores, o incluso se integran en los edificios nidos adaptados a las especies autóctonas (con pequeños diámetros de apertura que eviten la presencia de especies invasoras como las palomas) pueden acoger aves e insectos y crear todo ecosistema. Los sistemas para acoger flora y fauna, dependerán de un estudio específico de la biodiversidad de la zona.
(Foto de Joe Green on Unsplash)
05. Procesos de renaturalización
La naturaleza siempre reclama su lugar e intenta colonizar los espacios construidos. Si observamos y aprovechamos su iniciativa al facilitar estos procesos, estaremos incorporando una flora verdaderamente autóctona que requiere muy poco mantenimiento, adaptada a las condiciones climáticas del entorno que atrae a insectos polinizadores. Lugares como las grietas urbanas o los alcorques, espacios que aprovechan estas especies, facilitemos su tarea para estimular la biodiversidad urbana. Todos los espacios suman. Precisamente de la grietas urbanas nos habla Josep M Mompín Valeri en su blog Mompin’s Jardins (Mompín Valeri, 2020)
(Foto de Mattia Astorino on Unsplash)
Sobre los alcorques, hay un proyecto muy interesante en Barcelona “Alcorques vivos” desarrollado por Puy Alonso Martínez y Lorena Escuer (Escuer Constante & Alonso Martínez, 2020), un proyecto piloto de siembra de herbáceas de flor nativas y atractivas a la fauna útil para el control biológico de plagas en arbolado viario.
(Vegetación espontánea en Algorta (Getxo, Bizkaia) | Autor: Cómo crear historias)
Incluso se puede apoyar el proceso de renaturalización en una estrategia de “desire paths” en espacios verdes, dejando que las personas decidan sus propios caminos, tal como hicimos en la “La misteriosa historia del jardín que produce agua”
(Foto de Boris Smokrovic on Unsplash)
06. Incorporación de ciclos naturales
Si te fijas, la naturaleza tiene optimizados muchos procesos, tan solo hay que observarlos e introducirlos en las ciudades. Hablamos por ejemplo de sistemas con la fitodepuración o depuración del agua de manera natural, a través de plantas de ribera, que son las encargadas de limpiar nuestras aguas en los ríos.
(Foto de Skitterphoto en Pexels)
07. Arbolado urbano que dialogue con el medio construido
Si se escogen las especies adecuadas, respetando sus necesidades espaciales y con un adecuado sistema de alcorques, la arquitectura y los árboles pueden convivir. Sistemas como los que plantean en Green Blue Urban, por ejemplo.
La diversificación del arbolado que huyan de las alineaciones monoespecie, favorece la biodiversidad y transforma la ciudad en un bosque urbano.
¿Se te ocurren más estrategias que incorporen la naturaleza en la arquitectura?
¡Compártelas!
(Estanque con plantas macrofitas que depuran agua “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos)
Fotografías:
(Por orden de aparición)
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- Vista general de “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
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- Vegetación espontánea en Algorta (Getxo, Bizkaia) | Autor: cómo crear historias
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- Estanque con plantas macrofitas que depuran agua “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
- Foto de Luca Dugaro on Unsplash
Bibliografía:
Bécares, G. (2020, marzo 25). La lucha contra el coronavirus es también la climática. Ethic.
Escuer Constante, L., & Alonso Martínez, P. (2020). Procesos ecológicos en la ciudad: Un pequeño ecosistema en los alcorques de Barcelona. Revista Montes, I trimestre(Número 139), 68-71.
Mompín Valeri, J. M. (2020, marzo 12). Las grietas urbanas y los procesos de renaturalización. Mompin’s Jardins.
Naciones Unidas. (2012). Cómo desarrollar ciudades más resilientes. Un manual para líderes de los gobiernos locales.
RAE. (2020, marzo 31). Resiliencia | Diccionario de la lengua española. «Diccionario de la lengua española» – Edición del Tricentenario.
Redacción La Vanguardia. (2020, marzo 21). Eudald Carbonell: «El COVID-19 es el último aviso ante colapso como especie». La Vanguardia.
Tomasello, M. (2010). ¿Por qué cooperamos? Katz Editores.
Valladares, F. (2020, abril 2). Si no sanamos el clima, volveremos a enfermar. The Conversation.
Wallace-Wells, D. (2019). El planeta inhóspito: La vida después del calentamiento (M. P. Sánchez;, Trad.; Edición: 001). DEBATE.
(Foto de Luca Dugaro on Unsplash)
En el año 1790, Xavier de Maistre emprendió una expedición insólita que tituló: “Viaje alrededor de mi cuarto” (Maistre, 1999). Fue obligado a permanecer confinado durante cuarenta y dos días en su habitación como consecuencia de un duelo (Maistre, 1999, p.13). El resultado, fue un escrito que nos guía a través de mobiliario, trayectorias y grandes temas relacionados con la existencia humana como si viajara por un país extraño.
En el año 2020, un virus conocido con el nombre de COVID-19 o Coronavirus (Pires et al., 2020), nos tiene en régimen de reclusión en nuestros hogares a gran parte del mundo. En España vivimos bajo un estado de alarma que nos prohibe salir salvo contadas excepciones relacionadas con la supervivencia (Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, 2020).
(Foto de Miguel Á. Padriñán en Pexels)
Sin embargo, como venimos diciendo en este medio, pertenecemos a una especie que necesita caminar y estar en contacto con la naturaleza, en espacios exteriores (García Fernández, 2019a) y ahora lo estamos experimentando más si cabe.
(Foto de Jean-Guy Nakars en Unsplash)
¿Qué hacer entonces? Ampliar la mirada y actuar, tal como nos aconseja Montse Burgos Espinosa, psicóloga social y consultora artesana en su artículo “Salir del bloqueo” (Burgos Espinosa, 2020). Como Xavier, nos vemos avocados a tomar una decisión. En su momento vio en la escritura y el análisis de su entorno una puerta abierta para pasear y de alguna forma salir de su reclusión. En situaciones como la que vivimos en esta crisis, está en nuestra mano cambiar la mirada a nuestro entorno y actuar con los recursos de los que disponemos. Ahora contamos con muchos medios que nos pueden ayudar en esta tarea. Imaginaos esta situación sin redes sociales o internet, sería muy difícil afrontarla, pues nos estamos nutriendo de nuestras redes para paliar la falta de contacto físico.
Desde la irrupción del coronavirus, estamos sufriendo pérdidas humanas y todas las personas nos estamos viendo afectadas de una manera u otra en mayor o menor medida, por no hablar de las consecuencias a nivel económico que conlleva. Sin embargo, de manera paradójica, que paremos nuestra actividad supone un descanso para el planeta. Se ha reducido de manera significativa la contaminación en la primera semana del decreto de estado de alarma. Según apunta Adrián Fernández Carrasco desde Greenpeace:
“(…) los valores medios de dióxido de nitrógeno apenas han alcanzado el 40% del límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE). En Madrid, desde que el martes 10 de marzo comenzasen las primeras medidas de contención, como el teletrabajo o la suspensión de clases, los niveles de NO2 han bajado día tras día. Una reducción que se hizo patente a partir de la aplicación del estado de alarma el sábado 14, medida que limitaba drásticamente el uso del vehículo particular.” (Fernández Carrasco, 2020)
La reducción del tráfico, seguido del descenso de la actividad industrial y unido a la inestabilidad meteorológica de una DANA que contribuye a disipar la contaminación, son los factores que se esconden detrás de esta reducción.
(Nacimiento del Rio Cuervo, Cuenca | Foto de cómo crear historias)
Tratemos de ver esta situación como una oportunidad única para replantearnos nuestra relación con el entorno, que es precisamente lo que tratamos de hacer desde “cómo crear historias”, integrando la naturaleza en los espacios construidos.
A escala urbana, Carlos Moreno en El País, hace la siguiente reflexión urbana en relación a crisis del coronavirus:
“(…) la ciudad del cuarto de hora, el territorio de media hora, la ciudad y el territorio de proximidad… Todos son enfoques propuestos para construir otra forma de existir frente a los desafíos inevitables de la calidad de vida. Reencontrar lo cercano también es volverse resiliente ante las graves perturbaciones que puedan ocurrir regularmente en nuestros universos vitales. Reencontrar las calles tranquilas y verdes, la movilidad ciclista o peatonal, hacer compras de proximidad, acceder a múltiples servicios, tener a mano diversidad de posibilidades para afrontar lo cotidiano, encontrar la manera de trabajar cerca de casa de forma presencial o digital, hacer que un mismo lugar tenga muchos usos y que cada uno sea un nuevo campo de opciones son respuestas que van al fondo de las cosas.” (Moreno, 2020)
Después de todo este episodio de reclusión, viviremos las ciudades de manera diferente, habremos trazado vínculos con el entorno a escala humana que nos harán pensar más como colectivo. Habremos descubierto lo cercano y nuestra necesidad de relacionarnos con el entorno, habremos dado un paso más para transformar nuestras ciudades en resilientes y policéntricas.
(Foto de Marcio Henrique en Pexels)
En una escala más próxima a la urbana, más allá de otros espacios nos encontramos con la vivienda. Durante esta crisis, nuestros hogares se han convertido en espacios de reclusión. Analicemos estos lugares y las posibilidades de “fuga” de nuestro confinamiento para vincularnos con el exterior, nuestra especialidad, respetando siempre las medidas decretadas por el estado de alarma, por supuesto.
(Foto de Ava Coploff en Unsplash)
¿Qué es un espacio de reclusión?
Si buceamos en el ámbito de la psicología ambiental, podríamos definir a los espacios de reclusión como lugares que se encuentran separados físicamente de la comunidad, de manera tradicional fuera de los centros urbanos, aunque muchos de estos sitios han sido engullidos por el propio crecimiento de la ciudad.
En los espacios de reclusión, existe una falta de control de la situación por parte de las personas que los usan. Son ambientes institucionales como hospitales, psiquiátricos, residencias o centros penitenciarios (Aragonés Tapia & Amérigo Cuervo-Arango, 1998, p.241). Me atrevería a añadir a los colegios y a las oficinas que durante un intervalo de tiempo, los vivimos de esta manera, aunque ese sería un tema que daría para varios artículos.
Ya hablamos de cómo “escaparte” de un hospital con la ayuda de un jardín en nuestro artículo dedicado a los healing gardens (García Fernández, 2019b) o cómo aprovechar las reuniones para dar un paseo o mirar la naturaleza a través de la ventana para huir del confinamiento cuando hablamos de los baños de bosque (García Fernández, 2019a).
¿Cómo salir de nuestro espacio de reclusión?: catálogo de espacios de fuga
En estos días, he ido recopilando pautas y recomendaciones desde la psicología ambiental y de la salud en las que mencionan aspectos espaciales que os pueden ayudar.
La asociación de psicología ambiental Psicamb ha publicado en sus redes sociales un conjunto de pautas para estar en casa durante crisis del coronavirus (Psicamb, 2020).
Por otro lado Silvia Gismera Neuberger, psicóloga de la salud, experta en gestión del descanso, sueño y hábitos saludables, ha publicado en sus redes sociales un conjunto de pautas para mantener un buen sueño durante el confinamiento (Gismera Neuberger, 2020).
Usando estas fuentes y añadiendo otras que iré mencionando, he elaborado un catálogo de espacios de fuga en tu hogar, para que los localices, los adaptes y puedas “salir” del confinamiento:
(Foto de Najib Kalil en Unsplash)
01. Naturaleza, paisajes, jardines, patios y terrazas (aunque no tengas)
Si tienes la suerte de contar con un jardín, patio o terrazas de uso privado, seguro que el confinamiento estará siendo más llevadero ¿verdad? Son espacios que te cuidan. Te aportan luz y ese contacto con la naturaleza y con el exterior que tanto necesitamos en circunstancias normales, más si cabe en ésta. Los balcones se han transformado en todo un símbolo de relación con los demás, de expresión, que nos permiten sentir que formamos parte de un gran colectivo.
(Foto de Tanya Prodan en Unsplash)
Desde tu espacio exterior, puedes observar los elementos naturales: las plantas, aves, insectos… seguro que haces grandes descubrimientos, hay todo un ecosistema en tu jardín. También puedes observar los elementos artificiales: cotillea los edificios de enfrente o la calle si se ve. Darte un baño de luz, con las medidas de protección adecuadas, incluso puedes analizar cómo usas este espacio y plantearte algunas modificaciones o hacer labores de jardinería.
(Foto de Scott Webb en Unsplash)
¿No tienes un jardín, patio o balcón? Echa mano de tus plantas de interior. Organiza un jardín de interior, haz un poco de plantscaping. Crea jardines en los espacios que más habites en tu día a día. Si teletrabajas, seguro que has transformado tu salón en una oficina ¿te imaginas disfrutar de tu jardín de interior mientras trabajas? Es una delicia, te lo digo por experiencia.
(Foto de Armando Castillejos en Unsplash)
¿Tampoco tienes plantas de interior? No desesperes, además de aprovechar esos momentos en los que está permitido salir, puedes visitar espacios naturales o los jardines de otros a través paseos virtuales de manera gratuita. Te recomiendo la web UPM forest life, es una experiencia global de paseos el bosques con sonido ambiental.
Otra opción es leer sobre naturaleza, parques y ver fotografías, en ese caso te recomiendo Mompin’s Jardins, un blog de Josep M Mompín Valeri, paisajista y ambientólogo. Tiene visitas tanto a jardines como espacios naturales. También puedes visitar tu biblioteca, seguro que encuentras algún libro de fotos o sobre naturaleza.
Te recomiendo la lectura de “El Poder del Bosque” de Qing Li (Li, 2018). Da pautas para llevarte el bosque tanto a casa como a tu espacio de trabajo introduciendo plantas, aromas de la naturaleza, pausas con vistas a un espacio verde, incluso sonidos (Li, 2018, p. 227).
Que no te apetece leer o pasear de manera virtual, para eso está instagram, encontrarás una auténtica colección de plantas, jardines y paisajes. Te recomiendo estos hashtags:
Hay muchos más que seguro irás descubriendo. Incluso te pueden servir de inspiración para crear tus propios jardines, si no ahora, más adelante.
También puedes colgar fotografías de paisajes lejanos en tus paredes, si dispones de ellas o incluso viajar sin moverte el sitio como Xavier de Maestre, deja volar tu imaginación.
Sin duda, esta falta de contacto con el medio nos hará apreciar más nuestro entorno y habrá personas que descubran la naturaleza y el respeto por el medioambiente.
(Plantscaping de andar por casa | Foto de cómo crear historias)
02. Ventanas
Despeja todas tus ventanas, ábrelas si el tiempo lo permite, sube todas la persianas, ¡qué entre la luz y el aire!
Puedes utilizar estos huecos para observar elementos naturales y artificiales en la distancia. Escucha, ahora se oye más el canto de las aves. Date un baño de luz, con las medidas de protección adecuadas, por supuesto.
Si tus ventanas dan a un patio interior y apenas iluminan las estancias, puedes colocar espejos que reflejen la luz hacia tu espacio.
Si no entra apenas luz, por la mañana echa mano de la luz artificial led, incluso puedes subir el brillo de tus pantallas (Gismera Neuberger, 2020).
(Río Alberche a la altura de Villa del Prado (Madrid) | Foto de cómo crear historias)
03. Ampliación de espacios
Puedes escapar ampliando tus espacios de varias maneras (Psicamb, 2020):
- Pon orden y guarda cosas.
- Si dispones de varios espacios, puedes delimitar actividades a cada espacio, para ayudarte a reducir diferentes estímulos.
- Cambia la disposición del mobiliario, puedes analizar el uso que haces del espacio y adaptarlo mejor a tus necesidades. Por ejemplo, si necesitas un lugar calentito y con iluminación para trabajar, busca ese espacio en tu casa y transfórmalo en tu oficina.
- Si no tienes mucho espacio, haz un uso flexible de éste: un mismo lugar puede servir para diferentes acciones tan solo cambiando la disposición del mobiliario. Eso sí, respeta que el espacio de cama sea para dormir, nos advierte Silvia Gismera Neuberger (Gismera Neuberger, 2020).
- Busca espacios infrautilizados y dales un uso.
- Distingue entre lugares privados y comunes. Resérvate algún espacio para estar tiempo a solas, todos necesitamos momentos de privacidad.
(Photo by Sergio Rodriguez - Portugues del Olmo on Unsplash)
04. La orientación si importa
En 1963, el arquitecto Viktor Olgyay, publica su gran obra: “Arquitectura y clima. Manual de diseño bioclimático para arquitectos y urbanistas” que se convertirá en un gran clásico de la arquitectura bioclimática donde nos habla de la relación entre los edificios y el medio natural que los envuelve. Entre otros muchos temas de gran interés, nos sugiere determinadas orientaciones para cada una de las estancias (Olgyay, 2002, p. 62)
¿Qué orientación tienen cada uno de los espacios de tu vivienda? Igual es hora de replantearte el cambio de uso de alguno de tus espacios. Unas orientaciones, vinculadas a unas condiciones de luz y temperatura determinadas son mejores para una actividad que para otra.
(Joe Colombo, Multi-Chair, 1970 | Upload by ISERN Lionel en Pinterest)
Puedes analizar cómo usas tu vivienda, ahora que pasas tanto tiempo en ella. Planifica los cambios necesarios para acomodar tus espacios a vuestras necesidades y relacionarte con el exterior. Unos podrás solventarlos en el momento, otros, requerían más medios de los que podrás disponer en un futuro. Incluso si lo necesitas, podemos ayudarte para guiarte en el análisis y adaptación de tu vivienda desde este nuevo enfoque.
Mientras tanto, quédate en casa, de esta vamos a salir.
(Orientación recomendada según uso | Infografía: cómo crear historias. Fuente: Olgyay, 2002, p. 62)
Fotografías: (Por orden de aparición)
- Foto de Miguel Á. Padriñán en Pexels
- Foto de Jean-Guy Nakars en Unsplash
- Nacimiento del Rio Cuervo, Cuenca | Foto de cómo crear historias
- Foto de Marcio Henrique en Pexels
- Foto de Ava Coploff en Unsplash
- Foto de Najib Kalil en Unsplash
- Foto de Tanya Prodan en Unsplash
- Foto de Scott Webb en Unsplash
- Foto de Armando Castillejos en Unsplash
- Plantscaping de andar por casa | Foto de cómo crear historias
- Río Alberche a la altura de Villa del Prado (Madrid) | Foto de cómo crear historias
- Photo by Sergio Rodriguez – Portugues del Olmo on Unsplash
- Joe Colombo, Multi-Chair, 1970 | Upload by ISERN Lionel en Pinterest
- Orientación recomendada según uso | Infografía: cómo crear historias. Fuente: (Olgyay, 2002, p. 62)
- Foto de cottonbro en Pexels
Bibliografía:
Aragonés Tapia, J. I., & Amérigo Cuervo-Arango, M. (Eds.). (1998). Psicología Ambiental. Psicología Pirámide.
Burgos Espinosa, M. (2020, 17). Salir del bloqueo. Montse Burgos Espinosa.
Fernández Carrasco, A. (2020, 19). Descienden los niveles de contaminación durante el estado de alarma del coronavirus. Greenpeace España.
García Fernández, M. (2019a). ¿Cuánta naturaleza necesitas? Erase una vez los baños de bosque. como crear historias.
García Fernández, M. (2019b). Healing gardens, los jardines sanadores que te cuidan. como crear historias.
Gismera Neuberger, S. (2020). Mantén un buen sueño durante el periodo de confinamiento.
Maistre, X. de. (1999). Viajes alrededor de mi cuarto y otros relatos (relatos completos). Espasa Calpe
Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, BOE-A-2020-3692 p. 25390 a 25400 (2020).
Moreno, C. (2020, marzo 13). Una visión urbana sobre la crisis del coronavirus. El País.
Olgyay, V. (2002). Arquitectura y clima: Manual de diseño bioclimatico para arquitectos y urbanistas (2a edición). Gustavo Gili Diseño.
Pires, L. S., Andrino, B., Llaneras, K., & Grasso, D. (2020, 17). El mapa del coronavirus: Así crecen los casos día a día y país por país. El País.
Psicamb. (2020). Pautas para estar en casa durante crisis del coronavirus.
(Foto de cottonbro en Pexels)