(Spoiler: el enlace directo al curso que he elaborado y del que hablo en este artículo es este: «Curso de Agenda Urbana Local 2030. Ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles»).

Recuerdo cuando estaba en la Escuela de Arquitectura de Madrid, cuando mi primer profesor de urbanismo, José Fariña, nos hablaba de cómo hacer ciudad. A pesar de haberme especializado finalmente en edificación, siempre me acuerdo con mucho cariño de todo lo que aprendí en sus clases y mantengo una mirada urbana multiescala en todos nuestros proyectos al integrar naturaleza y arquitectura. Hoy, todavía sigo sus enseñanzas a través de sus innumerables escritos y artículos de su blog y, cuando tengo ocasión, comparto este aprendizaje.

Mientras preparaba este texto y buscaba el enlace de su página para vincularlo a su nombre, me he topado con el último post que ha escrito: “Cambiar los planes de urbanismo”, no he podido resistirme y he tenido que parar de escribir para leerlo. Entre otros aspectos menciona la necesidad de adecuar el planeamiento y la normativa a una situación cambiante tanto a escala como a localización, pues el “territorio, el clima, la cultura de cada sitio son muy diferentes”  (Fariña, 2023).

Al mismo tiempo, menciona que un enfoque local, no se debería obviar las necesidades de un territorio más amplio como el planetario y que las decisiones deberían incluir a una ciudadanía previamente informada y educada: “información + educación = participación no demagógica”.

Durante toda su lectura no he podido evitar acordarme de la Agenda Urbana Española (AUE) como herramienta de cambio para replantearnos nuestras ciudades. Se trata de una estrategia que aterriza otras agendas que van de la escala global a la europea:

  • La Agenda 2030
  • La Nueva Agenda Urbana
  • La Agenda Urbana de la Unión Europea

Como no podía ser de otra forma, descubrí hace unos años la Agenda Urbana Española en otro de los artículos de José Fariña y con ella la posibilidad de que cada uno de los municipios, realice su propia Agenda Urbana Local, más adaptada si cabe a sus necesidades.

Foto: José Soria | Fuente: Unsplash

Curso de Agenda Urbana Local

Una herramienta de cambio para nuestras ciudades

La Agenda Urbana Española, es un documento estratégico sin carácter normativo alineado con las Agendas Urbanas Internacionales que promueve un modelo urbanístico basado en el ODS 11 Ciudades y comunidades sostenibles que apunta ir a ciudades sostenibles, resilientes, inclusivas y seguras. Trata de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, pues es ésta la que debe impulsar cualquier política de desarrollo.

Es un documento inspirador y transversal que trata de conservar la mejor versión de nuestros pueblos y ciudades. Traslada conceptos básicos respaldados de manera internacional, tiene en cuenta las demandas de la ciudadanía y necesita una implantación local.

Apuesta por:

  • Aprender de los errores.
  • Saber encontrar buenas prácticas.
  • Aplicar las buenas prácticas.

Establece un abanico de políticas urbanas sociales, económicas y medioambientales para entornos tanto urbanos como rurales, pues no se olvida de la despoblación (Gobierno de España. Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, 2019, p. 15).

Está estructurada en 10 temáticas que incluyen:

  • 10 objetivos estratégicos
  • 30 objetivos específicos
  • 291 líneas de actuación

Las 10 temáticas son:

  1. Territorio, paisaje y biodiversidad
  2. Modelo de ciudad
  3. Cambio climático
  4. Gestión sostenible de recursos y economía
  5. Movilidad y transporte
  6. Cohesión social e igualdad de oportunidades
  7. Economía urbana
  8. Vivienda
  9. Era digital
  10. Instrumentos

Asociadas a estas temáticas, están los siguientes 10 objetivos estratégicos:

  1. Ordenar el territorio y hacer un uso racional del suelo, conservarlo y protegerlo.
  2. Evitar la dispersión urbana y revitalizar la ciudad existente.
  3. Prevenir y reducir los impactos del cambio climático y mejorar la resiliencia.
  4. Hacer una gestión sostenible de los recursos y favorecer la economía circular.
  5. Favorecer la proximidad y la movilidad sostenible.
  6. Fomentar la cohesión social y buscar la equidad.
  7. Impulsar y favorecer la Economía Urbana.
  8. Garantizar el acceso a la vivienda.
  9. Liderar y fomentar la innovación digital.
  10. Mejorar los instrumentos de intervención y gobernanza.

La Agenda Urbana Española, necesita adaptarse a cada localidad, así que cada municipio puede elaborar su propia Agenda Urbana Local basada en la española.

Recorrido por la Agendas | Infografía: cómo crear historias

Curso de Agenda Urbana Local

La Agenda Urbana Local y su hoja de ruta

Para poder elaborar e implementar la Agenda Urbana en tu localidad, necesitas trabajar con un equipo multidisciplinar que incluya desde el principio a la ciudadanía y al resto agentes que hacen ciudad.

Para organizar los trabajos, te puedes basar en la estructura de la propia Agenda Urbana Española e ir adaptándola según se vaya desarrollando el proceso de elaboración.

En base a mi experiencia en procesos de participación, tanto a nivel práctico como académico, he identificado 7 fases que te pueden guiar para elaborar la de tu localidad:

Fase 1. La infraestructura de participación

  • Traza un mapa de agentes sociales: es un primer paso, un buen trazado puede significar el éxito de la elaboración e implementación. La Agenda Urbana la crea un grupo de personas que colaboran para conseguir un objetivo común, y este grupo tiene que diseñarse con sumo cuidado. Localiza los agentes necesarios sin olvidarte de identificar en primer lugar, a las personas que querrían poner en marcha la Agenda Urbana.
  • Elabora un plan de comunicación para transmitir la necesidad de elaborar e implementar una Agenda Urbana Local en tu entorno. Asegúrate de crear un texto o una documentación motivadora y atractiva.
  • Crea un plan de participación: hazte con un kit de herramientas participativas con las que quieras involucrar a los agentes sociales en cada una de las fases. No te olvides de incluir un cronograma.

Fase 2. La búsqueda de información

  • Busca los datos descriptivos específicos de tu localidad, puedes usar el Atlas Digital de las Áreas Urbanas, te ayudará en esta tarea.
  • Investiga si existen documentos relacionados ya elaborados: todas las localidades tienen su trayectoria a la hora de implementar planes o realizar estudios y seguro que la tuya no es la excepción. Busca, pregunta, seguro que puedes hacerte con una buena colección y construir una bibliografía clasificada y etiquetada.
  • Localiza acciones implementadas o en marcha: todas las ciudades cuentan con acciones, localiza las que tienen que ver con los objetivos de la Agenda Urbana Española y clasifícalos.
  • Crea una base de datos con toda la información.

Fase 3. El diagnóstico

  • En base a la información y el trabajo realizado en las fases anteriores, analiza la situación actual mediante un análisis participativo de diagnóstico. Puedes usar un DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades).

Fase 4. La identificación de los objetivos

  • Analiza los objetivos estratégicos y específicos de la Agenda Urbana Española y en base a la información recogida en las anteriores fases, identifica mediante dinámicas de diagnóstico participativo los objetivos propios de tu localidad.

Fase 5. El Plan de Acción

Con el diagnóstico y la identificación de los objetivos, ya podéis elaborar el Plan de Acción:

  • Mediante dinámicas de participación, elabora documentación donde quede reflejada toda la información.
  • Crea conexiones entre proyectos existentes, en marcha y las nuevas propuestas del Plan de acción.
  • Crea un cronograma de acción.

Fase 6. La evaluación y seguimiento

Elaborado el plan de acción, es necesario implementar un sistema de indicadores que ayuden a evaluar las mejoras introducidas y a establecer un adecuado seguimiento donde se incluyan los datos previos de partida, antes y después de implementar el Plan de Acción:

  • En base a los objetivos específicos, diseña un sistema de indicadores que incluya las operaciones o procedimientos para obtener los datos.
  • Toma los datos de inicio antes de implementar las acciones, así podrás comprobar el grado de mejora y ajustar mejor las medidas.

Fase 7. La ejecución

  • Haz realidad el Plan de Acción, busca financiación y subvenciones. A medida que se vayan ejecutando las medidas, podrás llevar el seguimiento de las mejoras mediante los indicadores diseñados.
  • A medida que se vayan construyendo y poniendo en práctica el plan de acción, se van recogiendo datos mediante el sistema de indicadores y por lo tanto, se puede reiniciar el ciclo en la fase de diagnóstico para ajustar la Agenda Urbana Local.

Hoja de ruta de una Agenda Urbana Local | Infografía: cómo crear historias

Curso de Agenda Urbana Local

¿Te has quedado con ganas de más?

¿Sabrías coordinar y elaborar una Agenda Urbana Local? Como ves, es un proceso apasionante, muy complejo y laborioso que implica un trabajo multidisciplinar que es necesario sistematizar.

Cuando desde ADR Formación me invitaron a diseñar un curso e-learning y me comentaron que tenían mucha demanda en temas que vinculasen la Agenda 2030 con el urbanismo, no lo dudé y vi que era mi oportunidad para contribuir a hacer una ciudad más saludable en muchos aspectos y me lancé a crear el curso “Agenda Urbana Local 2030. Ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles” que tiene una duración de 40 horas, distribuidas en:

  • 12 unidades
  • 16 prácticas
  • 108 min de video (sí, ¡me he grabado! toda una experiencia que ha dado rienda suelta a mi imaginación)
  • 12 test de evaluación

Anillo Verde, Vitoria Gasteiz | Fotografía: Mario Roberto Duran Ortiz | Fuente: Wikimedia Commons

Curso de Agenda Urbana Local

¿Para quién?

Está dirigido a agentes de desarrollo local que hacen ciudad, que trabajen tanto en el sector público como en el privado: trabajadores del Ayuntamiento y otras Administraciones públicas, sociedad civil que incluye al sector privado, tercer sector, profesionales, universidad, asociaciones, organizaciones y ciudadanía como destinatarios y potenciales usuarios de la ciudad y que tengan interés en mejorar su entorno y hacerlo más inclusivo, seguro, resiliente y sostenible.

Fotografía: Ryutaro Tsukata| Fuente: Pexels

Curso de Agenda Urbana Local

Una guía de urbanismo contemporáneo

Como todo lo que merece la pena, ha sido una labor intensa y por fin os puedo presentar el curso como se merece.

Más allá de aprender a elaborar una Agenda Urbana Local con este curso, también descubrirás una fantástica guía de urbanismo contemporáneo y la manera de hacer ciudad con una mirada transversal que es consciente de la emergencia climática en la que estamos inmersos.

La Agenda Urbana, además, incorpora a la ciudadanía en su elaboración, así que incluyo herramientas para crear una infraestructura de participación que será útil para éste y otros trabajos donde sean necesarias herramientas para un trabajo colaborativo, con mapas de agentes sociales, un plan de comunicación y de participación.

Junto a la infraestructura, os acompaño a través de una hoja de ruta que te ayudará lo largo del proceso.

Casares, España | Fotografía: Francisco Moreno | Fuente: Unsplash

Curso de Agenda Urbana Local

Urbanizamos el mundo de manera acelerada e inadecuada y esto provoca una grave alteración en nuestro entorno.

Las ciudades son receptoras y generadoras de cambio climático así que tienen un papel estratégico a la hora de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

Necesitamos aterrizar y hacer realidad las metas globales de la Agenda 2030 para abordarlas de manera local.

Desde la Agenda Urbana Local, podréis crear una estrategia transversal que articule actuaciones a implementar desde una aproximación social, medioambiental y económica. Además de ser un documento clave para solicitar ayudas y subvenciones.

Es urgente adaptar nuestras ciudades, nos quedamos sin tiempo.

Pasemos a la acción ¿te animas?

 

Fotografías e infografías:

Foto: Jose Soria | Fuente: Unsplash

Recorrido por la Agendas | Infografía: cómo crear historias

Hoja de ruta de una Agenda Urbana Local | Infografía: cómo crear historias

Anillo Verde, Vitoria Gasteiz | Fotografía: Mario Roberto Duran Ortiz | Fuente: Wikimedia Commons

Fotografía: Ryutaro Tsukata | Fuente: Pexels

Casares, España | Fotografía: Francisco Moreno | Fuente: Unsplash

Tokio, Japón | Fotografía: Jezael Melgoza | Fuente: Unsplash

 

Bibliografía

Fariña, J. (2023, enero 3). Cambiar los planes de urbanismo. El Blog de José Fariña. https://elblogdefarina.blogspot.com/2023/01/cambiar-los-planes-de-urbanismo.html

Gobierno de España. Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. (2019, 22). Agenda Urbana Española.

Tokio, Japón | Fotografía: Jezael Melgoza | Fuente: Unsplash

Me he dado cuenta de algo: es posible que no conozcas todo lo que podemos aportar desde la arquitectura y el paisaje para ayudarte a mejorar el entorno, tanto a escala cercana como a escala global. Desde luego que va más allá de construir edificios, calcular estructuras, instalaciones, conseguir licencias o solucionar esa legalización que te pide el Ayuntamiento. Aunque si lees habitualmente nuestro blog, habrás comprobado que somos un estudio de arquitectura diferente y peculiar.

A lo largo de los diferentes artículos que llevamos escritos, hemos puesto el foco en la relación de la arquitectura y la naturaleza. Hemos hablado de los jardines que te cuidan, de la necesidad de naturaleza que tenemos y como ésta la podemos saciar con baños de bosque, de los sistemas urbanos de drenaje sostenible y la integración de naturaleza y ciudad

En cierto modo ya fuimos avanzado el tema de habitar los lugares y conectarlos a las personas cuando hablamos sobre el Wayfinding, donde la arquitectura, el diseño gráfico y ambiental se encuentran para abrazarte y guiarte por el espacio o en el artículo sobre los espacios de fuga frente a la reclusión.

Foto de Thiago Matos en Pexels

El espacio se construye, el lugar se habita

Lo cierto es que llevo tiempo pensando en la necesidad de explicártelo de manera más específica y ahora que estoy leyendo “Construir y habitar. Ética para la ciudad” de Richard Sennet (Sennett, 2019) he sido más consciente de esa necesidad, así que creo que con su ayuda y la de otros grandes pensadores e investigadores voy a tratar de ilustrarlo.

Sennett hace una clara distinción entre construir y habitar, entre la ville y la cité.

“Los seres humanos se mueven en un espacio y habitan un lugar.” (Sennett, 2019, p. 51).

Por un lado está el medio construido y por otro como viven en él las personas (Sennett, 2019, p.10) y ambas han de estar conectadas. La forma de un espacio determina en gran medida como lo viven las personas. Uno de los ejemplos que pone Sennet es Central Park de Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux, pues su intención era la de usar suelo y plantas para unir a las personas (Sennett, 2019, p.70) y precisamente coincide con nuestro planteamiento.

Foto de Nick Bondarev en Pexels

Espacios sociópetos frente a espacios sociófugos

En las últimas conferencias que he dado en la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte y en Bioconstrucción Futura, he empezado mi discurso diciendo: “Estamos condicionados por la ciudad y el entorno en el que vivimos porque determina en gran medida nuestras relaciones, nuestro bienestar, nuestra creatividad.”

Ya en los años 60, el antropólogo Edward T. Hall observó que la disposición del mobilliario tiene mucho que ver con el grado de conversación. Existen espacios sociópetos, que tienden a juntar a las personas, como los sillones de los cafés, dispuestos alrededor de una mesa. Frente estos, están los espacios sociófugos que no ayudan a que las personas se relacionen, como los asientos colocados en hileras fijas (Hall, 1985, p.24).

Y no sólo esto, también estamos condicionados por cómo sea ese mobiliario, el espacio que le rodea y sus características, pues también influyen en el comportamiento y bienestar de las personas que habitan el espacio, tanto en exteriores como en interiores. Por eso es vital cuidar el diseño de los lugares habitados por las personas. También es necesario entender que cada época tiene sus tecnologías, y se refleja en la estética. No tiene sentido intentar imitar formalismos de otras épocas hechos con una tecnología que ya no existe. Bruno Munari lo dejaba muy claro:

“El pasado solamente puede tener una función de información cultural y se ha de considerar ligado a su tiempo, ya que de otro modo, no se entiende nada”  (Munari, 2000, p. 16)

Creemos que es necesario que habites entornos contemporáneos que conecten espacio y lugar con las personas y que esa conexión, entre el espacio construido y el lugar habitado, se realice a través de la biofilia, esa afinidad que sentimos por la naturaleza y otros seres vivos, pues necesitamos ese vínculo.

Personas, plantas, insectos, aves, mamíferos y otros seres: cada uno tiene sus requisitos, tenemos que ser capaces de combinarlas para llegar a una convivencia eficaz que no genere molestias y así generar una biodiversidad funcional que contribuya a la mitigación y adaptación al cambio climático.

Foto de Liam McKay en Unsplash

Espacios capaces de crear historias

Conectamos personas al lugar. La forma del espacio, los materiales, en definitiva, la configuración espacial, ayudan a que se habite un lugar y se conecte a las personas.

Y aquí viene la parte en la que te cuento de donde viene el nombre de nuestro estudio. Nos llamamos cómo crear historias, porque nuestros proyectos son generadores de vivencias y en sí mismos son contados como historias donde los protagonistas de los espacios son las personas que los habitan y su entorno.

Lo que más nos apasiona junto con la arquitectura y crear historias es: el paisaje, los procesos naturales, la integración de la naturaleza en el medio construido, los espacios entre los edificios, su vínculo con las personas y otros seres vivos que los habitan, el bienestar que generan y su capacidad para estimular la creatividad.

Desde el principio de nuestra práctica, empezamos a integrar soluciones basadas en la naturaleza en el entorno, a renaturalizar los espacios teniendo en cuenta a las personas y otros seres vivos, a través de la biofilia.

¿Por qué?

Foto de Kei Scampa en Pexels

La necesidad

Al volver la vista atrás con más de 70 proyectos realizados, hemos detectado que tratamos de dar respuesta a cuatro necesidades que tienen los seres humanos y el entorno:

  1. La creatividad

Todas las personas somos creativas y necesitamos la creatividad para el día a día. Al resolver un problema, la estamos usando.

Cuando estaba en la escuela de arquitectura ETSAM, hace ya muchos años, uno de mis profesores de proyectos, Andrés Perea, nos decía: “los problemas son oportunidades creativas”. Me acuerdo cada día de esta frase, de ésta y de otras muchas.

  1. El contacto con la naturaleza

Existe una necesidad innata que tenemos los seres vivos de contacto con la naturaleza.

La naturaleza es nuestro primer hogar, nos genera bienestar, nos alimenta, nos protege y estimula nuestra creatividad. La biofilia pone nombre a esta necesidad.

  1. La cooperación y el cuidado mutuo

Hay que dar respuesta a la necesidad social de contacto, cooperación, cuidado y apoyo mutuo entre los seres vivos, pues necesitamos cooperar para sobrevivir.

Con la pandemia de la Covid19, hemos visto cómo han surgido redes de colaboración por todo el mundo.

Hace años, Michael Tomasello en su libro “¿Por qué cooperamos?” cuenta como comprobó mediante un estudio que de manera innata, efectivamente somos seres cooperativos (Tomasello, 2010)

No hay que olvidar que, además, en la naturaleza todo está interconectado y todos los elementos en cierto modo también cooperan para sobrevivir y no generar desperdicio. Nos inspiramos en la naturaleza para incorporar la economía circular en los proyectos.

  1. La mitigación y adaptación al cambio climático

Por último, tenemos una necesidad global, a escala planetaria, de mitigación y adaptación al cambio climático. Necesitamos cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la naturaleza nos necesita.

Foto de Martin Adams en Unsplash

Una escala humana que dialogue con otros seres vivos

Diseñamos espacios a escala humana, a través de la observación, la investigación de las huellas del lugar, el paisaje cultural y la participación de las personas que habitan los espacios para realizar un análisis etnográfico que sirva de base para el diseño.

Amasamos, componemos, encajamos el espacio para integrar a las personas, plantas y a otros seres vivos en él y así lograr que lo habiten y generen una biodiversidad funcional tanto en exterior como en interior.

Jan Gehl, en “La humanización del espacio urbano” establece tres tipos de actividades básicas para espacios exteriores que es importante conocer para el diseño tanto a escala urbana como a escala arquitectónica y que bajo mi punto de vista, también se pueden trasladar al interior de los edificios (Gehl, 2006):

Foto de Emre Kuzu en Pexels

a) Actividades necesarias

Las obligatorias, como ir a trabajar, a comprar, al colegio… Forman parte de nuestras tareas cotidianas. En cierta manera, son independientes del entorno físico. Si tienes que hacer una actividad obligatoria, la haces, sea como sea el medio físico, no hay posible elección.

Aceras deterioradas | Foto de cómo crear historias

b) Actividades opcionales

Las que te apetece hacer y disfrutas haciéndolas. Sólo se realizan si las condiciones del entorno son favorables, si hace buen tiempo o el espacio está aclimatado y el lugar te invita a ello. Son actividades del tipo recreativo, como disfrutar de un paseo o de una estancia agradable.

Y si incluye naturaleza, mucho mejor por el bienestar que transmite. Es curioso comprobar cómo las personas prefieren ir por caminos rodeados por naturaleza. Llevo años usando el carril bici de donde vivo y siempre me encuentro peatones paseando por él ¿por qué? porque hay vegetación a los lados, es más agradable y se sienten más seguras caminando entre plantas que junto a los coches.

Foto de Tyler Nix en Unsplash

c) Actividades sociales

Las que dependen de la presencia de personas en el espacio, y por tanto, de las actividades necesarias y opcionales. Son juegos, saludos, conversaciones… en definitiva, todo tipo de actividades comunitarias, incluso de carácter pasivo, como ver y oír a la gente. Son fruto del encuentro con otras personas que están a gusto en el espacio. Por lo tanto, se producen si hay gente en el medio físico, pues de manera espontánea se encuentran, se cruzan, intercambian impresiones, se crean situaciones imprevistas y contactos de los que pueden surgir todo tipo de iniciativas.

Foto de Ava Coploff en Unsplash

En un espacio común que transmite bienestar, conviven gran cantidad de actividades necesarias, opcionales y sociales.

Si el entorno no es agradable, no disfrutas de tu trabajo, de tu estancia o paseo, realizas el mínimo de actividades necesarias, lo más rápido posible pero no de la mejor manera, lo cual te estresa, pues tu objetivo es terminar lo antes posible sin dar importancia a la calidad de lo que haces.

Los entornos desagradables, poco cuidados, tienen el mínimo de actividad y por lo tanto, crean pocas conexiones entre las personas, son lugares que no te reconfortan y donde no es cómodo ni trabajar ni estar.

Foto de Daria Shevtsova en Pexels

En el caso de espacios públicos o de uso público, si el medio físico no facilita el disfrute de pasear o de ir en bicicleta, tienes que recurrir al coche para realizar los desplazamientos y esto deteriora la calidad urbana, pues además de contaminar, disminuye su posibilidad de acoger actividades, hace las calles poco apetecibles para disfrutarlas, las vacía y las hace más inseguras, como decía Jane Jacobs ( Jacobs, 1961).

Vuestro reto y el nuestro, es revertir esta situación de malestar y recuperar el espacio común para crear una comunidad que te ayude en el día a día, que te reconforte cuando lo necesites y que contribuya a crear conexiones entre las personas y el espacio, tanto interior como exterior.

Una calle usada es una calle vigilada, ya nos lo decía Jane Jacobs

En una ciudad sana, conviven una gran cantidad de actividades necesarias, opcionales y sociales. En una ciudad sana, sin problemas de accesibilidad con sensación de seguridad, el espacio público es el lugar de encuentro, y no los grandes centros comerciales.

Foto de Mohan Reddy Atalu en Pexels

A estas actividades hay que sumarle la proxémica, un término también acuñado por el antropólogo Edward T. Hall y que estudia la relación espacial entre las personas, el uso que se hace del espacio personal, es decir, el espacio que rodea nuestro cuerpo.

Son las distancias que, de manera inconsciente, empleamos para estructurar la interacción diaria (Hall, 1985, p.139):

  • La distancia íntima (de 0 a 0.45 m): se perciben estímulos visuales, auditivos, olfativos, táctiles y temperatura.
  • La distancia personal (de 0.45 a 1.20 m): es la zona de protección entre uno y los demás. Son los contactos normales. Puedes tocarte tendiendo un brazo.
  • La distancia social (de 1.20 a 3.5 m): la zona de los contactos profesionales donde es posible la comunicación.
  • La distancia pública (de 3.5 a 7.5 m): la zona de comunicación en voz alta, es la distancia formal.

En función de la situación, la confianza que tengas con la otra persona y la cultura a la que pertenezcas, mantienes una distancia u otra comprendida en estos rangos.

Ahora más que nunca, todo este tipo de actividades y relaciones hay que reformularlas a nivel espacial por el coronavirus, pues aunque tengamos los contactos limitados, somos seres sociales y la actividad se tiene que realizar de manera segura. Los espacios tienen que crecer. En épocas pasadas, las pandemias han supuesto una evolución en el diseño urbano y arquitectónico. Hay mucho trabajo por delante, es un punto de inflexión para nuestro entorno.

Necesitamos recuperar los lugares en los que vivimos como habitantes y como peatones, dejar de pensar en entornos mínimos y rescatar el espacio que el coche nos ha ido arrebatando.

Cuenta con nosotros para ayudarte a dar forma a esta evolución, donde las personas y la naturaleza dialogan con el entorno.

Fotografías:

(Por orden de aparición)

  1. Foto de Lucas Pezeta en Pexels
  2. Foto de Tim Marshall on Unsplash
  3. Foto de Ivan Bandura on Unsplash
  4. Foto de Markus Spiske on Unsplash
  5. Vista general de “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
  6. Foto de Zulian Yuliansyah en Pexels
  7. Foto de Daniel Lazarov en Pexels
  8. Foto de Joe Green on Unsplash
  9. Foto de Mattia Astorino on Unsplash
  10. Vegetación espontánea en Algorta (Getxo, Bizkaia) | Autor: Cómo crear historias
  11. Foto de Boris Smokrovic on Unsplash
  12. Foto de Skitterphoto en Pexels
  13. Estanque con plantas macrofitas que depuran agua “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
  14. Foto de Luca Dugaro on Unsplash

Bibliografía:

Gehl, J. (2006). La humanización del espacio urbano: La vida social entre los edificios. Reverte.

Hall, E. T. (1985). La dimensión oculta. Siglo XXI.

Jacobs, J. (1961). Muerte y vida de las grandes ciudades (2a edición 1973). Península.

Munari, B. (2000). Diseño y comunicación visual: Contribución a una metodología didáctica. Gustavo Gili.

Sennett, R. (2019). Construir y habitar (2019.a ed.). Anagrama.

Tomasello, M. (2010). ¿Por qué cooperamos? Katz Editores.

 

Diagrama Proxémica | Infografía: cómo crear historias | Fuente: Hall, 1985