Muchos estamos pensando en el después, en cómo será la nueva normalidad post-pandemia y cómo estar preparados ante nuevos episodios o desastres que puedan surgir.

La palabra que continuamente me viene a la mente es “resiliencia”. Veamos que significa según la RAE:

“1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.

2. f. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.”  (RAE, 2020)

Desde que se inició la crisis del coronavirus, hemos puesto a prueba la resiliencia de nuestras ciudades y espacios desde la flexibilidad. Nuestras viviendas son ahora colegios, oficinas, bares, restaurantes, calle donde manifestarse y pasear. Es también una especie de espacio público donde nos relacionamos con los demás y con el entorno, un espacio de fuga del que ya hablamos; los Hoteles, residencias e IFEMA (feria de Madrid) se han transformado en hospitales; el Palacio de Hielo y Instituto Anatómico forense de la Ciudad de la Justicia en Madrid asumen funciones de morgue.

¿Tiene nuestro sistema suficiente resiliencia para afrontar la situación? Cuando podamos salir de nuestras casas, no volveremos a la normalidad si no a un nuevo día a día muy dañado que tendremos que sanar. Necesitaremos construir una nueva realidad resiliente si queremos sobrevivir como especie. Esto es un aviso, advierte Eudald Carbonell, la próxima vez será el colapso de la especie  (Redacción La Vanguardia, 2020). En la base de esa resiliencia tendrá que estar la cooperación y el apoyo mutuo por encima de la competitividad.

Hace años, Michael Tomasello se preguntó desde las ciencias cognitivas “¿qué es lo que nos hace específicamente humanos?” y comprobó que lo que distingue a la naturaleza humana del resto es su tendencia innata a cooperar (Tomasello, 2010). Confío que así sea, que cooperemos y nos apoyemos cuando tengamos que construir esa nueva normalidad. La buena noticia es que así está siendo durante el confinamiento. Están aflorando grandes redes de apoyo mutuo con los recursos de los que cada persona o empresa dispone.

Tenemos el caldo de cultivo perfecto, así que ¿cómo hacer que el sistema sea resiliente? y en definitiva ¿cómo desarrollar espacios y ciudades resilientes? que es el ámbito que conocemos como profesionales de la arquitectura y el paisaje.

Para contestar, tengo que volver atrás y hablaros de los elementos del caos, como los denomina David Wallace-Wells, pues son los que están ocasionando y ocasionarán toda una colección de desastres, según nos advierte (Wallace-Wells, 2019). Empecemos por el principio:

(Foto de Lucas Pezeta en Pexels)

Los elementos del caos en un planeta inhóspito

“El calentamiento global no es un solo culpable; es toda una conspiración” (Wallace-Wells, 2019)

Llevamos tiempo dedicados a la integración de la naturaleza en el entorno, así que nos hemos ido poniendo en contacto con un gran número personas procedentes de otras disciplinas afines: ingeniería agronómica, forestal y de montes, psicología ambiental y social, geografía, ambientología, paisajismo, biología… Con ellos estamos trazando una amplia red de colaboración, además de enriquecer nuestros conocimientos.

Lo curioso es que desde el año pasado, mencionaban como referente el libro del historiador y periodista David Wallace-Wells: “El planeta inhóspito” (Wallace-Wells, 2019) siempre acompañado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Por supuesto, en cuanto pude, me hice con él y comencé a leerlo, a llenarlo de señaladores y a subrayarlo con gran avidez, tal como hago todos los libros de teoría que caen en mis manos y que son míos, claro. Los que me conocen saben que los libros y las plantas son mi gran obsesión. He de confesar que todavía no lo he terminado de leer, me está costando mucho avanzar a través de sus páginas llenas de amenazas para nuestro entorno y que tienen su origen en el cambio climático. Está formado por cuatro partes y tan solo llevo leídas las dos primeras: los efectos en cascada que ocasiona el calentamiento global a través de circuitos que se retroalimentan (Wallace-Wells, 2019, p. 33) y los elementos del caos, que se desencadenan también por ese calentamiento global y están interconectados (Wallace-Wells, 2019, p. 51). Uno de estos elementos precisamente es la pandemia, una causa indirecta del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Fernando Valladares nos advierte que «si no sanamos el clima, volveremos a enfermar»:

“Hace quince años se aportaron las primeras indicaciones científicas sobre la función protectora de la biodiversidad. Gracias a efectos como la dilución de la carga vírica y la amortiguación del contagio, la biodiversidad es una inmensa y eficaz barrera para las zoonosis.”

(…)

Una naturaleza sana, de ecosistemas funcionales y ricos en especies nos protege de una manera muy amplia ante infecciones por patógenos. No solo a través de la biodiversidad. Por ejemplo, la naturaleza puede frenar el polvo del desierto y reducir la contaminación atmosférica, dos vehículos que propagan virus y que acentúan los síntomas respiratorios en los pacientes afectados por la COVID-19.” (Valladares, 2020)

(Foto de Tim Marshall on Unsplash)

Biodiversidad para crear espacios y ciudades resilientes

La biodiversidad es nuestro escudo protector frente a la propagación de virus, afirmación que también recoge el artículo “La lucha contra el coronavirus es también la climática” de Guadalupe Bécares (Bécares, 2020)

Es más, me atrevo a afirmar que la biodiversidad es el escudo protector frente al cambio climático, nuestro gran recurso para hacer nuestros espacios y ciudades más resilientes, de ahí nuestro interés en integrar la naturaleza en la arquitectura y desde Naciones Unidas lo confirman. En el año 2012, elaboraron un manual sobre cómo desarrollar ciudades más resilientes, escrito para líderes de gobiernos locales (Naciones Unidas, 2012). Pues bien, en este manual enumeran diez acciones esenciales para lograr ciudades resilientes frente a diversos factores de riesgo y desastres. Una vez más, una de estas acciones es precisamente la protección de la biodiversidad como factor vinculado a la resiliencia.

Con esto no trato de decir que el fomento de la biodiversidad sea la única solución de las que disponemos para no llegar a situaciones como esta pandemia que estamos sufriendo, es tan sólo una de las acciones que podríamos plantearnos introducir. Todos los esfuerzos suman.

(Foto de Ivan Bandura on Unsplash)

Naturaleza y arquitectura para fomentar la biodiversidad: estrategias

En cuanto nos sea posible, tenemos que continuar orientando nuestros esfuerzos en adaptarnos y mitigar el cambio climático con más intensidad si cabe para incrementar así la biodiversidad y hacer frente a los elementos del caos generados por el cambio climático que enumera Davis Wallace-Wells, conseguiremos beneficiarnos de sus servicios ecosistémicos  y tendremos espacios y ciudades más resilientes.

La manera que tenemos en cómo crear historias de crear esa resiliencia es a través de soluciones basadas en la naturaleza y de la renaturalización urbana, a través de diferentes estrategias. Es difícil hacer un listado de estrategias, pues todas están interrelacionadas. Os muestro algunas para que entendáis de que estamos hablando:

(Foto de Markus Spiske on Unsplash)

01. Conexión flexible con el entorno

Cuando superemos la crisis va a ser necesario que nos rodeemos de más naturaleza y que hagamos más flexibles nuestros espacios en las diferentes escalas interrelacionadas (ciudad, barrio y edificio) para poder adaptarnos a una situación en continua transformación a posibles episodios adversos. Tras haber estado tanto tiempo sin poder salir de nuestras casas, la relación con el exterior será vital. Necesitaremos que nuestros espacios puedan abrirse para entrar en contacto con el entorno y que crezcan hacia el exterior, así que será vital dotarlos de naturaleza.

Estrategias como las que se plantean desde el plantscaping, creando jardines en los espacios interiores en paralelo a la incorporación de infraestructura verde en el exterior, ayudan a crear esa continuidad espacial que hacen olvidar que estas encerrado en un interior.

(Vista general de “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos)

02. Corredores ambientales

Al integrar la naturaleza en el medio construido hacemos posible la conexión entre espacios verdes y la generación de corredores ambientales que den continuidad y fomenten una biodiversidad autóctona que nos proteja. El medio construido, tanto edificios como el espacio entre ellos, tiene que ser capaz albergar todo un ecosistema con flora y fauna autóctona, en la medida de lo posible y sin generar molestias. La creación de corredores ecológicos integrados en la ciudad mantienen la composición, estructura y función del paisaje que unen y que hace posible los desplazamientos de la fauna y así hacer posible una mayor diversidad.

(Foto de Zulian Yuliansyah en Pexels)

03. Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible

Los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible, contribuyen a la renaturalización de los espacios al restaurar el ciclo natural del agua en las ciudades, al no impermeabilizar el suelo, con pavimentos permeables y superficies vegetales que hagan posible el crecimiento de flora espontánea, que es precisamente la mejor adaptada a su entorno y la que requiere menos recursos para su mantenimiento.

(Foto de Daniel Lazarov en Pexels)

04. Infraestructura que favorezca la presencia de flora y fauna autóctona

Los espacios exteriores y edificios pueden acoger además de flora, fauna local si se tiene en cuenta su presencia y se resuelven los posibles conflictos que puedan ocasionar. Si se incluye la vegetación en sus fachadas (a través de muros verdes o plantas trepadoras), cubiertas, espacios exteriores, o incluso se integran en los edificios nidos adaptados a las especies autóctonas (con pequeños diámetros de apertura que eviten la presencia de especies invasoras como las palomas)  pueden acoger aves e insectos y crear todo ecosistema. Los sistemas para acoger flora y fauna, dependerán de un estudio específico de la biodiversidad de la zona.

(Foto de Joe Green on Unsplash)

05. Procesos de renaturalización

La naturaleza siempre reclama su lugar e intenta colonizar los espacios construidos. Si observamos y aprovechamos su iniciativa al facilitar estos procesos, estaremos incorporando una flora verdaderamente autóctona que requiere muy poco mantenimiento, adaptada a las condiciones climáticas del entorno que atrae a insectos polinizadores. Lugares como las grietas urbanas o los alcorques, espacios que aprovechan estas especies, facilitemos su tarea para estimular la biodiversidad urbana. Todos los espacios suman. Precisamente de la grietas urbanas nos habla Josep M Mompín Valeri en su blog Mompin’s Jardins (Mompín Valeri, 2020)

(Foto de Mattia Astorino on Unsplash)

Sobre los alcorques, hay un proyecto muy interesante en Barcelona “Alcorques vivos” desarrollado por Puy Alonso Martínez y Lorena Escuer (Escuer Constante & Alonso Martínez, 2020), un proyecto piloto de siembra de herbáceas de flor nativas y atractivas a la fauna útil para el control biológico de plagas en arbolado viario.

(Vegetación espontánea en Algorta (Getxo, Bizkaia) | Autor: Cómo crear historias)

Incluso se puede apoyar el proceso de renaturalización en una estrategia de “desire paths” en espacios verdes, dejando que las personas decidan sus propios caminos, tal como hicimos en la “La misteriosa historia del jardín que produce agua”

(Foto de Boris Smokrovic on Unsplash)

06. Incorporación de ciclos naturales

Si te fijas, la naturaleza tiene optimizados muchos procesos, tan solo hay que observarlos e introducirlos en las ciudades. Hablamos por ejemplo de sistemas con la fitodepuración o depuración del agua de manera natural, a través de plantas de ribera, que son las encargadas de limpiar nuestras aguas en los ríos.

(Foto de Skitterphoto en Pexels)

07. Arbolado urbano que dialogue con el medio construido

Si se escogen las especies adecuadas, respetando sus necesidades espaciales y con un adecuado sistema de alcorques, la arquitectura y los árboles pueden convivir. Sistemas como los que plantean en Green Blue Urban, por ejemplo.

La diversificación del arbolado que huyan de las alineaciones monoespecie, favorece la biodiversidad y transforma la ciudad en un bosque urbano.

¿Se te ocurren más estrategias que incorporen la naturaleza en la arquitectura?

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(Estanque con plantas macrofitas que depuran agua “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos)

Fotografías:

(Por orden de aparición)

  1. Foto de Lucas Pezeta en Pexels
  2. Foto de Tim Marshall on Unsplash
  3. Foto de Ivan Bandura on Unsplash
  4. Foto de Markus Spiske on Unsplash
  5. Vista general de “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
  6. Foto de Zulian Yuliansyah en Pexels
  7. Foto de Daniel Lazarov en Pexels
  8. Foto de Joe Green on Unsplash
  9. Foto de Mattia Astorino on Unsplash
  10. Vegetación espontánea en Algorta (Getxo, Bizkaia) | Autor: cómo crear historias
  11. Foto de Boris Smokrovic on Unsplash
  12. Foto de Skitterphoto en Pexels
  13. Estanque con plantas macrofitas que depuran agua “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
  14. Foto de Luca Dugaro on Unsplash

Bibliografía:

Bécares, G. (2020, marzo 25). La lucha contra el coronavirus es también la climática. Ethic.

Escuer Constante, L., & Alonso Martínez, P. (2020). Procesos ecológicos en la ciudad: Un pequeño ecosistema en los alcorques de Barcelona. Revista Montes, I trimestre(Número 139), 68-71.

Mompín Valeri, J. M. (2020, marzo 12). Las grietas urbanas y los procesos de renaturalización. Mompin’s Jardins.

Naciones Unidas. (2012). Cómo desarrollar ciudades más resilientes. Un manual para líderes de los gobiernos locales.

RAE. (2020, marzo 31). Resiliencia | Diccionario de la lengua española. «Diccionario de la lengua española» – Edición del Tricentenario.

Redacción La Vanguardia. (2020, marzo 21). Eudald Carbonell: «El COVID-19 es el último aviso ante colapso como especie». La Vanguardia.

Tomasello, M. (2010). ¿Por qué cooperamos? Katz Editores.

Valladares, F. (2020, abril 2). Si no sanamos el clima, volveremos a enfermar. The Conversation.

Wallace-Wells, D. (2019). El planeta inhóspito: La vida después del calentamiento (M. P. Sánchez;, Trad.; Edición: 001). DEBATE.

(Foto de Luca Dugaro on Unsplash)

“Fernando Higueras. Desde el origen”, así se titula la exposición en la Fundación ICO que recorre la obra de este arquitecto singular de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, que inició su andadura en la segunda mitad del S. XX. Ilustra ejemplos de cómo la naturaleza, los jardines interiores y los espacios comunes se encuentran para generar auténticos oasis urbanos que te cuidan e incluso te permiten viajar a paisajes lejanos.

Seguro que conoces la famosa “Corona de Espinas” de Madrid, situada en la Ciudad Universitaria. Puede que te preguntes al verla: ¿qué es eso?

Y eso mismo te preguntabas tú, cuando la veías todos los días de camino al trabajo. Es normal que te llamase la atención, es un edificio muy singular declarado Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid. Incluso la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en su Congreso de 1975, lo catalogó como una de las veinticuatro edificaciones más interesantes de Madrid.

El otro día pudiste desvelar el misterio. Descubriste de manera casual, en uno de esos momentos de serendipia en los que buscas inspiración para intentar viajar a otros lugares. Ese edificio que veías todos los días, apareció en un artículo que hablaba sobre una exposición: “Fernando Higueras. Desde el origen” en la Fundación ICO. El nombre te sonaba de algo, siempre he admirado esa habilidad que tienes para recordar nombres. Te acordaste de un relato que te conté hace tiempo:

Estaba en la Escuela de Arquitectura de Madrid y me dirigía a clase de proyectos de los profesores Aranguren y Gallegos. Nos habían preparado una conferencia con un tal Fernando Higueras. Yo no le conocía. De camino a clase, como era habitual, había una exposición  de Proyectos Fin de Carrera, pero en esta ocasión, había algo que no encaja en la fauna de la Escuela: se trataba de un señor mayor que se detenía a estudiar cada uno de los paneles con gran interés. Pensé: “Parece que se ha perdido”. Sin embargo, la que estaba perdida era yo. Llegué a clase y esperé que empezara la conferencia. Lo demás, lo puedes adivinar ¿no?, pues sí, Fernando Higueras, era precisamente ese señor que había visto en el pasillo y nos relató la más maravillosa de las conferencias que jamás oí en la Escuela. Su cercanía, su manera de hablar, la relación con el paisaje, la vegetación inundando los espacios y los procesos proyectuales, todo contado con gran sencillez, me llenaron de entusiasmo e impregnaron mis propios proyectos. Ahí fue donde, al igual que tu, también le puse nombre a la “Corona de espinas”.

Decidiste ir a la exposición, claro, no podías perdértela, te fascinan las casualidades. Por un segundo pensaste en llamarme para ir conmigo, pero habías perdido mis datos de contacto. Tiraste del hilo que salía de esos dos sucesos que te vinculaban a Fernando Higueras y saliste de la visita a la exposición más entusiasmada que al inicio, incluso te compraste el catálogo. Te llamaron la atención sobre todo cinco proyectos. Incluso les pusiste un nombre para hacerlos tuyos:

Viviendas para el Patronato
de Casas Militares
Glorieta de Ruiz Jiménez, Madrid
Proyecto de F. Higueras
en colaboración
con Antonio Miró
1967-1975

Centro de restauraciones, ‘la Corona de Espinas’ Ciudad Universitaria, Madrid Proyecto de F. Higueras en colaboración con Antonio Miró y J. A. Fernández Ordóñez 1965-1985

Una corona de Espinas con jardín interior

La vegetación contribuye a ablandar el espacio y lo hace más confortable, te ofrece un bienestar esencial, primigenio. Es un elemento presente en la gran mayoría de los proyectos de Higueras, bien sea en forma de trepadoras en jardineras, en terrazas o patios interiores mediante árboles, arbustos y plantas de menor porte. Introduce el paisaje en el interior, practicando una suerte de «plantscaping» mediante la ubicación estratégica de plantas, potencia y destaca cualidades espaciales que te inundan y te reconfortan al vivenciarlas. Era un auténtico maestro de la creación de oasis urbanos.

Pudiste ver que según Lola Botia, comisaria de la exposición y María Isabel Navarro Segura (VVAA, 2019), la “Corona de espinas” es en realidad el Centro de Restauraciones Artísticas y tiene a sus espaldas una larga historia que se remonta al año 1961, cuando el arquitecto Fernando Higueras, ganó con este proyecto el Premio Nacional de Arquitectura. La obra se empezó a ejecutar en 1965 y sufró innumerables modificaciones. Sin embargo, según cuenta el propio Higueras:

“Decidimos en lugar de hacer un traje ajustado, hacer una capa española, que sirve igual para un gordo o un flaco. Entonces este edificio, afortunadamente por su estructura y su forma, puede albergar cualquier programa” (Fundación Fernando Higueras, 1976a)

La obra quedó paralizada varios años hasta que se retomó en 1985 (Navarro Segura, 2019, p. 374). Estuvo tanto tiempo parada, que dió tiempo a que Antonio López, amigo de Fernando Higueras, realizará un dibujo del edificio en obras. También cuenta la leyenda, que incluso creció un árbol en el patio interior.

Tiene un corte en la forma, pues además de marcar la entrada, facilita la orientación de los usuarios en su recorrido circular, mecanismo de wayfinding en estado puro. Cuenta con 5 patios radiales y uno central que se inundan de vegetación colgante. Esto precisamente te atrajo desde el primer instante y pensaste cómo sería trabajar en un sitio así, con un jardín en su interior y no en el habitáculo que sufres todos los días.

Según cuenta María Isabel Navarro Segura (Navarro Segura, 2019, p. 374), el Centro de Restauraciones, marcó el inicio del concepto de megaformas denominadas “plantas radiales” de Higueras. Fue una distribución precursora de otros museos y centros de arte, que la incorporaron con posterioridad para poder usar el lugar sin introducirse en el edificio. Puedes traspasar su nivel inferior a través de unos jardines que continúan en el patio interior.

También descubriste lo que Alberto Humanes Bustamante denomina como una de las obsesiones de Higueras “la arquitectura erizo”, pues los seres vivos sólo tienen aristas en los dientes y uñas, el resto es blando:

“ (…) edificios con imponente coraza exterior y con un interior suave, suavizado más aún por la luz y la vegetación, edificios con aristas en el exterior y con un interior redondeado (…) En su arquitectura los interiores son suaves y redondeados (…) Siempre ha hecho erizos.” (Humanes Bustamante, 2019, p. 405)

Te traslada al habitar de una concha, que describe Gaston Bachelard en “La poética del espacio” a través de (Bachelard, 1957, p. 166). Describe cómo preferimos unos elementos lisos y pulidos que te protejan para crear tu espacio, para que te brinde un bienestar esencial que responda a las sensaciones que experimenta el cuerpo con relación la arquitectura. María Isabel Navarro Segura apoya este tipo de habitar en la arquitectura de Higueras:

“(…) Las formas redondeadas garantizan una mejor adaptación a las características del cuerpo, así como una textura blanda que se localice preferentemente en el plano del suelo y hasta la altura media de un ser humano.” (Navarro Segura, 2019, p. 363)

Centro de restauraciones,
‘la Corona de Espinas’
Ciudad Universitaria, Madrid
Proyecto de F. Higueras
en colaboración
con Antonio Miró
y J. A. Fernández Ordóñez
1965-1985

Centro de restauraciones, ‘la Corona de Espinas’ Ciudad Universitaria, Madrid Proyecto de F. Higueras en colaboración con Antonio Miró y J. A. Fernández Ordóñez 1965-1985

Una gran montaña de vegetación con vistas al mar

Un ejemplo muy significativo y espectacular de plantscaping o jardín de interiores, es el Hotel de las Salinas, en Lanzarote. Su planteamiento es de un gran recipiente en forma de Y, dando la posibilidad a que todas las habitaciones disfruten de vistas al mar. Las habitaciones son escalonadas, por lo que permite el soleamiento de sus terrazas vegetadas. Además, desde cada habitación, no puedes ver a los que estan abajo, según relata Higueras (Fundación Fernando Higueras, 1976b). A su vez, las jardineras se emplean para mantener la privacidad  a ambos lados de cada una de las terrazas. Todas las habitaciones escalonadas arropan un gran jardín interior paradisiaco (VVAA, 2019, p. 214). Tal como relata el propio Higueras en referencia al jardín interior:

“Todo esto es un enorme jardín. En Lanzarote, en cuanto está protegido un espacio del viento, se da la más maravillosa de las jardinerias. Y esta es la idea, que las galerías vayan alrededor de un jardín, que es como un oasis interior” (Fundación Fernando Higueras, 1976b)

Este gran oasis interior, te acompaña a lo largo del recorrido de las largas galerías, de las que brotan jardineras con vegetación colgante, tal como relata el propio Higueras:

“Tiene 350 habitaciones, esto obliga a unos recorridos horizontales larguísimos y lo que hemos hecho es que esos pasillos vayan en voladizo sobre un gran espacio vacío interior donde se mete un gran jardín, un poco como pasaba en la Alhambra. En los recorridos largos, acompañados de jardines, fuentes y tal que es lo que hay en el interior.” (Fundación Fernando Higueras, 1976b)

Incluso en los comedores se introduce también vegetación colgante. Al interior, la vegetación cuelga y sube. Al exterior, la idea era que todo fuese una gran montaña de vegetación y que casi no se viera el edificio en la zona que da al mar:

“(…) Todo esto estará lleno de vegetación y casi no se verá el edificio. La idea es que esto sea como una gran montaña de vegetación en la zona esta que da al mar. Bueno, al ser forma de Y griega, (…) en diente de sierra y todas tienen orientación al mar” (Fundación Fernando Higueras, 1976b)

Centro de restauraciones,
‘la Corona de Espinas’
Ciudad Universitaria, Madrid
Proyecto de F. Higueras
en colaboración
con Antonio Miró
y J. A. Fernández Ordóñez
1965-1985

Hotel Las Salinas Costa Teguise, Lanzarote Proyecto de F. Higueras 1973-1977
Hotel Las Salinas Costa Teguise, Lanzarote Proyecto de F. Higueras 1973-1977

Un oasis habitacional en Madrid

Las terrazas y sus jardineras, son las protagonistas de otro edificio que también descubriste, aunque también lo conocías, a que sí. Está situado en la Glorieta de Ruiz Jiménez de Madrid, y es un auténtico oasis urbano. No solo lo decimos nosotros, también lo dicen en Architectural Digest (Tomás, 2017). Se trata de las Viviendas para el Patronato de Casas Militares, integradas en 3 bloques. Según figura en el catálogo de la exposición (VVAA, 2019, p. 158), están agrupados en dos y un bloque, separados por una vía de tráfico. Los dos edificios que se encuentran juntos, se ordenan alrededor de un patio interior más amplio que el exigido por la normativa y proporcionan una mayor ventilación e iluminación, además de crear un ambiente acogedor con amplias y amables vistas vegetadas.

Todas sus fachadas, en todos sus niveles, cuentan con terrazas voladas, corridas y ajardinadas en toda su longitud, para proteger del sol en verano. Esto le confiere al edificio una suerte de jardín vertical que además contribuye a absorber el ruido urbano. La separación entre viviendas, viene marcada por enormes jardineras que impiden vistas de un lado a otro e incorporan iluminación en su parte baja, sin que se vea el punto de luz de donde procede.

Sin duda, Fernando Higueras encontró un aliado en la vegetación casi de manera constante, pues según decía en muchas ocasiones, puede esconder los errores de la construcción. Sin embargo, más allá de esta afirmación emitida desde la modestia, bien es cierto que este aliado vegetal confiere a todas sus obras de un carácter paradisíaco que consigue sumergirte en la naturaleza a través de su capacidad evocadora.

Hotel Las Salinas
Costa Teguise, Lanzarote
Proyecto de F. Higueras
1973-1977

Viviendas para el Patronato de Casas Militares Glorieta de Ruiz Jiménez, Madrid Proyecto de F. Higueras en colaboración con Antonio Miró 1967-1975

“Preferiría no hacerlo”

El quinto proyecto y el que más te gustó, estaba oculto y fue precisamente uno que no hizo en Canarias. Sólo una admiradora de “Bartleby, el escribiente” como tu, pudo verlo. Ante la increíble grandeza del paisaje, la mejor decisión es no hacer, en palabras de Higueras recogidas por María Isabel Navarro:

    “Lo mejor que hice en Canarias es lo que no quise hacer en el Gran Volcán del Golfo, cuando llegué al principio: un hotel de cuatro estrellas al oeste de Lanzarote el año 63, y que se habría cargado lo más hermoso de ver en esta preciosa isla con mi ecológico hotel. Igual me enorgullece haber salvado La Geria y las Montañas de Fuego, hoy parque de Timanfaya, que son parque por nosotros.” (Navarro Segura, 2019, p.381)

Para entender el origen de la fascinación y el respeto por la naturaleza de Fernando Higueras, te falta conocer una última pieza del puzzle: el Instituto de Libre Enseñanza. Higueras fue alumno del Colegio Estilo, cuyo edificio posteriormente construyó y que estaba basado en el proyecto pedagógico del Instituto Libre de Enseñanza (ILE) promovido por Giner de los Ríos (García Ovies, 2015). Ascensión García Ovies, en su gran tesis “El pensamiento creativo de Fernando Higueras”, que te recomiendo leer, te da la pista y afirma en referencia al ILE:

«Entre los objetivos pedagógicos de Giner de los Ríos para este proyecto estarían la estrecha relación de la naturaleza con las aulas, la existencia de espacios de juego, pequeños huertos, un estanque para practicar natación y un jardín botánico repartido en el conjunto de los jardines y espacios libre destinados en la parcela junto a la edificación proyectada.» (García Ovies, 2015)

¿Te imaginas pasar tu infancia y juventud en un lugar así?

El proyecto del Colegio Estudio que realizó Higueras, del que hablaremos más adelante en otro artículo, cuenta precisamente con unos espacios similares a estos. Incluso me atrevería a decir que algunos de estos elementos de disfrute de la naturaleza, podemos verlos reflejados en cierto modo en sus obras.

Como ves, aquí esta el texto que te dije que iba a escribir. Ha sido posible gracias una de tus serendipias, que actuó y nos juntó. En una de tus derivas por la red, me encontraste porque publiqué una imagen de la exposición en Instagram y en seguida te pusiste en contacto conmigo. Gracias a tus comentarios he ido hilando el texto para dar sentido a tu intuición. Espero que estas palabras te ayuden a viajar a esos paisajes que evocan lo que pudiste ver y sentir en la exposición.

Viviendas para el Patronato
de Casas Militares
Glorieta de Ruiz Jiménez, Madrid
Proyecto de F. Higueras
en colaboración con Antonio Miró
1967-1975

Agradecimientos:

A Ricardo Higueras y Ascensión García Ovies, por mostrarme la última pieza del puzzle, indispensable para entender la obra de Fernando Higueras.

A la Fundación ICO, por acogernos y guiarnos en la pre-inauguración. Gracias a Gonzalo Doval Sánchez, Responsable del Área de Arte de la Fundación ICO y Pacho Prieto-Moreno de Soda Comunicación (coordinador del montaje de la exposición) por ser nuestros guías en ese viaje. Y a Marta del Riego de Mahala, por invitarnos.

Datos de la exposición:

Título: ‘Fernando Higueras. Desde el origen’

Lugar: Fundación ICO, C/Zorrilla 3, Madrid

Fecha: del 27 de febrero al 19 de mayo de 2019

Comisaria: Lola Botia

Diseño de la exposición: Soda Comunicación

Montaje: Intervento

Comunicación: Mahala

Fotografías:

Fundación Fernando Higueras (por orden de aparición en el texto):

Centro de restauraciones, ‘la Corona de Espinas’ | Ciudad Universitaria, Madrid | Proyecto de F. Higueras en colaboración con Antonio Miró y J. A. Fernández Ordóñez | 1965-1985

Hotel Las Salinas | Costa Teguise, Lanzarote | Proyecto de F. Higueras | 1973-1977

Viviendas para el Patronato de Casas Militares | Glorieta de Ruiz Jiménez, Madrid | Proyecto de F. Higueras en colaboración con Antonio Miró | 1967-1975

Bibliografía:

Bachelard, G. (1957). La poética del espacio (Segunda reimpresión en España, 1998). Madrid: Fondo de Cultura Económica.

Fundación Fernando Higueras. (1976a). Fernando Higueras – Centro De Restauraciones En La Ciudad Universitaria De Madrid. 1965. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=yuZi4Dwr4tU&feature=youtu.be

Fundación Fernando Higueras. (1976b). Fernando Higueras – Hotel Las Salinas En Costa Teguise – Lanzarote. 1973. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=lKEbpEM7Sw8&feature=youtu.be

Fundación Fernando Higueras. (1976c). Fernando Higueras – Unidad Vecinal De Absorción En Hortaleza. 1963. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=Qi370nzgCiw&feature=youtu.be

Fundación Fernando Higueras. (1976d). Fernando Higueras – Viviendas Para El Patronato De Casas Militares En Madrid. 1967. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=zezoZ3jq7VY&feature=youtu.be

García Ovies, A. (2015). El pensamiento creativo de Fernando Higueras (phd). E.T.S. Arquitectura (UPM). Recuperado de http://oa.upm.es/34963/

Humanes Bustamante, A. (2019). Desde el vientre del erizo. En Fernando Higueras. Desde el origen (pp. 403-405). Fundación ICO.

Navarro Segura, M. I. (2019). Desde el origen. La arquitectura de Fernando Higueras. En Fernando Higueras. Desde el origen (pp. 360-381). Fundación ICO.

Tomás, C. (2017, abril 13). El OASIS de Higueras en el centro de Madrid. Recuperado 13 de marzo de 2019, de https://www.revistaad.es/arquitectura/articulos/el-oasis-de-higueras-en-el-centro-de-madrid/18851

VVAA. (2019). Fernando Higueras. Desde el origen. Madrid: Fundación ICO.