Mes: diciembre 2021
Biofilia, esa palabra rara que nos acompaña y forma parte de nuestra naturaleza.
¿Conoces este término? Si sigues este blog, nuestras redes sociales, has visitado nuestra web o has asistido a alguna de mis ponencias, seguro que me has oido hablar de ello.
En este artículo, os voy a hablar de mi aproximación a la biofilia, esa afinidad que todas las personas sentimos por la naturaleza. Voy a recopilar todo lo que he contado sobre diseño biofílico en diferentes medios, a profundizar más en el tema y lo voy a aderezar con referencias, para que sigas tirando de ese hilo que nos conecta con la naturaleza. Lo cierto es que me lo piden mucho este tema para desarrollar en mis ponencias.
Siempre digo que llegamos a ser conscientes de esa conexión de diferentes maneras. Cuando hablamos de renaturalización, desarrollo sostenible, diseño regenerativo, economía circular o incluso bioconstrucción, por ejemplo, también nos estamos conectando con la naturaleza.
Cuando estudiaba en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), en el siglo pasado, descubrí esta afinidad aplicada a la arquitectura y desde entonces en cómo crear historias hemos ido desarrollando proyectos bajo esa mirada.
[Fotografía de Dave Hoefler en Unsplash]
Como cuento en el inicio del artículo “Los espacios de la terapia en la naturaleza”, un día comencé a llenar la casa y el estudio de plantas y me dí cuenta de lo mucho que me reconfortaba. Así pasaron los años, transformé mi entorno en una selva mientras incluíamos a la naturaleza en nuestros proyectos hasta que descubrí en el libro de Katia Hueso “Somos naturaleza”, que lo que me pasaba, tenía un nombre: biofilia y que lo he hacíamos era diseño biofílico o arquitectura biofílica (Hueso, 2017). Otras lecturas se sumaron y ya me quedé más tranquila, no sufría ningún trastorno, más bien, estaba huyendo del «trastorno por déficit de naturaleza» de Richard Louv (Louv, 2012).
Nuestra aproximación a la biofilia en la arquitectura tiene que ver con el acto de diseñar CON la naturaleza e incluimos Soluciones basadas en la Naturaleza donde los protagonistas de los espacios son los seres vivos (incluidas las personas) junto a un entorno que renaturalizamos.
¿Por qué?
[Fotografía de Pixabay en Pexels]
Nuestro interés en estos temas surge de cuatro necesidades: la creatividad, el contacto con la naturaleza y el apoyo mutuo junto con la mitigación y adaptación al cambio climático. Ya os lo comentaba en “Construir espacios, habitar lugares y conectarlos a las personas”.
Precisamente la biofilia pone nombre a esta necesidad innata que tenemos los seres vivos de contacto con la naturaleza. Se trata de un término que ideó Erich Fromm y que desarrolló con más detalle Edward O. Wilson (Wilson, 2003).
[Fotografía de Nick Bondarev en Pexels]
El alejamiento de la naturaleza y la ceguera vegetal
A pesar de esta necesidad, al menos en España, pasabamos cerca del 90% del día en interiores según el estudio elaborado por AIMC en el año 2016 (AIMC, 2016), seguro que os suena este dato.
Lo cierto es que ya estábamos confinados en interiores antes de la pandemia y no éramos conscientes de ello. Pasábamos el día encadenando espacios interiores: de casa al coche, del coche a la oficina y vuelta. Si teletrabajamos, ya ni te cuento.
[Fotografía de Dan Gold en Unsplash]
Nos hemos alejado demasiado de la naturaleza, sobre todo del mundo vegetal y esto ha desencadenado una ceguera vegetal, un término acuñado por James H. Wandersee y Elisabeth E. Schuusler en 1999 y que viene a definir “la incapacidad para percibir las plantas en nuestro entorno” (Wandersee & Schussler, 1999).
Si muestras a diferentes personas fotos donde aparecen diferentes elementos en entornos vegetales, la mayoría sólo ve lo que no es vegetal, por ejemplo, si hay un perro en un precioso prado verde, dicen que ven a un perro en medio de la nada (RTVE, 2020).
Sin embargo, la biofilia existe, tan solo tenemos que ser conscientes de ella. Ya os hablé de la pirámide de la naturaleza de Tanya Denckla-Cobb y Timothy Beatley, basada en la pirámide de la alimentación y que sintetiza la dieta de naturaleza necesaria (Beatley & Denckla-Cobb, 2012).
[Fotografía de Asaph Guedes en Pexels]
Esperemos que el porcentaje de “confinamiento inconsciente” disminuya, tenemos que poner de nuestra parte para que así sea pues pertenecemos a una especie que necesita caminar y estar en contacto con la naturaleza, en espacios exteriores.
La especie humana se inició cuando un primate se puso en pie en plena naturaleza, probablemente para poder ver mejor dónde encontrar comida. Luego comenzó a caminar y no paró. Es más, ese primate seguramente pasaba cerca del 100% de su vida en el exterior.
[Fotografía de Og Mpango en Pexels]
¿A qué distancia necesitas un espacio verde?
Precisamente, el organismo público del gobierno británico “Natural England” recomienda tener un espacio verde junto a la biodiversidad que genera de al menos: 2 ha a no más de 300 m de distancia desde cada casa, es decir, a unos 5 min a pie; a 2 km de 20 hectáreas; a 5 km de 100 hectáreas y a 10 km de 500 ha, con un mínimo de 1 ha por cada 1000 habitantes. (Natural England, 2010)
Es más, en el estudio “Nature’s Role in Supporting Health during the COVID-19 Pandemic: A Geospatial and Socioecological Study” publicado en “International Journal of Environmental Research and Public Health”, detectaron mayores niveles de bienestar mental si el radio en el que se encontraba el espacio verde se situaba dentro de 250 m de distancia (Robinson et al., 2021).
[Infografía de cómo crear historias | Fuente: Natural England, 2010]
Estas distancias a espacios verdes junto a la dieta de naturaleza, nos permitirían librarnos del «trastorno por déficit de naturaleza» que comentaba antes, causado por nuestro alejamiento de la naturaleza y que conlleva repercusiones negativas en la salud y calidad de vida.
Es más, en el artículo científico “Does sleep grow on trees” se vincula el sueño insuficiente con la superficie de arbolado urbano en nuestras ciudades (Astell-Burt & Feng, 2020)
Muchas son las referencias que vinculan bienestar y cercanía a la naturaleza, todo indica que necesitamos un diseño biofílico en nuestro entorno.
[Fotografía de Thiago Matos en Pexels]
Los patrones del diseño biofílico
¿Dónde desarrollar este diseño? Nosotros la desarrollamos por un lado, en lo que Jan Gehl denomina como: “espacios entre los edificios” y por otro, en el diseño de edificios de nueva planta o en existentes, estableciendo siempre una relación entre el interior y exterior, a través de la naturaleza.
Con la pandemia de COVID-19 y otros desastres consecuencia del cambio climático, hay que reformular de manera urgente estos ámbitos y su relación. Cobra mucho protagonismo esa conexión entre el interior y el exterior, entre el urbanismo y la arquitectura, entre ciudad y espacio interior.
Si la biofilia es nuestra afinidad por la naturaleza, el diseño biofílico tiene en cuenta esta conexión y por ello integra la naturaleza en él.
La naturaleza no son sólo plantas, incluye ciclos, seres vivos, sensaciones…
Para ilustrar este tipo de diseño, me gustaría mostraros 14 patrones de diseño biofílico, clasificados en 3 categorías elaboradas por la consultoría ambiental Terrapin Bright Green, y coinciden bastante con nuestra aproximación. Son patrones relacionados con:
- La naturaleza en el espacio
- Las analogías naturales
- La naturaleza del espacio
Estos patrones son válidos para todo tipo de espacios y presentan reacciones biológicas contrastadas por estudios científicos que podéis consultar en la publicación original, aquí tan solo mencionaré esas reacciones (Browning et al., 2014, p. 12).
Cabe destacar que con posterioridad a esta publicación de Terrapin Bright Green, estos mismos patrones aparecen en la publicación “Lugares públicos de estancia con carácter biofílico. Manual de diseño” en cuya presentación participé (Pernas Alonso, 2020, p. 111)
Veamos cuales son estos 14 patrones:
[Fotografía de David Jorre on Unsplash]
Patrones de la naturaleza en el espacio
En el grupo de patrones de la naturaleza en el espacio, nos encontramos los que se refieren a la presencia directa, física y efímera en un espacio con plantas, agua, animales, sonidos, aromas y otros elementos naturales. Incluye:
- Una conexión visual con la naturaleza que permita la visión de elementos vivos como plantas, animales y procesos naturales entre otros. Este patrón está muy relacionado con estrategias de diseño tipo plantscaping. Esta conexión reduce la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, además de mejorar el compromiso, la atención mental, la actitud y la felicidad.
- Una conexión no-visual con la naturaleza mediante estímulos sensoriales (auditivos, táctiles, olfativos o gustativos) vinculados con la naturaleza. Reduce la presión sanguínea sistólica y las hormonas del estrés, impacta de manera positiva en el desempeño cognitivo además de mejorar la salud mental y la tranquilidad.
- Unos estímulos sensoriales no rítmicos, mediante conexiones aleatorias y efímeras con la naturaleza. Aportan un impacto positivo en el ritmo cardíaco, presión sanguínea sistólica y la actividad del sistema nervioso simpático.
- Unas variaciones térmicas y de corrientes de aire con cambios sutiles que ocurren en entornos naturales. Provocan un impacto positivo en el confort, bienestar, productividad y concentración. Además, mejoran la percepción de placer temporal y espacial.
- Una presencia de agua, percibida de manera visual, auditiva o incluso que se incorpore la posibilidad de tocarla. Este patrón, disminuye el estrés,el ritmo cardíaco y la presión sanguínea además de aumentar la tranquilidad. También provoca una mejora de la concentración, la percepción, la respuesta psicológica y restaura la memoria. Además, nos genera respuestas emocionales positivas.
- Una luz dinámica y difusa que cambia con el tiempo. Aporta un impacto positivo en el funcionamiento del sistema circadiano que nos ayuda a sincronizar el ritmo de sueño y vigilia. Además aumenta el confort visual.
- Una conexión con sistemas naturales que hacen tomar conciencia de los procesos naturales y cambios estacionales. Mejora las respuestas positivas de la salud y acentúa la percepción del entorno.
[Fotografía de Thuan Pham en Unsplash]
Patrones de analogías naturales
En el segundo gran grupo de patrones, nos encontramos con las analogías naturales que se refieren a representaciones orgánicas presentes en la naturaleza:
- Las formas y patrones biomórficos, por las que tenemos preferencia visual.
- La conexión con la naturaleza a través de los materiales, incluyendo en el diseño materiales y elementos de la naturaleza como la madera, lo cual disminuye la presión sanguínea diastólica, mejora el desempeño creativo y el confort.
- La complejidad y el orden, mediante una jerarquía inspirada en la naturaleza. Este patrón tiene un impacto positivo en las respuestas perceptuales y fisiológicas al estrés. Además, existe una preferencia visual por este tipo de orden natural.
[Fotografía de Marek Slomkowski en Unsplash]
Patrones de la naturaleza del espacio
Y por último, está el tercer gran grupo de patrones, los de la naturaleza del espacio, están:
- Las vistas en la distancia, que reducen el estrés, el aburrimiento, la irritabilidad y la fatiga, además de mejorar el confort y la percepción de seguridad.
- El refugio, es decir, un lugar para ponerse a resguardo, descansar del ajetreo, donde tu cabeza y espalda estén protegidas. Este patrón mejora la concentración, atención y percepción de seguridad.
- El misterio, con vistas parciales que esconden otros elementos y que nos produce una fuerte respuesta al placer.
- El riesgo / peligro controlado, mediante una amenaza visible de la que te sientas a resguardo. Esto genera fuertes respuestas de dopamina y también placer.
[Fotografía de Joe Pohle en Unsplash]
El doble planteamiento
En base a estos patrones ¿cómo abordar las intervenciones biofílicas tanto en exterior como en interior?
En cómo crear historias lo hacemos desde un doble planteamiento, a través de una metodología propia.
Por un lado, a escala humana, a través de la observación, la investigación de las huellas del lugar, la participación de las personas que habitan los espacios, en definitiva, el paisaje cultural, para realizar un análisis social, etnográfico que sirva de base para el diseño. Este análisis además, sienta las bases para la creación de una comunidad que siente como propio el proyecto y por lo tanto va a contribuir a su mantenimiento. Es fundamental trazar esos lazos con el entorno.
[Fotografía de Nick Bondarev en Pexels]
Relacionado con este planteamiento, ya os hable de Jan Gehl y los tres tipos de actividades básicas que son importantes conocer a la hora de diseñar espacios. También os hablé de la proxémica, que estudia la relación espacial entre las personas. En función de la situación y la confianza que tengas con la otra persona, mantienes una distancia u otra. Son rangos que varían en función también de un parámetro cultural. Conocer estas distancias es fundamental para poder diseñar espacios biofílicos donde las personas interactúen y se sientan cómodas, nosotros también somos naturaleza (Hueso, 2017).
[Infografía de cómo crear historias | Fuente: Hall, 1985]
Entrelazado con el análisis social, realizamos un análisis medioambiental y ambos estudios sirven de base para incorporar una serie de estrategias de Renaturalización a través de Soluciones basadas en la Naturaleza, con infraestructura verde que favorezca la presencia de flora y fauna autóctona, procesos y ciclos naturales, arbolado urbano que dialogue con el medio construido, cubiertas ajardinadas, muros verdes, SUDS…
[Infografía de cómo crear historias | Fuente: Hidrología Sostenible e Iglesias Diaz, 2013]
Una vez sentadas las bases de nuestra aproximación a la biofilia, podéis visitar La misteriosa historia del jardín que produce agua, nuestro relato construido que reúne algunos de los temas biofílicos que he ido mencionando.
Desde cómo crear historias buscamos personas que necesiten nuestra creatividad para mejorar su entorno a través de la naturaleza y la arquitectura.
¿Te sumas a este reto?
Fotografías e infografías:
(Por orden de aparición)
Fotografía de Dave Hoefler en Unsplash
Fotografía de Pixabay en Pexels
Fotografía de Nick Bondarev en Pexels
Fotografía de Dan Gold en Unsplash
Fotografía de Asaph Guedes en Pexels
Fotografía de Og Mpango en Pexels
Infografía de cómo crear historias | Fuente: Natural England, 2010
Fotografía de Thiago Matos en Pexels
Fotografía de David Jorre on Unsplash
Fotografía de Thuan Pham en Unsplash
Fotografía de Marek Slomkowski en Unsplash
Fotografía de Joe Pohle en Unsplash
Fotografía de Nick Bondarev en Pexels
Infografía de cómo crear historias | Fuente: Hall, 1985
Infografía de cómo crear historias | Fuente: Hidrología Sostenible e Iglesias Diaz, 2013
Fotografía de David Frutos | Proyecto y dirección de obra de cómo crear historias
Bibliografía:
AIMC. (2016). AIMC Marcas revela que los españoles pasan casi 15 horas al día en casa.
Astell-Burt, T., & Feng, X. (2020). Does sleep grow on trees? A longitudinal study to investigate potential prevention of insufficient sleep with different types of urban green space. SSM – Population Health, 10, 100497.
Beatley, T., & Denckla-Cobb, T. (2012, agosto 7). Exploring the Nature Pyramid. The Nature of Cities.
Browning, W., Ryan, C., & Clancy, J. (2014). 14 Patrones de Diseño Biofílico. Mejorando la salud y el bienestar en el entorno construido. Terrapin Bright Green.
Hueso, K. (2017). Somos naturaleza. Viaje a nuestra esencia (1o edición: octubre de 2017). Plataforma Editorial.
Louv, R. (2012). Volver a la naturaleza: El valor del mundo natural para recuperar la salud individual y comunitaria. RBA.
Natural England. (2010). «Nature Nearby» Accesible Natural Greenspace Guidance.
Pernas Alonso, I. (2020). Lugares públicos de estancia con carácter biofílico. Manual de diseño. Cluster de Madeira e o Deseño de Galicia.
Robinson, J. M., Brindley, P., Cameron, R., MacCarthy, D., & Jorgensen, A. (2021). Nature’s Role in Supporting Health during the COVID-19 Pandemic: A Geospatial and Socioecological Study. International Journal of Environmental Research and Public Health, 18(5), 2227.
RTVE. (2020, 26). La internet del bosque. En El escarabajo verde.
Wandersee, J. H., & Schussler, E. E. (1999). Preventing Plant Blindness. The American Biology Teacher, 61(2), 82-86.
Wilson, E. O. (2003). Biophilia. Harvard University Press.
[Fotografía de David Frutos | Proyecto y dirección de obra de cómo crear historias]