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Buscaba otra cosa, de verdad, mi temática es otra, pero se puso en mi camino y no pude negarme. No sabría bien cómo explicarlo, tiene un algo me atrae, quizás su promesa de futuro, de formar parte de un relato de ciencia ficción. El caso es que una especie de deriva accidental me ha llevado a diseñar el «Curso de ChatGPT, Gemini, Copilot, Claude y otras herramientas de IA» en formato e-learning.
Fuente: Unsplash | Fotografía: NICO BHLR
Todo empezó por el sentido de la maravilla
Creo que hechizaron cuando era pequeña. Recuerdo aquel día, tendría unos once años, estaba en el salón de mi casa y mi padre encendió la televisión, aquel armatoste tridimensional que sólo emitía en dos canales. En él apareció una persona dando órdenes a una asistente virtual para que le ampliase detalles de una foto. Quedé hipnotizada por la dinámica y la secuencia rítmica. Después supe que esa escena pertenecía a Blade Runner, una de mis películas favoritas. Con ella descubrí por primera vez lo que se conoce como el sentido de la maravilla en la narrativa de ciencia ficción.
Mi fascinación fue creciendo. Películas como Juegos de Guerra, la saga completa de Star Wars, Terminator, incluso algunas películas de ánime de las que no recuerdo su nombre, fueron alimentando mi mochila de referencias. En todas ellas de alguna manera, siempre estaba la IA presente, para bien o para mal.
Incluso en el instituto, recuerdo el día que nuestro profesor de lengua de 1º de BUP nos contó un relato que me perturbó. En él, tras fabricar la máquina más inteligente del mundo, le hicieron la pregunta que más ansiaban conocer: “¿Existe un dios?” La máquina estuvo días pensando hasta que contestó: “Ahora sí”. El relato se llamaba «La respuesta» y lo escribió Fredric Brown en 1954, ChatGPT me ayudó a localizarlo.
Fuente: Escena de Blade Runner | Director: Ridley Scott, 1982
De la ficción a mi día a día
Lo que una vez fue una fascinación nacida en el cine y la literatura, hoy se ha transformado en una realidad tangible en mi trabajo diario. Cuando la IA se convirtió en nuestro presente me sentí parte de todos esos relatos de ciencia ficción. Había un “ente” que decía estar aquí para ayudarnos. Así que, como buena anfitriona, me presenté y estuve charlando con este nuevo “ser”, incluso aprendí su “idioma”.
Enseguida vi su potencial para librarnos de tareas tediosas. La IA es una ayudante, no una sustituta. La entiendo como una herramienta que nos necesita para generar contenido. Para poder trabajar con ella, tengo establecido unos límites: reservo el trabajo con el que disfruto para mí y recurro a ella como a una compañera de trabajo dispuesta a ayudarte, de tal manera que la última palabra siempre la tengo yo.
No creo que la IA nos sustituya como personas creativas que somos, nos necesita y nuestro conocimiento es primordial para garantizar la calidad de lo que estamos creando. Tienes que saber sobre el tema que estás preguntando y cotejar fuentes para garantizar la calidad. Si le pides que te haga el programa de un curso sobre Agenda Urbana, tienes que saber sobre el tema para verificar el contenido. Es como pensar que cuando empezamos a usar el ordenador para dibujar, los planos de los proyectos iban a salir solos, pues no.
Cuando escribo, no la dejo que lo haga ella. Uso la IA para investigar, para consultar sobre sinónimos, estilo, ajustes, matices, ortografía o gramática. Cuando termine de escribir este texto, es lo que haré. También la consulto en cuanto a legibilidad o sobre posible documentación para explorar, tal como lo haría con una compañera de trabajo. En cualquier caso, mis conversaciones con la IA no son el resultado final, yo soy la encargada de escribir el contenido, la que disfruta dando forma a la historia.
Fuente: Pexels | Fotografía: cottonbro studio
Una especie de deriva accidental dio el primer paso
El caso es que llevaba meses curioseando que era eso de la IA, incluso la empecé a usar como ayuda para desarrollar contenidos cuando de repente, en Bureau Veritas Formación me propusieron crear el «Curso práctico de uso de ChatGPT». Había llegado a sus oídos el uso que le daba y les pareció de interés. Y así es como cree mi primera formación de IA en formato virtual, en tiempo real para empezar a usar ChatGPT en 4 horas, con estrategias de creación de instrucciones y aplicaciones prácticas. Digamos que ese fue el punto de inicio para lo que vino después. Puedes echar un ojo por si te interesa este formato, de manera recurrente lanzan convocatorias, incluso puedes preguntar.
Fuente: Pexels | Fotografía: Markus Winkler
El desafío de dominarlas a todas y poder elegir
Con los meses, las posibilidades comenzaron a crecer. Los chatbots y las herramientas de IA aparecían en cada esquina. En lo que tardabas en recoger un lápiz del suelo, ya habían sacado una nueva. Se hacía difícil saber que usar en cada situación.
Sabía que en ADR Formación también estaban fascinados con la IA desde antes de la aparición de ChatGPT. Hace años que conozco a su coordinadora de contenidos, mi curso de Agenda Urbana Local en su formato e-learning habita en su plataforma. Estuvimos charlando sobre la situación de la IA y nuestro diálogo se materializo en una propuesta: crear un curso que “dominase a todas las IAs”, como el anillo único. Un curso que te mostrase alternativas y posibilidades para guiarte a la hora de elegir la herramienta más adecuada según tus necesidades y forma de trabajar, todo desde el ámbito del lenguaje, que es desde donde uso de manera habitual la IA, de momento.
Así que, tras meses de creación de contenido, grabaciones y mucho mimo, aquí tienes el «Curso de ChatGPT, Gemini, Copilot, Claude y otras herramientas de IA» en formato e-learning. Un curso que está vivo, se alimenta de tus inscripciones y se transforma según actualizan los chatbots.
Fuente: Pexels | Fotografía: Google DeepMind
¿Qué aprenderás en el curso?
10 unidades de aprendizaje te llevaran de la teoría a la práctica. Cada una cuenta con ejemplos, ejercicios y test de evaluación para consolidar conocimientos. Un total de 35 horas de formación online amenizados con 323 minutos de vídeo, sin rodeos, directos al grano.
Aprenderás a:
- Comunicarte con la IA
- Generar contenido
- Resumir textos
- Crear mapas mentales
- Crear presentaciones
- Interactuar con videos, textos y archivos
- Analizar datos
Además de adquirir la capacidad de seleccionar las herramientas de IA que mejor se adapten a tus necesidades bien sea con ChatGPT, Gemini, Copilot, Claude u otras según el caso.
Cada módulo está diseñado para ofrecerte una dimensión práctica de cada una y te proporciona las habilidades necesarias para integrarlas en tu trabajo diario. Además, al final del curso, recibirás un certificado que avala tu formación, potenciando tu perfil profesional.
Necesitas saber comunicarte con la IA. Recuerda cuando antes no usábamos ordenadores para nuestro trabajo, ahora no podemos vivir sin ellos. Hemos tenido que aprender a usarlos, si no, nos quedábamos fuera. Ahora está pasando lo mismo, no te quedes al margen. Hoy la IA está transformando todos los sectores desde el desarrollo de contenidos al marketing o la gestión de proyectos. Seguro que a tu ámbito también ha llegado.
Fuente: Pexels | Fotografía: Google DeepMind
Un curso vivo, en evolución
Lo que distingue a este curso de otros es su naturaleza dinámica y directa. La inteligencia artificial está en constante evolución, y este curso está diseñado para crecer junto con ella.
Tu participación es clave en este proceso. Cada vez que te inscribes, contribuyes a la evolución del curso, permitiendo que se adapte y mejore continuamente. Es un curso que vive y se alimenta de tus experiencias y necesidades.
Para mi todo empezó por el sentido de la maravilla que desprende la ciencia ficción. Hoy, la inteligencia artificial es una realidad que transforma nuestras vidas y trabajos, nos ayuda a dedicarnos a lo que realmente nos gusta dejando el trabajo aburrido a la IA. Este curso no es solo una formación técnica, es una invitación a ser parte del cambio. Te invito a unirte a este viaje y descubrir, como yo, el poder de la inteligencia artificial.
No dejes pasar la oportunidad y fórmate en las herramientas que están definiendo el futuro, únete a este viaje hacia la IA, pasa a la acción ¿te animas?
Aquí puedes empezar tu aventura.
Fuente: Pexels | Fotografía: Google DeepMind
(Spoiler: el enlace directo al curso que he elaborado y del que hablo en este artículo es este: «Curso de Agenda Urbana Local 2030. Ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles»).
Recuerdo cuando estaba en la Escuela de Arquitectura de Madrid, cuando mi primer profesor de urbanismo, José Fariña, nos hablaba de cómo hacer ciudad. A pesar de haberme especializado finalmente en edificación, siempre me acuerdo con mucho cariño de todo lo que aprendí en sus clases y mantengo una mirada urbana multiescala en todos nuestros proyectos al integrar naturaleza y arquitectura. Hoy, todavía sigo sus enseñanzas a través de sus innumerables escritos y artículos de su blog y, cuando tengo ocasión, comparto este aprendizaje.
Mientras preparaba este texto y buscaba el enlace de su página para vincularlo a su nombre, me he topado con el último post que ha escrito: “Cambiar los planes de urbanismo”, no he podido resistirme y he tenido que parar de escribir para leerlo. Entre otros aspectos menciona la necesidad de adecuar el planeamiento y la normativa a una situación cambiante tanto a escala como a localización, pues el “territorio, el clima, la cultura de cada sitio son muy diferentes” (Fariña, 2023).
Al mismo tiempo, menciona que un enfoque local, no se debería obviar las necesidades de un territorio más amplio como el planetario y que las decisiones deberían incluir a una ciudadanía previamente informada y educada: “información + educación = participación no demagógica”.
Durante toda su lectura no he podido evitar acordarme de la Agenda Urbana Española (AUE) como herramienta de cambio para replantearnos nuestras ciudades. Se trata de una estrategia que aterriza otras agendas que van de la escala global a la europea:
- La Agenda 2030
- La Nueva Agenda Urbana
- La Agenda Urbana de la Unión Europea
Como no podía ser de otra forma, descubrí hace unos años la Agenda Urbana Española en otro de los artículos de José Fariña y con ella la posibilidad de que cada uno de los municipios, realice su propia Agenda Urbana Local, más adaptada si cabe a sus necesidades.
Foto: José Soria | Fuente: Unsplash
Una herramienta de cambio para nuestras ciudades
La Agenda Urbana Española, es un documento estratégico sin carácter normativo alineado con las Agendas Urbanas Internacionales que promueve un modelo urbanístico basado en el ODS 11 Ciudades y comunidades sostenibles que apunta ir a ciudades sostenibles, resilientes, inclusivas y seguras. Trata de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, pues es ésta la que debe impulsar cualquier política de desarrollo.
Es un documento inspirador y transversal que trata de conservar la mejor versión de nuestros pueblos y ciudades. Traslada conceptos básicos respaldados de manera internacional, tiene en cuenta las demandas de la ciudadanía y necesita una implantación local.
Apuesta por:
- Aprender de los errores.
- Saber encontrar buenas prácticas.
- Aplicar las buenas prácticas.
Establece un abanico de políticas urbanas sociales, económicas y medioambientales para entornos tanto urbanos como rurales, pues no se olvida de la despoblación (Gobierno de España. Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, 2019, p. 15).
Está estructurada en 10 temáticas que incluyen:
- 10 objetivos estratégicos
- 30 objetivos específicos
- 291 líneas de actuación
Las 10 temáticas son:
- Territorio, paisaje y biodiversidad
- Modelo de ciudad
- Cambio climático
- Gestión sostenible de recursos y economía
- Movilidad y transporte
- Cohesión social e igualdad de oportunidades
- Economía urbana
- Vivienda
- Era digital
- Instrumentos
Asociadas a estas temáticas, están los siguientes 10 objetivos estratégicos:
- Ordenar el territorio y hacer un uso racional del suelo, conservarlo y protegerlo.
- Evitar la dispersión urbana y revitalizar la ciudad existente.
- Prevenir y reducir los impactos del cambio climático y mejorar la resiliencia.
- Hacer una gestión sostenible de los recursos y favorecer la economía circular.
- Favorecer la proximidad y la movilidad sostenible.
- Fomentar la cohesión social y buscar la equidad.
- Impulsar y favorecer la Economía Urbana.
- Garantizar el acceso a la vivienda.
- Liderar y fomentar la innovación digital.
- Mejorar los instrumentos de intervención y gobernanza.
La Agenda Urbana Española, necesita adaptarse a cada localidad, así que cada municipio puede elaborar su propia Agenda Urbana Local basada en la española.
Recorrido por la Agendas | Infografía: cómo crear historias
La Agenda Urbana Local y su hoja de ruta
Para poder elaborar e implementar la Agenda Urbana en tu localidad, necesitas trabajar con un equipo multidisciplinar que incluya desde el principio a la ciudadanía y al resto agentes que hacen ciudad.
Para organizar los trabajos, te puedes basar en la estructura de la propia Agenda Urbana Española e ir adaptándola según se vaya desarrollando el proceso de elaboración.
En base a mi experiencia en procesos de participación, tanto a nivel práctico como académico, he identificado 7 fases que te pueden guiar para elaborar la de tu localidad:
Fase 1. La infraestructura de participación
- Traza un mapa de agentes sociales: es un primer paso, un buen trazado puede significar el éxito de la elaboración e implementación. La Agenda Urbana la crea un grupo de personas que colaboran para conseguir un objetivo común, y este grupo tiene que diseñarse con sumo cuidado. Localiza los agentes necesarios sin olvidarte de identificar en primer lugar, a las personas que querrían poner en marcha la Agenda Urbana.
- Elabora un plan de comunicación para transmitir la necesidad de elaborar e implementar una Agenda Urbana Local en tu entorno. Asegúrate de crear un texto o una documentación motivadora y atractiva.
- Crea un plan de participación: hazte con un kit de herramientas participativas con las que quieras involucrar a los agentes sociales en cada una de las fases. No te olvides de incluir un cronograma.
Fase 2. La búsqueda de información
- Busca los datos descriptivos específicos de tu localidad, puedes usar el Atlas Digital de las Áreas Urbanas, te ayudará en esta tarea.
- Investiga si existen documentos relacionados ya elaborados: todas las localidades tienen su trayectoria a la hora de implementar planes o realizar estudios y seguro que la tuya no es la excepción. Busca, pregunta, seguro que puedes hacerte con una buena colección y construir una bibliografía clasificada y etiquetada.
- Localiza acciones implementadas o en marcha: todas las ciudades cuentan con acciones, localiza las que tienen que ver con los objetivos de la Agenda Urbana Española y clasifícalos.
- Crea una base de datos con toda la información.
Fase 3. El diagnóstico
- En base a la información y el trabajo realizado en las fases anteriores, analiza la situación actual mediante un análisis participativo de diagnóstico. Puedes usar un DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades).
Fase 4. La identificación de los objetivos
- Analiza los objetivos estratégicos y específicos de la Agenda Urbana Española y en base a la información recogida en las anteriores fases, identifica mediante dinámicas de diagnóstico participativo los objetivos propios de tu localidad.
Fase 5. El Plan de Acción
Con el diagnóstico y la identificación de los objetivos, ya podéis elaborar el Plan de Acción:
- Mediante dinámicas de participación, elabora documentación donde quede reflejada toda la información.
- Crea conexiones entre proyectos existentes, en marcha y las nuevas propuestas del Plan de acción.
- Crea un cronograma de acción.
Fase 6. La evaluación y seguimiento
Elaborado el plan de acción, es necesario implementar un sistema de indicadores que ayuden a evaluar las mejoras introducidas y a establecer un adecuado seguimiento donde se incluyan los datos previos de partida, antes y después de implementar el Plan de Acción:
- En base a los objetivos específicos, diseña un sistema de indicadores que incluya las operaciones o procedimientos para obtener los datos.
- Toma los datos de inicio antes de implementar las acciones, así podrás comprobar el grado de mejora y ajustar mejor las medidas.
Fase 7. La ejecución
- Haz realidad el Plan de Acción, busca financiación y subvenciones. A medida que se vayan ejecutando las medidas, podrás llevar el seguimiento de las mejoras mediante los indicadores diseñados.
- A medida que se vayan construyendo y poniendo en práctica el plan de acción, se van recogiendo datos mediante el sistema de indicadores y por lo tanto, se puede reiniciar el ciclo en la fase de diagnóstico para ajustar la Agenda Urbana Local.
Hoja de ruta de una Agenda Urbana Local | Infografía: cómo crear historias
¿Te has quedado con ganas de más?
¿Sabrías coordinar y elaborar una Agenda Urbana Local? Como ves, es un proceso apasionante, muy complejo y laborioso que implica un trabajo multidisciplinar que es necesario sistematizar.
Cuando desde ADR Formación me invitaron a diseñar un curso e-learning y me comentaron que tenían mucha demanda en temas que vinculasen la Agenda 2030 con el urbanismo, no lo dudé y vi que era mi oportunidad para contribuir a hacer una ciudad más saludable en muchos aspectos y me lancé a crear el curso “Agenda Urbana Local 2030. Ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles” que tiene una duración de 40 horas, distribuidas en:
- 12 unidades
- 16 prácticas
- 108 min de video (sí, ¡me he grabado! toda una experiencia que ha dado rienda suelta a mi imaginación)
- 12 test de evaluación
Anillo Verde, Vitoria Gasteiz | Fotografía: Mario Roberto Duran Ortiz | Fuente: Wikimedia Commons
¿Para quién?
Está dirigido a agentes de desarrollo local que hacen ciudad, que trabajen tanto en el sector público como en el privado: trabajadores del Ayuntamiento y otras Administraciones públicas, sociedad civil que incluye al sector privado, tercer sector, profesionales, universidad, asociaciones, organizaciones y ciudadanía como destinatarios y potenciales usuarios de la ciudad y que tengan interés en mejorar su entorno y hacerlo más inclusivo, seguro, resiliente y sostenible.
Fotografía: Ryutaro Tsukata| Fuente: Pexels
Una guía de urbanismo contemporáneo
Como todo lo que merece la pena, ha sido una labor intensa y por fin os puedo presentar el curso como se merece.
Más allá de aprender a elaborar una Agenda Urbana Local con este curso, también descubrirás una fantástica guía de urbanismo contemporáneo y la manera de hacer ciudad con una mirada transversal que es consciente de la emergencia climática en la que estamos inmersos.
La Agenda Urbana, además, incorpora a la ciudadanía en su elaboración, así que incluyo herramientas para crear una infraestructura de participación que será útil para éste y otros trabajos donde sean necesarias herramientas para un trabajo colaborativo, con mapas de agentes sociales, un plan de comunicación y de participación.
Junto a la infraestructura, os acompaño a través de una hoja de ruta que te ayudará lo largo del proceso.
Casares, España | Fotografía: Francisco Moreno | Fuente: Unsplash
Urbanizamos el mundo de manera acelerada e inadecuada y esto provoca una grave alteración en nuestro entorno.
Las ciudades son receptoras y generadoras de cambio climático así que tienen un papel estratégico a la hora de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Necesitamos aterrizar y hacer realidad las metas globales de la Agenda 2030 para abordarlas de manera local.
Desde la Agenda Urbana Local, podréis crear una estrategia transversal que articule actuaciones a implementar desde una aproximación social, medioambiental y económica. Además de ser un documento clave para solicitar ayudas y subvenciones.
Es urgente adaptar nuestras ciudades, nos quedamos sin tiempo.
Pasemos a la acción ¿te animas?
Fotografías e infografías:
Foto: Jose Soria | Fuente: Unsplash
Recorrido por la Agendas | Infografía: cómo crear historias
Hoja de ruta de una Agenda Urbana Local | Infografía: cómo crear historias
Anillo Verde, Vitoria Gasteiz | Fotografía: Mario Roberto Duran Ortiz | Fuente: Wikimedia Commons
Fotografía: Ryutaro Tsukata | Fuente: Pexels
Casares, España | Fotografía: Francisco Moreno | Fuente: Unsplash
Tokio, Japón | Fotografía: Jezael Melgoza | Fuente: Unsplash
Bibliografía
Fariña, J. (2023, enero 3). Cambiar los planes de urbanismo. El Blog de José Fariña. https://elblogdefarina.blogspot.com/2023/01/cambiar-los-planes-de-urbanismo.html
Gobierno de España. Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. (2019, 22). Agenda Urbana Española.
Tokio, Japón | Fotografía: Jezael Melgoza | Fuente: Unsplash
“—Es la propia vida la que aumenta la capacidad de un sistema cerrado para sustentar la vida —dijo su padre—. La vida aumenta la disponibilidad de nutrientes. Infunde más energía al sistema gracias a los enormes intercambios químicos que se producen de organismo a organismo.”
Dune, Frank Herbert (Herbert, 2020, pp. 407-408)
Infraestructura verde, soluciones basadas en la naturaleza, ecología urbana, servicios ecosistémicos, biodiversidad urbana, ¿renaturalización o naturalización? alimentación urbana… Si estas palabras clave te interesan, estás en el lugar apropiado, así que sigue leyendo.
Foto de Victor Grabarczyk en Unsplash
La máquina que irrumpe en la naturaleza
Estamos matando aquello que amamos, nuestro edén. No podemos existir en el mundo natural “sin poner en marcha la máquina que lo destroza”, como decía Edward O. Wilson (Wilson, 2021, p. 026).
¿Cómo hemos llegado a esta situación?
A lo largo de generaciones, nuestro alejamiento y ambición de dominio sobre el entorno y los demás seres vivos junto a una comodidad creciente, ha fomentado la idea de la naturaleza como oposición a la ciudad.
Ya os hablaba en el artículo «Biofilia, integración de naturaleza y arquitectura» sobre la ceguera vegetal en la que estaba inmersa la humanidad. Hemos llegado a ser incapaces de percibir las plantas en nuestro entorno (Wandersee & Schussler, 1999). A esta ceguera, habría que sumar el aumento del dominio de “la máquina” que nos facilita la vida para provocar la desconexión con el medio natural.
La sociedad urbana y el medioambiente, han crecido por separado, es más, los humanos han ocultado los ciclos naturales en las ciudades o los han alejado. Según Michael Hough, nos enfrentamos a una problemática asociada muy amplia (Hough, 1998, p. 002). El crecimiento urbano, se ha desarrollado más con fines económicos que con una finalidad medioambiental o social, por lo tanto, se ha prestado poca atención a los procesos naturales que podrían dar forma a nuestras ciudades. Hemos sustituido un entorno fértil con bosques, campos, ríos… por uno estéril.
Ahora, después de la pérdida, nos damos cuenta que necesitamos naturaleza y corremos a encontrarnos con ella los fines de semana (Rejón, 2021).
La ciudad introduce procesos que contribuyen a contaminar el medioambiente. Por el camino, generamos una tierra estéril donde no se aprovechan los recursos y los subproductos que se generan. Es más, sólo se entienden los parques urbanos como espacios de disfrute y se ignoran el resto de beneficios que nos aportan.
Foto de Naja Bertolt Jensen en Unsplash
¿Para quién?
A esta problemática, tenemos que añadir unos valores estéticos separados de los procesos naturales, donde las plantas espontáneas son tachadas de “basura” por gran parte de la sociedad (Barba, 2022). No se entiende que la vegetación pasa por un ciclo donde su aspecto cambia y que ofrecen todo un catálogo de beneficios. Además, en el mundo no somos los únicos seres vivos, hay otros que nos acompañan y tienen sus necesidades.
El otro día en LinkedIn, cuando hice un post sobre mi participación en la mesa de diálogo “Naturaleza urbana, sí, pero ¿cómo y para qué?” en el Foro de las Ciudades, mi compañero de mesa Gabino Carballo, que es un defensor de la naturaleza y conoce de primera mano la problemática, abrió el debate allí mismo preguntándose: naturaleza “(…) ¿Para quién? ¿De verdad queremos más verde o solo es algo que decimos para quedar bien? ¿Quién quiere verde y por qué? Y más importante aún: ¿por qué tanta gente no quiere verde? (…) ”.
La naturaleza molesta, trae bichos, genera suciedad… Si parte de la sociedad no entiende para qué necesitamos renaturalizar nuestro entorno ¿para qué molestarnos?
Hace falta mucha educación para llegar a entenderlo. Aunque esa parte de la sociedad no lo sepa, necesitamos la infraestructura verde, nos acerca a nuestro hábitat natural y nos ofrece una larga lista de beneficios.
Foto de Mika Baumeister en Unsplash
Nuestro hábitat natural y cómo lo seleccionamos
Todos los seres vivos seleccionan su hábitat en función a su anatomía y fisionomía. Es el primer paso que dan para lograr su supervivencia (Wilson, 2021, p. 170). Existen determinadas condiciones ambientales para decantarse por un lugar u otro: humedad, temperatura, luz…
Edward O. Wilson decía que sería interesante preguntarse sobre el hábitat preferido del ser humano (Wilson, 2021, p. 173). Aunque puede pensarse que la humanidad es la única especie que puede vivir en cualquier parte, no es del todo cierto. Las personas manipulan el entorno de manera constante para mantener unas condiciones ambientales dentro de un margen. Cuando hemos pasado el nivel de subsistencia, es cuando invertimos tiempo en mejorar la apariencia, para hacerlo más habitable con criterios estéticos.
Al igual que otros animales, los humanos eligen sus hábitats según mecanismos de orientación y de un aprendizaje asentado a lo largo de generaciones.
Según Edward O. Wilson, hay pruebas arqueológicas que apuntan a que los primeros seres humanos vivieron en las sabanas africanas y luego en las praderas europeas y asiáticas. Es posible que la capacidad de andar de pie, fuera el factor determinante para la elección de este tipo de paisaje, donde poder recolectar frutas, tubérculos y cazar. Estos hechos están vinculados con lo que se conoce como “La Hipótesis de la Sabana” enunciada por Gordons Orians en 1980. Según su formulación, el ambiente por el que sentimos atracción se compone de tres elementos clave característicos de la sabana:
- Espacios abiertos con árboles, con abundancia de alimentos animales y vegetales en un paisaje donde fuera fácil localizarlos.
- Elevaciones topográficas, para vigilar extensiones de terreno amplias, junto con cuevas que servían de refugio nocturno.
- Vistas a superficies de agua, que proporcionan alimento y bebida, además de ser perímetros de defensa natural, pues pocos enemigos de los humanos podían cruzar las aguas profundas.
Este era el paisaje que buscaba el humano prehistórico, ahora, aunque compartimos esa necesidad de supervivencia, por lo general, es posible que no la saciemos en ese mismo entorno. Sin embargo, estas tendencias han pasado de ser necesidades vitales a ser necesidades estéticas de tal forma que las personas, cuando llegan a un lugar nuevo, tienden a ir a lugares altos y les gusta pasear por lugares con agua y arbolado. De esta manera, podría llegar a entenderse como estos elementos característicos de la sabana, pasaron a ser principios de diseño paisajístico.
Es más, existen numerosas teorías e hipótesis que tratan de entender la evolución de las preferencias para la elección de un paisaje u otro. Por si queréis profundizar en el tema desde la etnobiología, un equipo de científicos de diferentes universidades brasileñas (Moura et al., 2017), hacen esta recopilación donde apuntan que los humanos prefieren:
- Entornos naturales abiertos (Appleton 1975)
- Entornos naturales similares a la sabana (Orians 1980)
- Entornos naturales con agua (Ulrich 1983)
- Bosques abiertos y cerrados (Blumenschine 1986)
- Bosques cerrados (Andrews 1989)
- Entornos muy verdes con agua limpia (Kaplan and Kaplan 1989; Kaplan 1995)
- Cualquier entorno natural que ofrezca condiciones de supervivencia, reproducción y bienestar (Orians 1980; Orians and Heerwagen 1992)
De hecho, el organismo público del gobierno británico “Natural England” recomienda tener un espacio verde de al menos (Natural England, 2010):
- 2 hectáreas a no más de 300 m de distancia desde cada casa (unos 5 min a pie).
- 20 hectáreas a 2 km
- 100 hectáreas a 5 km
- 500 hectáreas a 10 km
(Con un mínimo de 1 ha por cada 1000 habitantes)
Foto de Jeremy Bezanger en Unsplash
No obstante, ya os hablé sobre nuestra necesidad de naturaleza en «¿Cuánta naturaleza necesitas? Érase una vez los baños de bosque”, así que parece lógico que tengamos preferencia por los entornos naturales a la hora de seleccionar nuestro lugar para vivir.
Además de elegir “el mejor” entorno, los seres vivos lo modifican en mayor o menor medida para adaptarlo a sus necesidades. Esta modificación forma parte del ecosistema, de tal manera que existe una suerte de simbiosis que hace que todo funcione en equilibrio. Sin embargo, los seres humanos han llevado al límite esta modificación y han creado un desequilibrio que altera las condiciones del planeta y contribuye así a generar el cambio climático.
Seguramente esto por sí solo no convenza a las personas escépticas, así que vamos a poner sobre la mesa lo que nos aporta la naturaleza.
Diagrama: cómo crear historias | Fuente: Natural England, 2010
Naturaleza ¿para qué?: los servicios ecosistémicos
No hay más que ver la amplia cantidad de beneficios que aporta la naturaleza para convencer a las personas escépticas de la necesidad de incluirla en nuestras ciudades. Estos recursos que nos benefician son los conocidos servicios ecosistémicos. Son un conjunto de funciones formalizadas por la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, organizada por Naciones Unidas.
Tras un estudio de cuatro años realizado por una comunidad científica internacional, los servicios ecosistémicos quedaron agrupados en (Millennium Ecosystem Assessment, 2005, p. 40):
Servicios de Apoyo: los necesarios para la producción de los demás servicios.
- Formación del suelo: muchos servicios dependen de la fertilidad del suelo.
- Fotosíntesis: producción de oxígeno.
- Producción primaria: los organismos asimilan o acumulan energía y nutrientes.
- Ciclo de nutrientes: dispersión y reciclaje de nutrientes esenciales para la vida que se trasladan y mantienen en los ecosistemas.
- Ciclo del agua
Servicios de Abastecimiento: los productos que se obtienen de los ecosistemas.
- Alimentos: derivados de plantas, animales y microbios
- Fibras: como la madera, el yute, algodón, cáñamo, seda, lana…
- Fuentes de energía: madera, estiércol y otros materiales biológicos que pueden servir como combustible.
- Recursos genéticos: genes e información genética
- Productos bioquímicos: medicinas naturales y productos farmacéuticos.
- Recursos ornamentales
- Agua dulce: necesaria para que exista la vida.También puede ser una fuente de energía y un servicio de apoyo.
Servicios de Regulación: los que se obtienen de la regulación de los procesos de los ecosistemas.
- Regulación de la calidad del aire: aportan y extraen productos químicos de la atmósfera.
- Regulación del clima: a escala local (por ejemplo, cambios en la cobertura del suelo pueden afectar a la temperatura y a la precipitación) y global (los ecosistemas secuestran o emiten gases de efecto invernadero).
- Regulación del agua: el suelo regula la escorrentía, las inundaciones y la recarga de acuíferos.
- Regulación de la erosión: la cubierta vegetal retiene el suelo y previene deslizamientos de tierra.
- Depuración de aguas y tratamientos de residuos: los ecosistemas pueden ayudar a filtrar, eliminar y descomponer los desechos.
- Regulación de enfermedades: los cambios en los ecosistemas pueden aumentar la cantidad de enfermedades de transmisión.
- Regulación de plagas: los cambios en los ecosistemas afectan a la proporción de plagas en cultivos y ganadería.
- Polinización: los cambios en los ecosistemas afectan a la distribución, abundancia y eficacia de los polinizadores
- Regulación de los peligros naturales: la presencia de ecosistemas costeros como manglares y arrecifes de coral, pueden reducir el daño causado por huracanes y olas grandes.
Servicios Culturales: los que obtienen las personas a través de la recreación y experiencias estéticas.
- Diversidad cultural: la diversidad de ecosistemas contribuye a la variedad cultural.
- Sistemas de conocimiento y descubrimiento científico
- Valores educativos
- Inspiración: para disciplinas como el arte y arquitectura entre otras.
- Valores estéticos: muchas personas encuentran belleza en los ecosistemas y lo vemos a la hora de disfrutar de entornos naturales y de elegir nuestro hábitat, como ya comentaba en el anterior apartado.
- Relaciones sociales
- Sentido de identidad y pertenencia a un lugar
- Valores del patrimonio cultural: muchas sociedades otorgan un alto valor al paisaje cultural y su mantenimiento.
- Valores espirituales y religiosos: muchas religiones asignan este tipo de valores a los ecosistemas o a sus componentes.
- Recreación y ecoturismo: las personas eligen paisajes naturales o cultivados para disfrutar de su tiempo libre.
Foto de Rob Mulally en Unsplash
Cada uno de estos servicios ecosistémicos, está vinculado con el bienestar humano, así que los cambios en los primeros, afectan a los segundos a través de impactos en la seguridad, necesidades básicas, salud, relaciones sociales y culturales. Así mismo el bienestar está influenciado por las libertades y opciones de las personas, que contribuyen al desarrollo de sus valores (Grupo de Trabajo sobre Marco Conceptual de la Evaluación de Ecosistemas del Milenio, 2003).
Diagrama: cómo crear historias | Fuente: Grupo de Trabajo sobre Marco Conceptual de la Evaluación de Ecosistemas del Milenio, 2003; Millennium Ecosystem Assessment, 2005
Naturaleza ¿cómo?: los procesos naturales como base del diseño urbano
Si los humanos preferimos entornos naturales y estos nos aportan servicios ecosistémicos fundamentales para nuestra supervivencia y bienestar ¿qué estamos haciendo expulsando la naturaleza de nuestras ciudades?
Tenemos que renaturalizar nuestras ciudades y digo RE-naturalizar y no naturalizar, porque la naturaleza estaba antes que las ciudades y la hemos ido tapando y escondiendo. Ahora hay que recuperarla y reintegrarla en nuestro entorno. Y cuando digo renaturalizar, no me refiero simplemente a “verdear”, va más allá de poner plantas.
Los procesos naturales tienen que ser el tema principal en el diseño urbano. Michael Hough apunta seis principios (Hough, 1998, p. 031):
- Idear el espacio como un proceso en continuo cambio. Se trata de diseñar una estrategia que desencadene el espacio. Tenemos que entender el diseño como un proceso abierto en continuo cambio. Hay que huir de las imágenes idílicas fijas que no evolucionan con el tiempo. El espacio necesita cambiar con las estaciones y evolucionar con el tiempo, la naturaleza irá ocupando su lugar.
- Emplear una economía de medios para el máximo beneficio, a partir del mínimo esfuerzo.
- Incluir la diversidad como base para la salud medioambiental y social.
- Visibilizar y fomentar las conexiones entre seres vivos, en definitiva, visibilizar los procesos naturales.
- Incluir una educación ambiental que tenga en cuenta los problemas ecológicos.
- Integrar al ser humano en los procesos naturales.
A estos principios añadiría: incorporar Soluciones basadas en la Naturaleza, de las que hablaremos en otro texto.
Con estas premisas, un diseño urbano que integre la naturaleza tendrá que contar con estas características:
- Multifuncional
- Productivo y operativo
- Integrará ecología, personas y economía.
Con estos principios y características, los paisajes urbanos, podrán recuperar los servicios ecosistémicos perdidos. Entre otras capacidades podrán ser:
- Productores de alimentos y energía.
- Moderadores del clima.
- Conservadores de agua, plantas, animales y otros seres vivos.
- Generadores de recreo y diversión.
Si está en tu mano, actúa, podemos ayudarnos.
Fotografías e infografías:
(por orden de aparición)
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Diagrama: cómo crear historias | Fuente: Natural England, 2010
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Diagrama: cómo crear historias con iconos de noomtah, Smashicons, Freepik, Freepik, Dreamstale, Freepik, Good Ware y prettycons, todos ellos en Flaticon | Fuente: Grupo de Trabajo sobre Marco Conceptual de la Evaluación de Ecosistemas del Milenio, 2003; Millennium Ecosystem Assessment, 2005
Fotografía de Sigmund en Unsplash
Bibliografía:
Barba, E. (2022, abril 2). Belleza y utilidad de las hierbas urbanas, plantas espontáneas que siempre están presentes. El País.
Grupo de Trabajo sobre Marco Conceptual de la Evaluación de Ecosistemas del Milenio. (2003). Ecosistemas y Bienestar Humano: Marco para la Evaluación. Resumen. World Resorces Institute.
Herbert, F. (2020). Dune. Debolsillo.
Hough, M. (1998). Naturaleza y ciudad: Planificación urbana y procesos ecológicos. Gustavo Gili.
Millennium Ecosystem Assessment. (2005). Ecosystems and humans well-being. Synthesis. Island Press.
Moura, J., Ferreira Júnior, W., Silva, T., & Albuquerque, U. (2017). Landscapes preferences in the human species: Insights for ethnobiology from evolutionary psychology. Ethnobiology and Conservation, 6, 1.
Natural England. (2010). «Nature Nearby» Accesible Natural Greenspace Guidance.
Rejón, R. (2021, marzo 27). La multiplicación del ocio al aire libre provocada por la pandemia incrementa la masificación en parques nacionales. ElDiario.es.
Wandersee, J. H., & Schussler, E. E. (1999). Preventing Plant Blindness. The American Biology Teacher, 61(2), 82-86.
Wilson, E. O. (2021). Biofilia. Errata naturae editores.
Foto de Sigmund en Unsplash
Biofilia, esa palabra rara que nos acompaña y forma parte de nuestra naturaleza.
¿Conoces este término? Si sigues este blog, nuestras redes sociales, has visitado nuestra web o has asistido a alguna de mis ponencias, seguro que me has oido hablar de ello.
En este artículo, os voy a hablar de mi aproximación a la biofilia, esa afinidad que todas las personas sentimos por la naturaleza. Voy a recopilar todo lo que he contado sobre diseño biofílico en diferentes medios, a profundizar más en el tema y lo voy a aderezar con referencias, para que sigas tirando de ese hilo que nos conecta con la naturaleza. Lo cierto es que me lo piden mucho este tema para desarrollar en mis ponencias.
Siempre digo que llegamos a ser conscientes de esa conexión de diferentes maneras. Cuando hablamos de renaturalización, desarrollo sostenible, diseño regenerativo, economía circular o incluso bioconstrucción, por ejemplo, también nos estamos conectando con la naturaleza.
Cuando estudiaba en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), en el siglo pasado, descubrí esta afinidad aplicada a la arquitectura y desde entonces en cómo crear historias hemos ido desarrollando proyectos bajo esa mirada.
[Fotografía de Dave Hoefler en Unsplash]
Como cuento en el inicio del artículo “Los espacios de la terapia en la naturaleza”, un día comencé a llenar la casa y el estudio de plantas y me dí cuenta de lo mucho que me reconfortaba. Así pasaron los años, transformé mi entorno en una selva mientras incluíamos a la naturaleza en nuestros proyectos hasta que descubrí en el libro de Katia Hueso “Somos naturaleza”, que lo que me pasaba, tenía un nombre: biofilia y que lo he hacíamos era diseño biofílico o arquitectura biofílica (Hueso, 2017). Otras lecturas se sumaron y ya me quedé más tranquila, no sufría ningún trastorno, más bien, estaba huyendo del «trastorno por déficit de naturaleza» de Richard Louv (Louv, 2012).
Nuestra aproximación a la biofilia en la arquitectura tiene que ver con el acto de diseñar CON la naturaleza e incluimos Soluciones basadas en la Naturaleza donde los protagonistas de los espacios son los seres vivos (incluidas las personas) junto a un entorno que renaturalizamos.
¿Por qué?
[Fotografía de Pixabay en Pexels]
Nuestro interés en estos temas surge de cuatro necesidades: la creatividad, el contacto con la naturaleza y el apoyo mutuo junto con la mitigación y adaptación al cambio climático. Ya os lo comentaba en “Construir espacios, habitar lugares y conectarlos a las personas”.
Precisamente la biofilia pone nombre a esta necesidad innata que tenemos los seres vivos de contacto con la naturaleza. Se trata de un término que ideó Erich Fromm y que desarrolló con más detalle Edward O. Wilson (Wilson, 2003).
[Fotografía de Nick Bondarev en Pexels]
El alejamiento de la naturaleza y la ceguera vegetal
A pesar de esta necesidad, al menos en España, pasabamos cerca del 90% del día en interiores según el estudio elaborado por AIMC en el año 2016 (AIMC, 2016), seguro que os suena este dato.
Lo cierto es que ya estábamos confinados en interiores antes de la pandemia y no éramos conscientes de ello. Pasábamos el día encadenando espacios interiores: de casa al coche, del coche a la oficina y vuelta. Si teletrabajamos, ya ni te cuento.
[Fotografía de Dan Gold en Unsplash]
Nos hemos alejado demasiado de la naturaleza, sobre todo del mundo vegetal y esto ha desencadenado una ceguera vegetal, un término acuñado por James H. Wandersee y Elisabeth E. Schuusler en 1999 y que viene a definir “la incapacidad para percibir las plantas en nuestro entorno” (Wandersee & Schussler, 1999).
Si muestras a diferentes personas fotos donde aparecen diferentes elementos en entornos vegetales, la mayoría sólo ve lo que no es vegetal, por ejemplo, si hay un perro en un precioso prado verde, dicen que ven a un perro en medio de la nada (RTVE, 2020).
Sin embargo, la biofilia existe, tan solo tenemos que ser conscientes de ella. Ya os hablé de la pirámide de la naturaleza de Tanya Denckla-Cobb y Timothy Beatley, basada en la pirámide de la alimentación y que sintetiza la dieta de naturaleza necesaria (Beatley & Denckla-Cobb, 2012).
[Fotografía de Asaph Guedes en Pexels]
Esperemos que el porcentaje de “confinamiento inconsciente” disminuya, tenemos que poner de nuestra parte para que así sea pues pertenecemos a una especie que necesita caminar y estar en contacto con la naturaleza, en espacios exteriores.
La especie humana se inició cuando un primate se puso en pie en plena naturaleza, probablemente para poder ver mejor dónde encontrar comida. Luego comenzó a caminar y no paró. Es más, ese primate seguramente pasaba cerca del 100% de su vida en el exterior.
[Fotografía de Og Mpango en Pexels]
¿A qué distancia necesitas un espacio verde?
Precisamente, el organismo público del gobierno británico “Natural England” recomienda tener un espacio verde junto a la biodiversidad que genera de al menos: 2 ha a no más de 300 m de distancia desde cada casa, es decir, a unos 5 min a pie; a 2 km de 20 hectáreas; a 5 km de 100 hectáreas y a 10 km de 500 ha, con un mínimo de 1 ha por cada 1000 habitantes. (Natural England, 2010)
Es más, en el estudio “Nature’s Role in Supporting Health during the COVID-19 Pandemic: A Geospatial and Socioecological Study” publicado en “International Journal of Environmental Research and Public Health”, detectaron mayores niveles de bienestar mental si el radio en el que se encontraba el espacio verde se situaba dentro de 250 m de distancia (Robinson et al., 2021).
[Infografía de cómo crear historias | Fuente: Natural England, 2010]
Estas distancias a espacios verdes junto a la dieta de naturaleza, nos permitirían librarnos del «trastorno por déficit de naturaleza» que comentaba antes, causado por nuestro alejamiento de la naturaleza y que conlleva repercusiones negativas en la salud y calidad de vida.
Es más, en el artículo científico “Does sleep grow on trees” se vincula el sueño insuficiente con la superficie de arbolado urbano en nuestras ciudades (Astell-Burt & Feng, 2020)
Muchas son las referencias que vinculan bienestar y cercanía a la naturaleza, todo indica que necesitamos un diseño biofílico en nuestro entorno.
[Fotografía de Thiago Matos en Pexels]
Los patrones del diseño biofílico
¿Dónde desarrollar este diseño? Nosotros la desarrollamos por un lado, en lo que Jan Gehl denomina como: “espacios entre los edificios” y por otro, en el diseño de edificios de nueva planta o en existentes, estableciendo siempre una relación entre el interior y exterior, a través de la naturaleza.
Con la pandemia de COVID-19 y otros desastres consecuencia del cambio climático, hay que reformular de manera urgente estos ámbitos y su relación. Cobra mucho protagonismo esa conexión entre el interior y el exterior, entre el urbanismo y la arquitectura, entre ciudad y espacio interior.
Si la biofilia es nuestra afinidad por la naturaleza, el diseño biofílico tiene en cuenta esta conexión y por ello integra la naturaleza en él.
La naturaleza no son sólo plantas, incluye ciclos, seres vivos, sensaciones…
Para ilustrar este tipo de diseño, me gustaría mostraros 14 patrones de diseño biofílico, clasificados en 3 categorías elaboradas por la consultoría ambiental Terrapin Bright Green, y coinciden bastante con nuestra aproximación. Son patrones relacionados con:
- La naturaleza en el espacio
- Las analogías naturales
- La naturaleza del espacio
Estos patrones son válidos para todo tipo de espacios y presentan reacciones biológicas contrastadas por estudios científicos que podéis consultar en la publicación original, aquí tan solo mencionaré esas reacciones (Browning et al., 2014, p. 12).
Cabe destacar que con posterioridad a esta publicación de Terrapin Bright Green, estos mismos patrones aparecen en la publicación “Lugares públicos de estancia con carácter biofílico. Manual de diseño” en cuya presentación participé (Pernas Alonso, 2020, p. 111)
Veamos cuales son estos 14 patrones:
[Fotografía de David Jorre on Unsplash]
Patrones de la naturaleza en el espacio
En el grupo de patrones de la naturaleza en el espacio, nos encontramos los que se refieren a la presencia directa, física y efímera en un espacio con plantas, agua, animales, sonidos, aromas y otros elementos naturales. Incluye:
- Una conexión visual con la naturaleza que permita la visión de elementos vivos como plantas, animales y procesos naturales entre otros. Este patrón está muy relacionado con estrategias de diseño tipo plantscaping. Esta conexión reduce la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, además de mejorar el compromiso, la atención mental, la actitud y la felicidad.
- Una conexión no-visual con la naturaleza mediante estímulos sensoriales (auditivos, táctiles, olfativos o gustativos) vinculados con la naturaleza. Reduce la presión sanguínea sistólica y las hormonas del estrés, impacta de manera positiva en el desempeño cognitivo además de mejorar la salud mental y la tranquilidad.
- Unos estímulos sensoriales no rítmicos, mediante conexiones aleatorias y efímeras con la naturaleza. Aportan un impacto positivo en el ritmo cardíaco, presión sanguínea sistólica y la actividad del sistema nervioso simpático.
- Unas variaciones térmicas y de corrientes de aire con cambios sutiles que ocurren en entornos naturales. Provocan un impacto positivo en el confort, bienestar, productividad y concentración. Además, mejoran la percepción de placer temporal y espacial.
- Una presencia de agua, percibida de manera visual, auditiva o incluso que se incorpore la posibilidad de tocarla. Este patrón, disminuye el estrés,el ritmo cardíaco y la presión sanguínea además de aumentar la tranquilidad. También provoca una mejora de la concentración, la percepción, la respuesta psicológica y restaura la memoria. Además, nos genera respuestas emocionales positivas.
- Una luz dinámica y difusa que cambia con el tiempo. Aporta un impacto positivo en el funcionamiento del sistema circadiano que nos ayuda a sincronizar el ritmo de sueño y vigilia. Además aumenta el confort visual.
- Una conexión con sistemas naturales que hacen tomar conciencia de los procesos naturales y cambios estacionales. Mejora las respuestas positivas de la salud y acentúa la percepción del entorno.
[Fotografía de Thuan Pham en Unsplash]
Patrones de analogías naturales
En el segundo gran grupo de patrones, nos encontramos con las analogías naturales que se refieren a representaciones orgánicas presentes en la naturaleza:
- Las formas y patrones biomórficos, por las que tenemos preferencia visual.
- La conexión con la naturaleza a través de los materiales, incluyendo en el diseño materiales y elementos de la naturaleza como la madera, lo cual disminuye la presión sanguínea diastólica, mejora el desempeño creativo y el confort.
- La complejidad y el orden, mediante una jerarquía inspirada en la naturaleza. Este patrón tiene un impacto positivo en las respuestas perceptuales y fisiológicas al estrés. Además, existe una preferencia visual por este tipo de orden natural.
[Fotografía de Marek Slomkowski en Unsplash]
Patrones de la naturaleza del espacio
Y por último, está el tercer gran grupo de patrones, los de la naturaleza del espacio, están:
- Las vistas en la distancia, que reducen el estrés, el aburrimiento, la irritabilidad y la fatiga, además de mejorar el confort y la percepción de seguridad.
- El refugio, es decir, un lugar para ponerse a resguardo, descansar del ajetreo, donde tu cabeza y espalda estén protegidas. Este patrón mejora la concentración, atención y percepción de seguridad.
- El misterio, con vistas parciales que esconden otros elementos y que nos produce una fuerte respuesta al placer.
- El riesgo / peligro controlado, mediante una amenaza visible de la que te sientas a resguardo. Esto genera fuertes respuestas de dopamina y también placer.
[Fotografía de Joe Pohle en Unsplash]
El doble planteamiento
En base a estos patrones ¿cómo abordar las intervenciones biofílicas tanto en exterior como en interior?
En cómo crear historias lo hacemos desde un doble planteamiento, a través de una metodología propia.
Por un lado, a escala humana, a través de la observación, la investigación de las huellas del lugar, la participación de las personas que habitan los espacios, en definitiva, el paisaje cultural, para realizar un análisis social, etnográfico que sirva de base para el diseño. Este análisis además, sienta las bases para la creación de una comunidad que siente como propio el proyecto y por lo tanto va a contribuir a su mantenimiento. Es fundamental trazar esos lazos con el entorno.
[Fotografía de Nick Bondarev en Pexels]
Relacionado con este planteamiento, ya os hable de Jan Gehl y los tres tipos de actividades básicas que son importantes conocer a la hora de diseñar espacios. También os hablé de la proxémica, que estudia la relación espacial entre las personas. En función de la situación y la confianza que tengas con la otra persona, mantienes una distancia u otra. Son rangos que varían en función también de un parámetro cultural. Conocer estas distancias es fundamental para poder diseñar espacios biofílicos donde las personas interactúen y se sientan cómodas, nosotros también somos naturaleza (Hueso, 2017).
[Infografía de cómo crear historias | Fuente: Hall, 1985]
Entrelazado con el análisis social, realizamos un análisis medioambiental y ambos estudios sirven de base para incorporar una serie de estrategias de Renaturalización a través de Soluciones basadas en la Naturaleza, con infraestructura verde que favorezca la presencia de flora y fauna autóctona, procesos y ciclos naturales, arbolado urbano que dialogue con el medio construido, cubiertas ajardinadas, muros verdes, SUDS…
[Infografía de cómo crear historias | Fuente: Hidrología Sostenible e Iglesias Diaz, 2013]
Una vez sentadas las bases de nuestra aproximación a la biofilia, podéis visitar La misteriosa historia del jardín que produce agua, nuestro relato construido que reúne algunos de los temas biofílicos que he ido mencionando.
Desde cómo crear historias buscamos personas que necesiten nuestra creatividad para mejorar su entorno a través de la naturaleza y la arquitectura.
¿Te sumas a este reto?
Fotografías e infografías:
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Infografía de cómo crear historias | Fuente: Natural England, 2010
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Infografía de cómo crear historias | Fuente: Hall, 1985
Infografía de cómo crear historias | Fuente: Hidrología Sostenible e Iglesias Diaz, 2013
Fotografía de David Frutos | Proyecto y dirección de obra de cómo crear historias
Bibliografía:
AIMC. (2016). AIMC Marcas revela que los españoles pasan casi 15 horas al día en casa.
Astell-Burt, T., & Feng, X. (2020). Does sleep grow on trees? A longitudinal study to investigate potential prevention of insufficient sleep with different types of urban green space. SSM – Population Health, 10, 100497.
Beatley, T., & Denckla-Cobb, T. (2012, agosto 7). Exploring the Nature Pyramid. The Nature of Cities.
Browning, W., Ryan, C., & Clancy, J. (2014). 14 Patrones de Diseño Biofílico. Mejorando la salud y el bienestar en el entorno construido. Terrapin Bright Green.
Hueso, K. (2017). Somos naturaleza. Viaje a nuestra esencia (1o edición: octubre de 2017). Plataforma Editorial.
Louv, R. (2012). Volver a la naturaleza: El valor del mundo natural para recuperar la salud individual y comunitaria. RBA.
Natural England. (2010). «Nature Nearby» Accesible Natural Greenspace Guidance.
Pernas Alonso, I. (2020). Lugares públicos de estancia con carácter biofílico. Manual de diseño. Cluster de Madeira e o Deseño de Galicia.
Robinson, J. M., Brindley, P., Cameron, R., MacCarthy, D., & Jorgensen, A. (2021). Nature’s Role in Supporting Health during the COVID-19 Pandemic: A Geospatial and Socioecological Study. International Journal of Environmental Research and Public Health, 18(5), 2227.
RTVE. (2020, 26). La internet del bosque. En El escarabajo verde.
Wandersee, J. H., & Schussler, E. E. (1999). Preventing Plant Blindness. The American Biology Teacher, 61(2), 82-86.
Wilson, E. O. (2003). Biophilia. Harvard University Press.
[Fotografía de David Frutos | Proyecto y dirección de obra de cómo crear historias]
Un día comencé a llenar nuestro estudio y nuestra casa de plantas. Me dí cuenta de lo mucho que me reconfortaba. Recuerdo que fue justo después del fracaso de un proyecto relacionado con pedagogías activas en el que había invertido mucho esfuerzo, ilusión y tiempo. También recuerdo que ocurrió poco después de terminar la obra de “La misteriosa historia del jardín que produce agua”. Hasta ese momento, de manera intuitiva, nos habíamos limitado a incluir la naturaleza en nuestros proyectos. Este acto de invasión vegetal reconfortante fue tan solo el principio de todo un planteamiento y los primeros pasos de nuestro particular plantscaping en la oficina.
1. Foto de Pixabay en Pexels
Se llama biofilia
Hace unos años, le pude poner nombre a ese placer reconfortante de rodearme de plantas: biofilia y es más, descubrí que existía un diseño biofílico asociado. Ocurrió durante la lectura del libro “Somos naturaleza” de Katia Hueso (Hueso, 2017), y fue la puerta de entrada a toda una colección de bibliografía relacionada. Hay veces que tienes ciertos enfoques y con el tiempo, descubres que ya están etiquetados, y eso fue lo que me pasó. Cada persona llega a ser consciente de manera diferente de su propia biofilia, esa afinidad que sentimos por la naturaleza y otros seres vivos. En este libro de Katia Hueso, también mencionan la terapia en la naturaleza, la capacidad restauradora de la naturaleza, los jardines sanadores y terapéuticos, tema que ya hemos comentado. Y nos habla del poder evocador y estimulante que tiene la naturaleza en la creatividad.
Años atrás había leído el libro “El árbol” del gran escritor John Fowles, ¿lo conocéis? En él, habla de sus paseos por una naturaleza salvaje, sin domesticar, con los que alimentaban su creatividad a la hora de escribir:
«(…) la clave de mi novelística (…), reside en la relación que mantengo con la naturaleza.» (Fowles, 2015, p.39)
Esto me suena, pensé. Lo he experimentado con la creación de espacios. Las veces que he paseado por un entorno natural o he investigado sobre procesos naturales, he conseguido estímulos pregnantes que han desencadenado en toda una colección de conexiones evocadoras a la hora de idear entornos.
2. Foto de Daria Shevtsova en Pexels
Los paseos por la naturaleza
La integración de la naturaleza en nuestros proyectos, la invasión de plantas en mi entorno inmediato, el descubrimiento de su capacidad restauradora y el estímulo creativo que suponía el contacto con la naturaleza, no quedaron allí. Era consciente de que necesitaba más, y lo necesitaba todos los días.
Así que dí un paso más: me lancé a dar paseos por la naturaleza. Antes ya los disfrutaba, pero ahora era más consciente si cabe de la necesidad de hacerlos. Desde hace meses, siempre que puedo, voy a pasear por el espacio natural que tengo a 1 km del estudio: el Parque Regional del Sureste, por el que me adentro cada día por uno de los senderos. Son capítulos de un libro que giran alrededor del río Jarama y las lagunas, un lugar al que regreso para continuar su lectura. Los senderos que leo, son desire paths trazados por las huellas de otros paseantes y ciclistas que te recomiendan ese itinerario con su caminar.
3. Foto de Ibadah Mimpi en Pexels
Me fascinan los procesos y las composiciones espontáneas del paisaje que voy encontrando, son una fuente de inspiración que meto en mi mochila. La experiencia cromática y aromática es un espectáculo que va cambiando con las estaciones. Además, la propia acción de caminar, me ayuda a ordenar ideas y a conectarlas. Suelo atravesar un bosque de pinos desde diferentes inicios que conducen unas oníricas vistas con superficies acuáticas llenas de vida salvaje. Por lo general camino, hago fotos de la flora, recolecto con mucho respeto alguna semilla e incluso hago alguna que otra pieza de acuarela. En uno de mis paseos, he llegado a ver un zorro que trepaba por el lateral de un cortado mientras me miraba con curiosidad.
4. Río Jarama en Parque Regional del Sureste (Rivas-Vaciamadrid) | Foto de cómo crear historias
Pasear, caminar, andar, deambular, vagar… David Le Breton hace todo un análisis sobre el acto de ir a pie:
«Caminar es una apertura al mundo. (…) A veces, uno vuelve de la caminata transformado, más inclinado a disfrutar del tiempo que a someterse a la urgencia que prevalece en nuestras existencias contemporáneas. Caminar es vivir el cuerpo, provisional o indefinidamente. Recurrir al bosque, a las rutas o a los senderos, no nos exime de nuestra responsabilidad, cada vez mayor, con los desórdenes del mundo, pero nos permite recobrar el aliento, aguzar los sentidos, renovar la curiosidad. Caminar es a menudo un rodeo para reencontrarse con uno mismo.» (Le Breton, 2011, p. 15)
5. Vista de las lagunas del Parque del Suereste desde el Cerro del Telégrafo | Acuarela de Mónica (cómo crear historias)
Al estar en contacto con el bosque, experimentamos un conjunto de efectos positivos en nuestra salud. Hay muchos textos y artículos que hablan de los beneficios de los paseos por el bosque y los he ido comentando en nuestro blog. Sin ir más lejos, hace poco he topado con un artículo científico (“Human Breathable Air in a Mediterranean Forest: Characterization of Monoterpene Concentrations under the Canopy”) que se suma a esta colección de referencias, donde Batch y su equipo estudian el aire respirable en un bosque mediterráneo y sus concentraciones de monoterpenos bajo las copas de los árboles. (Bach et al., 2020)
¿Qué son los monoterpenos? Son fragancias que emiten las plantas para comunicarse, repeler a depredadores o atraer a polinizadores, entre otras funciones. Están en estudio por sus propiedades antiinflamatorias, neuroprotectoras y antitumorogénicas.
Según el artículo de Batch y su equipo, en el bosque mediterráneo disfrutamos de estos compuestos en mayor o menor medida según el momento del año, hora, temperatura, radiación solar y humedad. Las máximas concentraciones se dan durante julio y agosto por la mañana entre 6:00-8:00 y por la tarde entre 13:00-15:00. Si caminas por el bosque, puedes absorber estos compuestos que benefician nuestra salud, afirman.
6. Amanecer en el Parque Regional del Sureste (Rivas-Vaciamadrid) | Foto de cómo crear historias
Naturaleza y creatividad
Según relata Louv, para personajes como Thoreau, los paseos eran vitales para su creatividad. Si no paseaba, no escribía. Como he mencionado antes, para John Fowles, estos paseos eran la clave de su narrativa, no estaba solo en esta necesidad.
Albert Einstein y Kurt Gödel paseaban cada día por los bosques del campus de Princeton. Y es que todos hemos experimentado el momento «eureka» cuando el cerebro se encuentra en un estado de relajación positiva (Louv, 2012, p. 51)
Existe una relación entre la creatividad, inteligencia, capacidad de atención y el tiempo pasado en la naturaleza. Los psicólogos ambientales Rachel y Stephen Kaplan dieron la pista hace años, con su estudio inicial que lo justifica (Kaplan & Kaplan, 1989).
Otros investigadores como Ruth Ann Atchley, David L. Strayer y Paul Atchley de la Universidad de Kansas y Utah comprobaron que la inmersión en la naturaleza mejora el pensamiento creativo y muestran sus resultados en este artículo (“Creativity in the Wild: Improving Creative Reasoning through Immersion in Natural Settings“) (Atchley et al., 2012).
7. Concentraciones de monoterpenos en el bosque mediterráneo según mes y hora del día | Infografía de cómo crear historias | Fuente Bach et al., 2020
El ejercicio verde: salud mental e inmunidad
Si además de sumergirte en la naturaleza, realizas algún tipo de actividad física (caminar puede ser una de ellas), imagina el beneficio que esto supone para tu salud.
Hay muchos estudios que respaldan esta afirmación, entre ellos por ejemplo el realizado por los investigadores Jo Barton y Jules N Pretty que muestran y analizan en este artículo los beneficios del ejercicio verde para la salud (Barton et al., 2005) o el informe sobre los efectos en la salud mental y el bienestar de la terapia basada en actividades al aire libre y caminar también realizado por los mismos autores junto a de Rachel Hine y Carly Wood (Hine et al., 2011).
El propio Li Qing, profesor de medicina forestal e inmunólogo del que ya hablamos en nuestro artículo sobre los baños de bosque, según nos cuenta Richard Louv (Louv, 2012, p. 73), también concluye que practicar ejercicio verde puede fortalecer el sistema inmune incrementando nuestra resistencia frente al estrés (Li et al., 2016).
8. Rocas en el embalse de La Jarosa (Guadarrama) | Acuarela de Mónica (cómo crear historias)
Terapia en la naturaleza y terapia a través de la aventura
Richard Louv establece formas básicas de cómo la naturaleza influye en nuestra la salud mental (Louv, 2012, p. 84):
- Por una terapia decidida por uno mismo o prescrita por un profesional.
- A través del impacto de la degradación del medio ambiente en la psique.
- Mediante la recuperación de la naturaleza en un entorno donde vivimos, trabajamos y jugamos.
Eso por no hablar de los servicios ecosistémicos que nos ofrece la naturaleza, y de los que hablaremos en otros artículos.
Richard Louv lo tiene claro: necesitamos volver a la naturaleza, pues una buena parte de los trastornos y enfermedades provienen de nuestro alejamiento del medio natural. Como hemos mencionado en infinidad de ocasiones, Louv pone nombre a esa afección relacionada con ese alejamiento: «trastorno por déficit de naturaleza» para déficit de naturaleza.
Necesitamos esa conexión con la naturaleza. Existen diferentes técnicas de terapias en la naturaleza, que deben practicarse siempre desde el respeto por el entorno: ejercicio verde, baños de bosque, arte en la naturaleza, horticultura y jardinería, terapia con animales, actividades de conservación del medio ambiente y meditación entre otras.
Hay asociaciones como Experientia que nos pueden ayudar a reconectar, pues desarrollan programas terapéuticos y de desarrollo personal dirigidos a particulares (individuos, familias y parejas) y a entidades que trabajan con diferentes colectivos, proporcionando experiencias en la naturaleza y a través de la aventura, para mejorar nuestro bienestar emocional y calidad de vida.
En palabras de Experientia:
“Las personas aprendemos haciendo, y esta metodología se basa en el aprendizaje experiencial (p. ej. retos atractivos y estimulantes, rutas al aire libre, kayak, escalada, vela, hípica, juegos grupales cooperativos, etc). El equipo profesional, formado por profesionales de la salud e intervención social, diseña a medida experiencias que nos permiten trabajar aspectos como la superación, el conocimiento personal, la auto eficacia y la autonomía. Se comparten y elaboran las vivencias, con el objetivo final de que los aprendizajes derivados de la participación en estos programas sean transferidos e incorporados a nuestra vida cotidiana. Este es un tipo de intervención novedosa que Experientia nos acerca, y que cuenta con gran recorrido en los EEUU, Canadá, Países Escandinavos, Alemania o Bélgica, entre otros países.”
9. Foto de Dorothy Castillo en Pexels
¿Qué podemos aportar?
Todas las técnicas de la terapias y actividades en la naturaleza se desarrollan en entornos que requieren en ocasiones un acondicionamiento puntual y específico, para que las personas puedan disfrutar de la experiencia.
Con pequeñas intervenciones que respeten los ciclos naturales del entorno, podemos facilitar el disfrute.
Podemos contribuir a la elección de localizaciones, usos y acondicionamiento de los espacios y senderos donde tienen lugar las actividades. Un buen wayfinding es fundamental: diseño de imagen corporativa y su aplicación espacial a través de señalética.
Si es necesario, además podemos diseñar la integración de pequeñas construcciones auxiliares de “quita y pon” como pabellones, caminos, mobiliario, aseos… que puedan ser retiradas del entorno sin dejar huella o que al menos el espacio se pueda regenerar con gran rapidez.
Y tú ¿cómo disfrutas de la naturaleza? ¿das paseos por el bosque? ¿practicas algún deporte? ¿qué echas en falta?
10. Foto de Luke Porter en Unsplash
Agradecimientos:
Gracias a Experientia, que ha colaborado en la redacción de este artículo.
Fotografias:
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- Foto de Ibadah Mimpi en Pexels
- Río Jarama en Parque Regional del Sureste (Rivas-Vaciamadrid) | Foto de cómo crear historias
- Vista de las lagunas del Parque del Suereste desde el Cerro del Telégrafo | Acuarela de Mónica (cómo crear historias)
- Amanecer en el Parque Regional del Sureste (Rivas-Vaciamadrid) | Foto de cómo crear historias
- Concentraciones de monoterpenos en el bosque mediterráneo según mes y hora del día | Infografía de cómo crear historias | Fuente Bach et al., 2020
- Rocas en el embalse de La Jarosa (Guadarrama) | Acuarela de Mónica (cómo crear historias)
- Foto de Dorothy Castillo en Pexels
- Foto de Luke Porter en Unsplash
- Foto de Dan Gold en Unsplash
Bibliografía:
Atchley, R. A., Strayer, D. L., & Atchley, P. (2012). Creativity in the Wild: Improving Creative Reasoning through Immersion in Natural Settings. PLOS ONE, 7(12), e51474.
Bach, A., Yáñez-Serrano, A. M., Llusià, J., Filella, I., Maneja, R., & Penuelas, J. (2020). Human Breathable Air in a Mediterranean Forest: Characterization of Monoterpene Concentrations under the Canopy. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17(12), 4391.
Bettman, J.E., Gillis, H.l., Speelman, E.A., Parry, K. & Case, J.M.. (2016). A meta-analysis of wilderness therapy outcomes for private pay clients. Journal of Child and Family Studies, 25, 2659-2673.
Bowen & Neill (2013). A Meta-Analysis of Adventure Therapy Outcomes and Moderators. The Open Psychology Journal, 6, 28-53.
Fowles, J. (2015). El árbol (Primera edición). Impedimenta.
Gass, M.A, Lee Gillis,L. & Russell, K:C (2012). Adventure Therapy: Theory, Research, and Practice, ed. Routledge.
Hine, R., Wood, C., Barton, J., & Pretty, J. (2011). The mental health and wellbeing effects of a walking and outdoor activity based therapy project. A Report for Discovery Quest and Julian Housing. Interdisciplinary Centre for Environment and Society (iCES). Departament of Biological Sciences. University of Essex.
Hueso, K. (2017). Somos naturaleza. Viaje a nuestra esencia (1o edición: octubre de 2017). Plataforma Editorial.
Kaplan, R., & Kaplan, S. (1989). The experience of nature: A psychological perspective. Cambridge University Press.
Le Breton, D. (2011). Elogio del caminar. Siruela.
Li, Q., Morimoto, K., Nakadai, A., Inagaki, H., Katsumata, M., Shimizu, T., Hirata, Y., Hirata, K., Suzuki, H., Miyazaki, Y., Kagawa, T., Koyama, Y., Ohira, T., Takayama, N., Krensky, A. M., & Kawada, T. (2016). Forest Bathing Enhances Human Natural Killer Activity and Expression of Anti-Cancer Proteins: International Journal of Immunopathology and Pharmacology.
Louv, R. (2012). Volver a la naturaleza: El valor del mundo natural para recuperar la salud individual y comunitaria. RBA.
11. Foto de Dan Gold en Unsplash
Me he dado cuenta de algo: es posible que no conozcas todo lo que podemos aportar desde la arquitectura y el paisaje para ayudarte a mejorar el entorno, tanto a escala cercana como a escala global. Desde luego que va más allá de construir edificios, calcular estructuras, instalaciones, conseguir licencias o solucionar esa legalización que te pide el Ayuntamiento. Aunque si lees habitualmente nuestro blog, habrás comprobado que somos un estudio de arquitectura diferente y peculiar.
A lo largo de los diferentes artículos que llevamos escritos, hemos puesto el foco en la relación de la arquitectura y la naturaleza. Hemos hablado de los jardines que te cuidan, de la necesidad de naturaleza que tenemos y como ésta la podemos saciar con baños de bosque, de los sistemas urbanos de drenaje sostenible y la integración de naturaleza y ciudad
En cierto modo ya fuimos avanzado el tema de habitar los lugares y conectarlos a las personas cuando hablamos sobre el Wayfinding, donde la arquitectura, el diseño gráfico y ambiental se encuentran para abrazarte y guiarte por el espacio o en el artículo sobre los espacios de fuga frente a la reclusión.
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El espacio se construye, el lugar se habita
Lo cierto es que llevo tiempo pensando en la necesidad de explicártelo de manera más específica y ahora que estoy leyendo “Construir y habitar. Ética para la ciudad” de Richard Sennet (Sennett, 2019) he sido más consciente de esa necesidad, así que creo que con su ayuda y la de otros grandes pensadores e investigadores voy a tratar de ilustrarlo.
Sennett hace una clara distinción entre construir y habitar, entre la ville y la cité.
“Los seres humanos se mueven en un espacio y habitan un lugar.” (Sennett, 2019, p. 51).
Por un lado está el medio construido y por otro como viven en él las personas (Sennett, 2019, p.10) y ambas han de estar conectadas. La forma de un espacio determina en gran medida como lo viven las personas. Uno de los ejemplos que pone Sennet es Central Park de Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux, pues su intención era la de usar suelo y plantas para unir a las personas (Sennett, 2019, p.70) y precisamente coincide con nuestro planteamiento.
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Espacios sociópetos frente a espacios sociófugos
En las últimas conferencias que he dado en la Escuela de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad del Norte y en Bioconstrucción Futura, he empezado mi discurso diciendo: “Estamos condicionados por la ciudad y el entorno en el que vivimos porque determina en gran medida nuestras relaciones, nuestro bienestar, nuestra creatividad.”
Ya en los años 60, el antropólogo Edward T. Hall observó que la disposición del mobilliario tiene mucho que ver con el grado de conversación. Existen espacios sociópetos, que tienden a juntar a las personas, como los sillones de los cafés, dispuestos alrededor de una mesa. Frente estos, están los espacios sociófugos que no ayudan a que las personas se relacionen, como los asientos colocados en hileras fijas (Hall, 1985, p.24).
Y no sólo esto, también estamos condicionados por cómo sea ese mobiliario, el espacio que le rodea y sus características, pues también influyen en el comportamiento y bienestar de las personas que habitan el espacio, tanto en exteriores como en interiores. Por eso es vital cuidar el diseño de los lugares habitados por las personas. También es necesario entender que cada época tiene sus tecnologías, y se refleja en la estética. No tiene sentido intentar imitar formalismos de otras épocas hechos con una tecnología que ya no existe. Bruno Munari lo dejaba muy claro:
“El pasado solamente puede tener una función de información cultural y se ha de considerar ligado a su tiempo, ya que de otro modo, no se entiende nada” (Munari, 2000, p. 16)
Creemos que es necesario que habites entornos contemporáneos que conecten espacio y lugar con las personas y que esa conexión, entre el espacio construido y el lugar habitado, se realice a través de la biofilia, esa afinidad que sentimos por la naturaleza y otros seres vivos, pues necesitamos ese vínculo.
Personas, plantas, insectos, aves, mamíferos y otros seres: cada uno tiene sus requisitos, tenemos que ser capaces de combinarlas para llegar a una convivencia eficaz que no genere molestias y así generar una biodiversidad funcional que contribuya a la mitigación y adaptación al cambio climático.
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Espacios capaces de crear historias
Conectamos personas al lugar. La forma del espacio, los materiales, en definitiva, la configuración espacial, ayudan a que se habite un lugar y se conecte a las personas.
Y aquí viene la parte en la que te cuento de donde viene el nombre de nuestro estudio. Nos llamamos cómo crear historias, porque nuestros proyectos son generadores de vivencias y en sí mismos son contados como historias donde los protagonistas de los espacios son las personas que los habitan y su entorno.
Lo que más nos apasiona junto con la arquitectura y crear historias es: el paisaje, los procesos naturales, la integración de la naturaleza en el medio construido, los espacios entre los edificios, su vínculo con las personas y otros seres vivos que los habitan, el bienestar que generan y su capacidad para estimular la creatividad.
Desde el principio de nuestra práctica, empezamos a integrar soluciones basadas en la naturaleza en el entorno, a renaturalizar los espacios teniendo en cuenta a las personas y otros seres vivos, a través de la biofilia.
¿Por qué?
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La necesidad
Al volver la vista atrás con más de 70 proyectos realizados, hemos detectado que tratamos de dar respuesta a cuatro necesidades que tienen los seres humanos y el entorno:
- La creatividad
Todas las personas somos creativas y necesitamos la creatividad para el día a día. Al resolver un problema, la estamos usando.
Cuando estaba en la escuela de arquitectura ETSAM, hace ya muchos años, uno de mis profesores de proyectos, Andrés Perea, nos decía: “los problemas son oportunidades creativas”. Me acuerdo cada día de esta frase, de ésta y de otras muchas.
- El contacto con la naturaleza
Existe una necesidad innata que tenemos los seres vivos de contacto con la naturaleza.
La naturaleza es nuestro primer hogar, nos genera bienestar, nos alimenta, nos protege y estimula nuestra creatividad. La biofilia pone nombre a esta necesidad.
- La cooperación y el cuidado mutuo
Hay que dar respuesta a la necesidad social de contacto, cooperación, cuidado y apoyo mutuo entre los seres vivos, pues necesitamos cooperar para sobrevivir.
Con la pandemia de la Covid19, hemos visto cómo han surgido redes de colaboración por todo el mundo.
Hace años, Michael Tomasello en su libro “¿Por qué cooperamos?” cuenta como comprobó mediante un estudio que de manera innata, efectivamente somos seres cooperativos (Tomasello, 2010)
No hay que olvidar que, además, en la naturaleza todo está interconectado y todos los elementos en cierto modo también cooperan para sobrevivir y no generar desperdicio. Nos inspiramos en la naturaleza para incorporar la economía circular en los proyectos.
- La mitigación y adaptación al cambio climático
Por último, tenemos una necesidad global, a escala planetaria, de mitigación y adaptación al cambio climático. Necesitamos cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la naturaleza nos necesita.
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Una escala humana que dialogue con otros seres vivos
Diseñamos espacios a escala humana, a través de la observación, la investigación de las huellas del lugar, el paisaje cultural y la participación de las personas que habitan los espacios para realizar un análisis etnográfico que sirva de base para el diseño.
Amasamos, componemos, encajamos el espacio para integrar a las personas, plantas y a otros seres vivos en él y así lograr que lo habiten y generen una biodiversidad funcional tanto en exterior como en interior.
Jan Gehl, en “La humanización del espacio urbano” establece tres tipos de actividades básicas para espacios exteriores que es importante conocer para el diseño tanto a escala urbana como a escala arquitectónica y que bajo mi punto de vista, también se pueden trasladar al interior de los edificios (Gehl, 2006):
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a) Actividades necesarias
Las obligatorias, como ir a trabajar, a comprar, al colegio… Forman parte de nuestras tareas cotidianas. En cierta manera, son independientes del entorno físico. Si tienes que hacer una actividad obligatoria, la haces, sea como sea el medio físico, no hay posible elección.
Aceras deterioradas | Foto de cómo crear historias
b) Actividades opcionales
Las que te apetece hacer y disfrutas haciéndolas. Sólo se realizan si las condiciones del entorno son favorables, si hace buen tiempo o el espacio está aclimatado y el lugar te invita a ello. Son actividades del tipo recreativo, como disfrutar de un paseo o de una estancia agradable.
Y si incluye naturaleza, mucho mejor por el bienestar que transmite. Es curioso comprobar cómo las personas prefieren ir por caminos rodeados por naturaleza. Llevo años usando el carril bici de donde vivo y siempre me encuentro peatones paseando por él ¿por qué? porque hay vegetación a los lados, es más agradable y se sienten más seguras caminando entre plantas que junto a los coches.
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c) Actividades sociales
Las que dependen de la presencia de personas en el espacio, y por tanto, de las actividades necesarias y opcionales. Son juegos, saludos, conversaciones… en definitiva, todo tipo de actividades comunitarias, incluso de carácter pasivo, como ver y oír a la gente. Son fruto del encuentro con otras personas que están a gusto en el espacio. Por lo tanto, se producen si hay gente en el medio físico, pues de manera espontánea se encuentran, se cruzan, intercambian impresiones, se crean situaciones imprevistas y contactos de los que pueden surgir todo tipo de iniciativas.
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En un espacio común que transmite bienestar, conviven gran cantidad de actividades necesarias, opcionales y sociales.
Si el entorno no es agradable, no disfrutas de tu trabajo, de tu estancia o paseo, realizas el mínimo de actividades necesarias, lo más rápido posible pero no de la mejor manera, lo cual te estresa, pues tu objetivo es terminar lo antes posible sin dar importancia a la calidad de lo que haces.
Los entornos desagradables, poco cuidados, tienen el mínimo de actividad y por lo tanto, crean pocas conexiones entre las personas, son lugares que no te reconfortan y donde no es cómodo ni trabajar ni estar.
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En el caso de espacios públicos o de uso público, si el medio físico no facilita el disfrute de pasear o de ir en bicicleta, tienes que recurrir al coche para realizar los desplazamientos y esto deteriora la calidad urbana, pues además de contaminar, disminuye su posibilidad de acoger actividades, hace las calles poco apetecibles para disfrutarlas, las vacía y las hace más inseguras, como decía Jane Jacobs ( Jacobs, 1961).
Vuestro reto y el nuestro, es revertir esta situación de malestar y recuperar el espacio común para crear una comunidad que te ayude en el día a día, que te reconforte cuando lo necesites y que contribuya a crear conexiones entre las personas y el espacio, tanto interior como exterior.
Una calle usada es una calle vigilada, ya nos lo decía Jane Jacobs
En una ciudad sana, conviven una gran cantidad de actividades necesarias, opcionales y sociales. En una ciudad sana, sin problemas de accesibilidad con sensación de seguridad, el espacio público es el lugar de encuentro, y no los grandes centros comerciales.
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A estas actividades hay que sumarle la proxémica, un término también acuñado por el antropólogo Edward T. Hall y que estudia la relación espacial entre las personas, el uso que se hace del espacio personal, es decir, el espacio que rodea nuestro cuerpo.
Son las distancias que, de manera inconsciente, empleamos para estructurar la interacción diaria (Hall, 1985, p.139):
- La distancia íntima (de 0 a 0.45 m): se perciben estímulos visuales, auditivos, olfativos, táctiles y temperatura.
- La distancia personal (de 0.45 a 1.20 m): es la zona de protección entre uno y los demás. Son los contactos normales. Puedes tocarte tendiendo un brazo.
- La distancia social (de 1.20 a 3.5 m): la zona de los contactos profesionales donde es posible la comunicación.
- La distancia pública (de 3.5 a 7.5 m): la zona de comunicación en voz alta, es la distancia formal.
En función de la situación, la confianza que tengas con la otra persona y la cultura a la que pertenezcas, mantienes una distancia u otra comprendida en estos rangos.
Ahora más que nunca, todo este tipo de actividades y relaciones hay que reformularlas a nivel espacial por el coronavirus, pues aunque tengamos los contactos limitados, somos seres sociales y la actividad se tiene que realizar de manera segura. Los espacios tienen que crecer. En épocas pasadas, las pandemias han supuesto una evolución en el diseño urbano y arquitectónico. Hay mucho trabajo por delante, es un punto de inflexión para nuestro entorno.
Necesitamos recuperar los lugares en los que vivimos como habitantes y como peatones, dejar de pensar en entornos mínimos y rescatar el espacio que el coche nos ha ido arrebatando.
Cuenta con nosotros para ayudarte a dar forma a esta evolución, donde las personas y la naturaleza dialogan con el entorno.
Fotografías:
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- Vista general de “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
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- Vegetación espontánea en Algorta (Getxo, Bizkaia) | Autor: Cómo crear historias
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- Estanque con plantas macrofitas que depuran agua “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
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Bibliografía:
Gehl, J. (2006). La humanización del espacio urbano: La vida social entre los edificios. Reverte.
Hall, E. T. (1985). La dimensión oculta. Siglo XXI.
Munari, B. (2000). Diseño y comunicación visual: Contribución a una metodología didáctica. Gustavo Gili.
Sennett, R. (2019). Construir y habitar (2019.a ed.). Anagrama.
Diagrama Proxémica | Infografía: cómo crear historias | Fuente: Hall, 1985
Muchos estamos pensando en el después, en cómo será la nueva normalidad post-pandemia y cómo estar preparados ante nuevos episodios o desastres que puedan surgir.
La palabra que continuamente me viene a la mente es “resiliencia”. Veamos que significa según la RAE:
“1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
2. f. Capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.” (RAE, 2020)
Desde que se inició la crisis del coronavirus, hemos puesto a prueba la resiliencia de nuestras ciudades y espacios desde la flexibilidad. Nuestras viviendas son ahora colegios, oficinas, bares, restaurantes, calle donde manifestarse y pasear. Es también una especie de espacio público donde nos relacionamos con los demás y con el entorno, un espacio de fuga del que ya hablamos; los Hoteles, residencias e IFEMA (feria de Madrid) se han transformado en hospitales; el Palacio de Hielo y Instituto Anatómico forense de la Ciudad de la Justicia en Madrid asumen funciones de morgue.
¿Tiene nuestro sistema suficiente resiliencia para afrontar la situación? Cuando podamos salir de nuestras casas, no volveremos a la normalidad si no a un nuevo día a día muy dañado que tendremos que sanar. Necesitaremos construir una nueva realidad resiliente si queremos sobrevivir como especie. Esto es un aviso, advierte Eudald Carbonell, la próxima vez será el colapso de la especie (Redacción La Vanguardia, 2020). En la base de esa resiliencia tendrá que estar la cooperación y el apoyo mutuo por encima de la competitividad.
Hace años, Michael Tomasello se preguntó desde las ciencias cognitivas “¿qué es lo que nos hace específicamente humanos?” y comprobó que lo que distingue a la naturaleza humana del resto es su tendencia innata a cooperar (Tomasello, 2010). Confío que así sea, que cooperemos y nos apoyemos cuando tengamos que construir esa nueva normalidad. La buena noticia es que así está siendo durante el confinamiento. Están aflorando grandes redes de apoyo mutuo con los recursos de los que cada persona o empresa dispone.
Tenemos el caldo de cultivo perfecto, así que ¿cómo hacer que el sistema sea resiliente? y en definitiva ¿cómo desarrollar espacios y ciudades resilientes? que es el ámbito que conocemos como profesionales de la arquitectura y el paisaje.
Para contestar, tengo que volver atrás y hablaros de los elementos del caos, como los denomina David Wallace-Wells, pues son los que están ocasionando y ocasionarán toda una colección de desastres, según nos advierte (Wallace-Wells, 2019). Empecemos por el principio:
(Foto de Lucas Pezeta en Pexels)
Los elementos del caos en un planeta inhóspito
“El calentamiento global no es un solo culpable; es toda una conspiración” (Wallace-Wells, 2019)
Llevamos tiempo dedicados a la integración de la naturaleza en el entorno, así que nos hemos ido poniendo en contacto con un gran número personas procedentes de otras disciplinas afines: ingeniería agronómica, forestal y de montes, psicología ambiental y social, geografía, ambientología, paisajismo, biología… Con ellos estamos trazando una amplia red de colaboración, además de enriquecer nuestros conocimientos.
Lo curioso es que desde el año pasado, mencionaban como referente el libro del historiador y periodista David Wallace-Wells: “El planeta inhóspito” (Wallace-Wells, 2019) siempre acompañado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Por supuesto, en cuanto pude, me hice con él y comencé a leerlo, a llenarlo de señaladores y a subrayarlo con gran avidez, tal como hago todos los libros de teoría que caen en mis manos y que son míos, claro. Los que me conocen saben que los libros y las plantas son mi gran obsesión. He de confesar que todavía no lo he terminado de leer, me está costando mucho avanzar a través de sus páginas llenas de amenazas para nuestro entorno y que tienen su origen en el cambio climático. Está formado por cuatro partes y tan solo llevo leídas las dos primeras: los efectos en cascada que ocasiona el calentamiento global a través de circuitos que se retroalimentan (Wallace-Wells, 2019, p. 33) y los elementos del caos, que se desencadenan también por ese calentamiento global y están interconectados (Wallace-Wells, 2019, p. 51). Uno de estos elementos precisamente es la pandemia, una causa indirecta del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Fernando Valladares nos advierte que «si no sanamos el clima, volveremos a enfermar»:
“Hace quince años se aportaron las primeras indicaciones científicas sobre la función protectora de la biodiversidad. Gracias a efectos como la dilución de la carga vírica y la amortiguación del contagio, la biodiversidad es una inmensa y eficaz barrera para las zoonosis.”
(…)
Una naturaleza sana, de ecosistemas funcionales y ricos en especies nos protege de una manera muy amplia ante infecciones por patógenos. No solo a través de la biodiversidad. Por ejemplo, la naturaleza puede frenar el polvo del desierto y reducir la contaminación atmosférica, dos vehículos que propagan virus y que acentúan los síntomas respiratorios en los pacientes afectados por la COVID-19.” (Valladares, 2020)
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Biodiversidad para crear espacios y ciudades resilientes
La biodiversidad es nuestro escudo protector frente a la propagación de virus, afirmación que también recoge el artículo “La lucha contra el coronavirus es también la climática” de Guadalupe Bécares (Bécares, 2020)
Es más, me atrevo a afirmar que la biodiversidad es el escudo protector frente al cambio climático, nuestro gran recurso para hacer nuestros espacios y ciudades más resilientes, de ahí nuestro interés en integrar la naturaleza en la arquitectura y desde Naciones Unidas lo confirman. En el año 2012, elaboraron un manual sobre cómo desarrollar ciudades más resilientes, escrito para líderes de gobiernos locales (Naciones Unidas, 2012). Pues bien, en este manual enumeran diez acciones esenciales para lograr ciudades resilientes frente a diversos factores de riesgo y desastres. Una vez más, una de estas acciones es precisamente la protección de la biodiversidad como factor vinculado a la resiliencia.
Con esto no trato de decir que el fomento de la biodiversidad sea la única solución de las que disponemos para no llegar a situaciones como esta pandemia que estamos sufriendo, es tan sólo una de las acciones que podríamos plantearnos introducir. Todos los esfuerzos suman.
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Naturaleza y arquitectura para fomentar la biodiversidad: estrategias
En cuanto nos sea posible, tenemos que continuar orientando nuestros esfuerzos en adaptarnos y mitigar el cambio climático con más intensidad si cabe para incrementar así la biodiversidad y hacer frente a los elementos del caos generados por el cambio climático que enumera Davis Wallace-Wells, conseguiremos beneficiarnos de sus servicios ecosistémicos y tendremos espacios y ciudades más resilientes.
La manera que tenemos en cómo crear historias de crear esa resiliencia es a través de soluciones basadas en la naturaleza y de la renaturalización urbana, a través de diferentes estrategias. Es difícil hacer un listado de estrategias, pues todas están interrelacionadas. Os muestro algunas para que entendáis de que estamos hablando:
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01. Conexión flexible con el entorno
Cuando superemos la crisis va a ser necesario que nos rodeemos de más naturaleza y que hagamos más flexibles nuestros espacios en las diferentes escalas interrelacionadas (ciudad, barrio y edificio) para poder adaptarnos a una situación en continua transformación a posibles episodios adversos. Tras haber estado tanto tiempo sin poder salir de nuestras casas, la relación con el exterior será vital. Necesitaremos que nuestros espacios puedan abrirse para entrar en contacto con el entorno y que crezcan hacia el exterior, así que será vital dotarlos de naturaleza.
Estrategias como las que se plantean desde el plantscaping, creando jardines en los espacios interiores en paralelo a la incorporación de infraestructura verde en el exterior, ayudan a crear esa continuidad espacial que hacen olvidar que estas encerrado en un interior.
(Vista general de “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos)
02. Corredores ambientales
Al integrar la naturaleza en el medio construido hacemos posible la conexión entre espacios verdes y la generación de corredores ambientales que den continuidad y fomenten una biodiversidad autóctona que nos proteja. El medio construido, tanto edificios como el espacio entre ellos, tiene que ser capaz albergar todo un ecosistema con flora y fauna autóctona, en la medida de lo posible y sin generar molestias. La creación de corredores ecológicos integrados en la ciudad mantienen la composición, estructura y función del paisaje que unen y que hace posible los desplazamientos de la fauna y así hacer posible una mayor diversidad.
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03. Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible
Los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible, contribuyen a la renaturalización de los espacios al restaurar el ciclo natural del agua en las ciudades, al no impermeabilizar el suelo, con pavimentos permeables y superficies vegetales que hagan posible el crecimiento de flora espontánea, que es precisamente la mejor adaptada a su entorno y la que requiere menos recursos para su mantenimiento.
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04. Infraestructura que favorezca la presencia de flora y fauna autóctona
Los espacios exteriores y edificios pueden acoger además de flora, fauna local si se tiene en cuenta su presencia y se resuelven los posibles conflictos que puedan ocasionar. Si se incluye la vegetación en sus fachadas (a través de muros verdes o plantas trepadoras), cubiertas, espacios exteriores, o incluso se integran en los edificios nidos adaptados a las especies autóctonas (con pequeños diámetros de apertura que eviten la presencia de especies invasoras como las palomas) pueden acoger aves e insectos y crear todo ecosistema. Los sistemas para acoger flora y fauna, dependerán de un estudio específico de la biodiversidad de la zona.
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05. Procesos de renaturalización
La naturaleza siempre reclama su lugar e intenta colonizar los espacios construidos. Si observamos y aprovechamos su iniciativa al facilitar estos procesos, estaremos incorporando una flora verdaderamente autóctona que requiere muy poco mantenimiento, adaptada a las condiciones climáticas del entorno que atrae a insectos polinizadores. Lugares como las grietas urbanas o los alcorques, espacios que aprovechan estas especies, facilitemos su tarea para estimular la biodiversidad urbana. Todos los espacios suman. Precisamente de la grietas urbanas nos habla Josep M Mompín Valeri en su blog Mompin’s Jardins (Mompín Valeri, 2020)
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Sobre los alcorques, hay un proyecto muy interesante en Barcelona “Alcorques vivos” desarrollado por Puy Alonso Martínez y Lorena Escuer (Escuer Constante & Alonso Martínez, 2020), un proyecto piloto de siembra de herbáceas de flor nativas y atractivas a la fauna útil para el control biológico de plagas en arbolado viario.
(Vegetación espontánea en Algorta (Getxo, Bizkaia) | Autor: Cómo crear historias)
Incluso se puede apoyar el proceso de renaturalización en una estrategia de “desire paths” en espacios verdes, dejando que las personas decidan sus propios caminos, tal como hicimos en la “La misteriosa historia del jardín que produce agua”
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06. Incorporación de ciclos naturales
Si te fijas, la naturaleza tiene optimizados muchos procesos, tan solo hay que observarlos e introducirlos en las ciudades. Hablamos por ejemplo de sistemas con la fitodepuración o depuración del agua de manera natural, a través de plantas de ribera, que son las encargadas de limpiar nuestras aguas en los ríos.
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07. Arbolado urbano que dialogue con el medio construido
Si se escogen las especies adecuadas, respetando sus necesidades espaciales y con un adecuado sistema de alcorques, la arquitectura y los árboles pueden convivir. Sistemas como los que plantean en Green Blue Urban, por ejemplo.
La diversificación del arbolado que huyan de las alineaciones monoespecie, favorece la biodiversidad y transforma la ciudad en un bosque urbano.
¿Se te ocurren más estrategias que incorporen la naturaleza en la arquitectura?
¡Compártelas!
(Estanque con plantas macrofitas que depuran agua “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos)
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- Estanque con plantas macrofitas que depuran agua “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
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Bibliografía:
Bécares, G. (2020, marzo 25). La lucha contra el coronavirus es también la climática. Ethic.
Escuer Constante, L., & Alonso Martínez, P. (2020). Procesos ecológicos en la ciudad: Un pequeño ecosistema en los alcorques de Barcelona. Revista Montes, I trimestre(Número 139), 68-71.
Mompín Valeri, J. M. (2020, marzo 12). Las grietas urbanas y los procesos de renaturalización. Mompin’s Jardins.
Naciones Unidas. (2012). Cómo desarrollar ciudades más resilientes. Un manual para líderes de los gobiernos locales.
RAE. (2020, marzo 31). Resiliencia | Diccionario de la lengua española. «Diccionario de la lengua española» – Edición del Tricentenario.
Redacción La Vanguardia. (2020, marzo 21). Eudald Carbonell: «El COVID-19 es el último aviso ante colapso como especie». La Vanguardia.
Tomasello, M. (2010). ¿Por qué cooperamos? Katz Editores.
Valladares, F. (2020, abril 2). Si no sanamos el clima, volveremos a enfermar. The Conversation.
Wallace-Wells, D. (2019). El planeta inhóspito: La vida después del calentamiento (M. P. Sánchez;, Trad.; Edición: 001). DEBATE.
(Foto de Luca Dugaro on Unsplash)
En el año 1790, Xavier de Maistre emprendió una expedición insólita que tituló: “Viaje alrededor de mi cuarto” (Maistre, 1999). Fue obligado a permanecer confinado durante cuarenta y dos días en su habitación como consecuencia de un duelo (Maistre, 1999, p.13). El resultado, fue un escrito que nos guía a través de mobiliario, trayectorias y grandes temas relacionados con la existencia humana como si viajara por un país extraño.
En el año 2020, un virus conocido con el nombre de COVID-19 o Coronavirus (Pires et al., 2020), nos tiene en régimen de reclusión en nuestros hogares a gran parte del mundo. En España vivimos bajo un estado de alarma que nos prohibe salir salvo contadas excepciones relacionadas con la supervivencia (Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, 2020).
(Foto de Miguel Á. Padriñán en Pexels)
Sin embargo, como venimos diciendo en este medio, pertenecemos a una especie que necesita caminar y estar en contacto con la naturaleza, en espacios exteriores (García Fernández, 2019a) y ahora lo estamos experimentando más si cabe.
(Foto de Jean-Guy Nakars en Unsplash)
¿Qué hacer entonces? Ampliar la mirada y actuar, tal como nos aconseja Montse Burgos Espinosa, psicóloga social y consultora artesana en su artículo “Salir del bloqueo” (Burgos Espinosa, 2020). Como Xavier, nos vemos avocados a tomar una decisión. En su momento vio en la escritura y el análisis de su entorno una puerta abierta para pasear y de alguna forma salir de su reclusión. En situaciones como la que vivimos en esta crisis, está en nuestra mano cambiar la mirada a nuestro entorno y actuar con los recursos de los que disponemos. Ahora contamos con muchos medios que nos pueden ayudar en esta tarea. Imaginaos esta situación sin redes sociales o internet, sería muy difícil afrontarla, pues nos estamos nutriendo de nuestras redes para paliar la falta de contacto físico.
Desde la irrupción del coronavirus, estamos sufriendo pérdidas humanas y todas las personas nos estamos viendo afectadas de una manera u otra en mayor o menor medida, por no hablar de las consecuencias a nivel económico que conlleva. Sin embargo, de manera paradójica, que paremos nuestra actividad supone un descanso para el planeta. Se ha reducido de manera significativa la contaminación en la primera semana del decreto de estado de alarma. Según apunta Adrián Fernández Carrasco desde Greenpeace:
“(…) los valores medios de dióxido de nitrógeno apenas han alcanzado el 40% del límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE). En Madrid, desde que el martes 10 de marzo comenzasen las primeras medidas de contención, como el teletrabajo o la suspensión de clases, los niveles de NO2 han bajado día tras día. Una reducción que se hizo patente a partir de la aplicación del estado de alarma el sábado 14, medida que limitaba drásticamente el uso del vehículo particular.” (Fernández Carrasco, 2020)
La reducción del tráfico, seguido del descenso de la actividad industrial y unido a la inestabilidad meteorológica de una DANA que contribuye a disipar la contaminación, son los factores que se esconden detrás de esta reducción.
(Nacimiento del Rio Cuervo, Cuenca | Foto de cómo crear historias)
Tratemos de ver esta situación como una oportunidad única para replantearnos nuestra relación con el entorno, que es precisamente lo que tratamos de hacer desde “cómo crear historias”, integrando la naturaleza en los espacios construidos.
A escala urbana, Carlos Moreno en El País, hace la siguiente reflexión urbana en relación a crisis del coronavirus:
“(…) la ciudad del cuarto de hora, el territorio de media hora, la ciudad y el territorio de proximidad… Todos son enfoques propuestos para construir otra forma de existir frente a los desafíos inevitables de la calidad de vida. Reencontrar lo cercano también es volverse resiliente ante las graves perturbaciones que puedan ocurrir regularmente en nuestros universos vitales. Reencontrar las calles tranquilas y verdes, la movilidad ciclista o peatonal, hacer compras de proximidad, acceder a múltiples servicios, tener a mano diversidad de posibilidades para afrontar lo cotidiano, encontrar la manera de trabajar cerca de casa de forma presencial o digital, hacer que un mismo lugar tenga muchos usos y que cada uno sea un nuevo campo de opciones son respuestas que van al fondo de las cosas.” (Moreno, 2020)
Después de todo este episodio de reclusión, viviremos las ciudades de manera diferente, habremos trazado vínculos con el entorno a escala humana que nos harán pensar más como colectivo. Habremos descubierto lo cercano y nuestra necesidad de relacionarnos con el entorno, habremos dado un paso más para transformar nuestras ciudades en resilientes y policéntricas.
(Foto de Marcio Henrique en Pexels)
En una escala más próxima a la urbana, más allá de otros espacios nos encontramos con la vivienda. Durante esta crisis, nuestros hogares se han convertido en espacios de reclusión. Analicemos estos lugares y las posibilidades de “fuga” de nuestro confinamiento para vincularnos con el exterior, nuestra especialidad, respetando siempre las medidas decretadas por el estado de alarma, por supuesto.
(Foto de Ava Coploff en Unsplash)
¿Qué es un espacio de reclusión?
Si buceamos en el ámbito de la psicología ambiental, podríamos definir a los espacios de reclusión como lugares que se encuentran separados físicamente de la comunidad, de manera tradicional fuera de los centros urbanos, aunque muchos de estos sitios han sido engullidos por el propio crecimiento de la ciudad.
En los espacios de reclusión, existe una falta de control de la situación por parte de las personas que los usan. Son ambientes institucionales como hospitales, psiquiátricos, residencias o centros penitenciarios (Aragonés Tapia & Amérigo Cuervo-Arango, 1998, p.241). Me atrevería a añadir a los colegios y a las oficinas que durante un intervalo de tiempo, los vivimos de esta manera, aunque ese sería un tema que daría para varios artículos.
Ya hablamos de cómo “escaparte” de un hospital con la ayuda de un jardín en nuestro artículo dedicado a los healing gardens (García Fernández, 2019b) o cómo aprovechar las reuniones para dar un paseo o mirar la naturaleza a través de la ventana para huir del confinamiento cuando hablamos de los baños de bosque (García Fernández, 2019a).
¿Cómo salir de nuestro espacio de reclusión?: catálogo de espacios de fuga
En estos días, he ido recopilando pautas y recomendaciones desde la psicología ambiental y de la salud en las que mencionan aspectos espaciales que os pueden ayudar.
La asociación de psicología ambiental Psicamb ha publicado en sus redes sociales un conjunto de pautas para estar en casa durante crisis del coronavirus (Psicamb, 2020).
Por otro lado Silvia Gismera Neuberger, psicóloga de la salud, experta en gestión del descanso, sueño y hábitos saludables, ha publicado en sus redes sociales un conjunto de pautas para mantener un buen sueño durante el confinamiento (Gismera Neuberger, 2020).
Usando estas fuentes y añadiendo otras que iré mencionando, he elaborado un catálogo de espacios de fuga en tu hogar, para que los localices, los adaptes y puedas “salir” del confinamiento:
(Foto de Najib Kalil en Unsplash)
01. Naturaleza, paisajes, jardines, patios y terrazas (aunque no tengas)
Si tienes la suerte de contar con un jardín, patio o terrazas de uso privado, seguro que el confinamiento estará siendo más llevadero ¿verdad? Son espacios que te cuidan. Te aportan luz y ese contacto con la naturaleza y con el exterior que tanto necesitamos en circunstancias normales, más si cabe en ésta. Los balcones se han transformado en todo un símbolo de relación con los demás, de expresión, que nos permiten sentir que formamos parte de un gran colectivo.
(Foto de Tanya Prodan en Unsplash)
Desde tu espacio exterior, puedes observar los elementos naturales: las plantas, aves, insectos… seguro que haces grandes descubrimientos, hay todo un ecosistema en tu jardín. También puedes observar los elementos artificiales: cotillea los edificios de enfrente o la calle si se ve. Darte un baño de luz, con las medidas de protección adecuadas, incluso puedes analizar cómo usas este espacio y plantearte algunas modificaciones o hacer labores de jardinería.
(Foto de Scott Webb en Unsplash)
¿No tienes un jardín, patio o balcón? Echa mano de tus plantas de interior. Organiza un jardín de interior, haz un poco de plantscaping. Crea jardines en los espacios que más habites en tu día a día. Si teletrabajas, seguro que has transformado tu salón en una oficina ¿te imaginas disfrutar de tu jardín de interior mientras trabajas? Es una delicia, te lo digo por experiencia.
(Foto de Armando Castillejos en Unsplash)
¿Tampoco tienes plantas de interior? No desesperes, además de aprovechar esos momentos en los que está permitido salir, puedes visitar espacios naturales o los jardines de otros a través paseos virtuales de manera gratuita. Te recomiendo la web UPM forest life, es una experiencia global de paseos el bosques con sonido ambiental.
Otra opción es leer sobre naturaleza, parques y ver fotografías, en ese caso te recomiendo Mompin’s Jardins, un blog de Josep M Mompín Valeri, paisajista y ambientólogo. Tiene visitas tanto a jardines como espacios naturales. También puedes visitar tu biblioteca, seguro que encuentras algún libro de fotos o sobre naturaleza.
Te recomiendo la lectura de “El Poder del Bosque” de Qing Li (Li, 2018). Da pautas para llevarte el bosque tanto a casa como a tu espacio de trabajo introduciendo plantas, aromas de la naturaleza, pausas con vistas a un espacio verde, incluso sonidos (Li, 2018, p. 227).
Que no te apetece leer o pasear de manera virtual, para eso está instagram, encontrarás una auténtica colección de plantas, jardines y paisajes. Te recomiendo estos hashtags:
Hay muchos más que seguro irás descubriendo. Incluso te pueden servir de inspiración para crear tus propios jardines, si no ahora, más adelante.
También puedes colgar fotografías de paisajes lejanos en tus paredes, si dispones de ellas o incluso viajar sin moverte el sitio como Xavier de Maestre, deja volar tu imaginación.
Sin duda, esta falta de contacto con el medio nos hará apreciar más nuestro entorno y habrá personas que descubran la naturaleza y el respeto por el medioambiente.
(Plantscaping de andar por casa | Foto de cómo crear historias)
02. Ventanas
Despeja todas tus ventanas, ábrelas si el tiempo lo permite, sube todas la persianas, ¡qué entre la luz y el aire!
Puedes utilizar estos huecos para observar elementos naturales y artificiales en la distancia. Escucha, ahora se oye más el canto de las aves. Date un baño de luz, con las medidas de protección adecuadas, por supuesto.
Si tus ventanas dan a un patio interior y apenas iluminan las estancias, puedes colocar espejos que reflejen la luz hacia tu espacio.
Si no entra apenas luz, por la mañana echa mano de la luz artificial led, incluso puedes subir el brillo de tus pantallas (Gismera Neuberger, 2020).
(Río Alberche a la altura de Villa del Prado (Madrid) | Foto de cómo crear historias)
03. Ampliación de espacios
Puedes escapar ampliando tus espacios de varias maneras (Psicamb, 2020):
- Pon orden y guarda cosas.
- Si dispones de varios espacios, puedes delimitar actividades a cada espacio, para ayudarte a reducir diferentes estímulos.
- Cambia la disposición del mobiliario, puedes analizar el uso que haces del espacio y adaptarlo mejor a tus necesidades. Por ejemplo, si necesitas un lugar calentito y con iluminación para trabajar, busca ese espacio en tu casa y transfórmalo en tu oficina.
- Si no tienes mucho espacio, haz un uso flexible de éste: un mismo lugar puede servir para diferentes acciones tan solo cambiando la disposición del mobiliario. Eso sí, respeta que el espacio de cama sea para dormir, nos advierte Silvia Gismera Neuberger (Gismera Neuberger, 2020).
- Busca espacios infrautilizados y dales un uso.
- Distingue entre lugares privados y comunes. Resérvate algún espacio para estar tiempo a solas, todos necesitamos momentos de privacidad.
(Photo by Sergio Rodriguez - Portugues del Olmo on Unsplash)
04. La orientación si importa
En 1963, el arquitecto Viktor Olgyay, publica su gran obra: “Arquitectura y clima. Manual de diseño bioclimático para arquitectos y urbanistas” que se convertirá en un gran clásico de la arquitectura bioclimática donde nos habla de la relación entre los edificios y el medio natural que los envuelve. Entre otros muchos temas de gran interés, nos sugiere determinadas orientaciones para cada una de las estancias (Olgyay, 2002, p. 62)
¿Qué orientación tienen cada uno de los espacios de tu vivienda? Igual es hora de replantearte el cambio de uso de alguno de tus espacios. Unas orientaciones, vinculadas a unas condiciones de luz y temperatura determinadas son mejores para una actividad que para otra.
(Joe Colombo, Multi-Chair, 1970 | Upload by ISERN Lionel en Pinterest)
Puedes analizar cómo usas tu vivienda, ahora que pasas tanto tiempo en ella. Planifica los cambios necesarios para acomodar tus espacios a vuestras necesidades y relacionarte con el exterior. Unos podrás solventarlos en el momento, otros, requerían más medios de los que podrás disponer en un futuro. Incluso si lo necesitas, podemos ayudarte para guiarte en el análisis y adaptación de tu vivienda desde este nuevo enfoque.
Mientras tanto, quédate en casa, de esta vamos a salir.
(Orientación recomendada según uso | Infografía: cómo crear historias. Fuente: Olgyay, 2002, p. 62)
Fotografías: (Por orden de aparición)
- Foto de Miguel Á. Padriñán en Pexels
- Foto de Jean-Guy Nakars en Unsplash
- Nacimiento del Rio Cuervo, Cuenca | Foto de cómo crear historias
- Foto de Marcio Henrique en Pexels
- Foto de Ava Coploff en Unsplash
- Foto de Najib Kalil en Unsplash
- Foto de Tanya Prodan en Unsplash
- Foto de Scott Webb en Unsplash
- Foto de Armando Castillejos en Unsplash
- Plantscaping de andar por casa | Foto de cómo crear historias
- Río Alberche a la altura de Villa del Prado (Madrid) | Foto de cómo crear historias
- Photo by Sergio Rodriguez – Portugues del Olmo on Unsplash
- Joe Colombo, Multi-Chair, 1970 | Upload by ISERN Lionel en Pinterest
- Orientación recomendada según uso | Infografía: cómo crear historias. Fuente: (Olgyay, 2002, p. 62)
- Foto de cottonbro en Pexels
Bibliografía:
Aragonés Tapia, J. I., & Amérigo Cuervo-Arango, M. (Eds.). (1998). Psicología Ambiental. Psicología Pirámide.
Burgos Espinosa, M. (2020, 17). Salir del bloqueo. Montse Burgos Espinosa.
Fernández Carrasco, A. (2020, 19). Descienden los niveles de contaminación durante el estado de alarma del coronavirus. Greenpeace España.
García Fernández, M. (2019a). ¿Cuánta naturaleza necesitas? Erase una vez los baños de bosque. como crear historias.
García Fernández, M. (2019b). Healing gardens, los jardines sanadores que te cuidan. como crear historias.
Gismera Neuberger, S. (2020). Mantén un buen sueño durante el periodo de confinamiento.
Maistre, X. de. (1999). Viajes alrededor de mi cuarto y otros relatos (relatos completos). Espasa Calpe
Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, BOE-A-2020-3692 p. 25390 a 25400 (2020).
Moreno, C. (2020, marzo 13). Una visión urbana sobre la crisis del coronavirus. El País.
Olgyay, V. (2002). Arquitectura y clima: Manual de diseño bioclimatico para arquitectos y urbanistas (2a edición). Gustavo Gili Diseño.
Pires, L. S., Andrino, B., Llaneras, K., & Grasso, D. (2020, 17). El mapa del coronavirus: Así crecen los casos día a día y país por país. El País.
Psicamb. (2020). Pautas para estar en casa durante crisis del coronavirus.
(Foto de cottonbro en Pexels)
Nos hemos convertido en una especie urbana, sin embargo necesitamos pasear y estar en contacto con la naturaleza.
“Por primera vez en la historia, más del 50% de la población mundial vive en zonas urbanas. Para 2050, el 70% de la población mundial vivirá en pueblos y ciudades.” nos avisan desde la OMS (OMS, 2010).
El mundo se está urbanizando rápidamente y esto provoca una grave alteración del ciclo natural del agua, entre otras consecuencias relacionadas con el cambio climático. Además nos afecta a nuestra salud, comportamiento social y estilo de vida.
Las ciudades son receptoras y generadoras de cambio climático. Aumentar la infraestructura verde ayuda a revertir la situación según Olga Algayerova, directora general de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (Toharia, 2019).
Vista general de “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
En el ciclo natural del agua, parte de la precipitación la interceptan las plantas antes de tocar el suelo. El resto se infiltra en el terreno aumentando su humedad. Cuando no puede absorber más, se acumula formándose acuíferos, lagos, ríos, … que conectan con nuestros mares y océanos, donde flota nuestro verdadero pulmón del planeta (Lorca, 2019). De esta forma, los lagos, acuíferos, ríos y embalses son las principales fuentes de agua dulce de consumo humano. Completa el ciclo, la evapotranspiración vegetal y la evaporación a través de la acción del sol, que devuelve el agua a la atmósfera en forma de vapor y cierra el ciclo (Trapote Jaume & Fernández Rodríguez, 2016, p.5).
Sin embargo, el proceso de urbanización, viene acompañado de un aumento de las superficies impermeables que no dejan filtrar el agua al terreno. Los paisajes naturales desaparecen y esto modifica el ciclo del agua y altera su composición. El agua circula a grandes velocidades por superficies impermeables y va arrastrando toda una colección de contaminantes que acaban en nuestros ríos, humedales y mares. También ocasiona un gran problema de drenaje y de gestión del agua de lluvia (Trapote Jaume & Fernández Rodríguez, 2016, p.5). Los sistemas de drenaje convencionales colapsan, pues se ven obligados a absorber grandes cantidades de agua en muy poco tiempo, por lo tanto la manera tradicional de urbanizar, contribuye a la creación de inundaciones.
New Orleans | Fuente: Pixabay
“Las inundaciones son fenómenos dinámicos, complejos, multidimensionales e influidos por variables humanas y ambientales.” Así influimos los humanos en las inundaciones de la cuenca mediterránea (González, 2019)
Si a este proceso de impermeabilización de la superficie y distorsión del ciclo natural del agua, le sumamos la ubicación indebida en espacios potencialmente inundables y que los episodios de lluvias torrenciales y las olas de calor, pueden intensificarse con el cambio climático, el desastre está servido.
Las inundaciones causan grandes pérdidas humanas y materiales. De hecho, la inundación es la causa que más pérdidas económicas ocasiona (un 69.90% de cuantía pagada por los seguros) y la que presenta un mayor número de incidencias (seguida por las tempestades ciclónicas atípicas) según los datos del Consorcio de Compensación de Seguros entre los años 1987-2016 (Consorcio de Compensación de Seguros, 2018, p.6).
El daño está hecho, seguirá produciéndose y te afecta de manera directa cada vez más. Pero no nos quedemos ahí, en el mensaje negativo, tratemos de contribuir a poner una solución.
Diagramas de ciclo del agua en la naturaleza y en la ciudad | Infografía: cómo crear historias | Fuente: Hidrología Sostenible e Iglesias Diaz, 2013
¿Qué puedes hacer tú para evitar las inundaciones?
Las acciones que puedes realizar, son diferentes según las oportunidades que tengas de ponerlas en práctica:
- Lucha contra el cambio climático, estamos ante un estado de emergencia climática. Piensa cómo están contribuyendo tus acciones al cambio climático y trata de buscar una alternativa sostenible en la medida de lo posible. Es una medida a largo plazo y requiere la colaboración todas las personas. Toda acción suma.
- No construyas ni vivas en zonas que puedan inundarse (Observatorio de la Sostenibilidad, 2019) ni dentro de la Delimitación del Dominio Público Hidráulico. Eso es obvio, sin embargo, según advierte Santiago Martín Barajas, ingeniero y responsable del área de aguas de Ecologistas en Acción en la Cadena Ser, son ya 50.000 las construcciones en zonas de alto riesgo de inundación (Gregori, 2019).
- Renaturaliza tu ciudad, no impermeabilices el suelo o por lo menos, si lo tienes que hacer, que sea lo mínimo posible. Respeta el ciclo natural del agua ¿cómo? usa Soluciones basadas en la Naturaleza (IUCN, 2017), como los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) acompañados de una renaturalización el espacio a través de plantas y árboles. Contribuye a crear una infraestructura natural para la gestión del agua. Y aquí es donde quería llegar con este artículo, a hablaros de los SUDS para animarte a incluirlos en tus espacios si tienes la oportunidad.
Inundación | Fuente: Pixabay | Autoría: skeeze
¿Qué son los sistemas urbanos de drenaje sostenible o SUDS?: la naturaleza como fuente de inspiración
Los SUDS son elementos de la red de drenaje que permiten recoger, transportar, descontaminar, retener, infiltrar y evacuar el agua de lluvia de manera sostenible (Trapote Jaume & Fernández Rodríguez, 2016, p.10).
Se trata de Soluciones basadas en la Naturaleza que se apoyan en el ciclo natural del agua para hacer más sostenible su gestión, filtrando las precipitaciones en el terreno o retardando su entrada en los sistemas de drenaje.
Su objetivo es resolver los problemas de cantidad y calidad de la escorrentía urbana, a través de la renaturalización urbana, minimizando el impacto. Con ello se consigue un fomento de la biodiversidad, con los valores ambientales y sociales que supone para nuestra salud y la de nuestro entorno.
“La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
¿Por qué necesitas SUDS?: beneficios y contribución a la resiliencia climática
Si los SUDS cuentan con vegetación:
- Disminuyen el volumen y caudal punta de la escorrentía: la vegetación intercepta el agua de lluvia y el resto se retiene, por lo tanto, reduce el volumen de agua de escorrentía en los momentos pico.
- Aumentan la proporción de área permeable.
- Estimulan la biodiversidad del entorno al ser soporte de una flora que atrae a la fauna.
- Retienen sedimentos, aceites, metales pesados y otros contaminantes, por lo tanto mejora la calidad del agua mejorando la calidad del agua y del aire.
- La lluvia que cae sobre la vegetación, se devuelve a la atmósfera por evapotranspiración.
- Recargan los acuíferos.
- Ayudan a combatir el efecto isla de calor de las ciudades.
- Absorben el ruido urbano.
- Los sistemas con almacenamiento efímero de agua en superficie, introducen áreas que junto a la vegetación, mejoran la calidad estética del entorno y constituyen una infraestructura verde y azul.
- Flexibilidad a la hora de diseñar para adaptarse a los entornos urbanos, en la mayoría de los casos.
En el caso de ubicarse en construcciones:
- Reducen del impacto del edificio sobre el entorno al recuperar la superficie ocupada e impermeabilizada en planta, en la cubierta.
- Actúan como aislante térmico, mejorando además la durabilidad de la cubierta, al protegerla.
“La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
La caja de herramientas de los SUDS
Hay multitud de tipos de SUDS todos con el mismo objetivo y que pueden utilizarse de manera combinada según la situación (Perales Momparler et al., 2018) (Trapote Jaume & Fernández Rodríguez, 2016). Cada sistema tiene sus criterios de diseño, beneficios, requisitos de mantenimiento y limitaciones, hay que estudiar de manera específica su aplicación.
Incluir estos sistemas por lo general, no supone una gran repercusión sobre el coste de la obra con respecto a todos los beneficios que aporta a nuestro entorno. A continuación os mostramos un breve listado de algunos SUDS con una breve descripción:
- Cubierta vegetal o ajardinada
Sistema multicapa capaz de albergar vegetación sobre una capa drenante y una membrana impermeabilizante sobre la cubierta de un edificio. Puede situarse en tejados, azoteas y terrazas de todo tipo. Su espesor puede variar según su capacidad de retención de agua y el tipo de vegetación. Un buen diseño de cubierta ajardinada puede aportar grandes beneficios climáticos y de confort a las construcciones, además de el disfrute adicional y fomento de la biodiversidad que supone contar con un jardín en la cubierta.
Un ejemplo de este sistema es la cubierta ajardinada de Espora.
Detalle de Parque urbano “La Marjal” en Alicante | Autoría fotografía: Aguas de Alicante
- Pavimento permeable
Estructura portante que permite el paso de peatones y tráfico rodado así como la filtración de agua de lluvia hacia una capa inferior de almacenamiento temporal compuesta por gravas, celdas y/o cajas reticulares. Después de almacenarse, se evacúa por infiltración al terreno para recargar los acuíferos.
Ejemplo: Sistema de pavimentos permeables de LafargeHolcim.
- Jardín de lluvia o rain garden
Es un depresión poco profunda, inundable y vegetada que actúa como un bosque nativo recogiendo, absorbiendo y filtrando las aguas pluviales de las áreas impermeables del entorno (Iglesias Díaz, 2013). Su instalación es sencilla y poco costosa. El agua se filtra y se evacua en menos de 48 horas, pues un estancamiento prolongado podría introducir problemas de mosquitos y olores. Un buen diseño de jardín de lluvia proporciona grandes beneficios para la biodiversidad y el disfrute sensorial.
Sistema de cubierta ajardinada de Espora | Autoría: Espora
- Parque inundable
Es el “hermano mayor” de los jardines de lluvia. Es una gran superficie que durante la mayor parte del año, funciona como un parque normal, sin embargo, cuando hay eventos de lluvia, actúa como un gran depósito que recibe la escorrentía del entorno. Al igual que ocurre con los jardines de lluvia, el agua se evacua en menos de 48 horas o se recircula de manera constante hasta su eliminación, para evitar la cría de mosquitos y los malos olores. Es el soporte de actividad social del entorno, constituyen una infraestructura verde y azul.
Un ejemplo de este tipo de espacios es el Parque Urbano “La Marjal” en Alicante. Desarrollado por Aguas de Alicante en colaboración con el Ayuntamiento de Alicante.
Ejemplo de rain garden | Fotografía de Urban Patch
- Franja Filtrante
Superficie cubierta de vegetación con una pequeña pendiente para generar un flujo lento. Se produce un filtrado a través de la vegetación, que produce una disminución de la velocidad del agua y una sedimentación de contaminantes. Se suelen usar en márgenes o medianas de carreteras.
- Pozo de infiltración
Pozo poco profundo, entre 1 y 3 m relleno con material drenante, al que vierten las superficies impermeables contiguas. Facilitan la eliminación de la materia en suspensión. Se recomienda en zonas con poco espacio
- Dren filtrante
Zanja poco profunda rellena de material filtrante, al que se puede añadir un conducto. Captan y filtran la escorrentía de las superficies impermeables contiguas para transportarlas. Suele aplicarse en los laterales de las carreteras.
- Cuneta verde
Canal ancho vegetada. Su forma suele ser trapezoidal o parabólica en sección, con una base ancha y un talud tendido en los laterales.
- Depósito de infiltración
Depresión en el terreno cubierta de vegetación que recoge, almacena e infiltra el agua de manera gradual.
- Depósito de detención
Depósito donde se almacena de manera temporal agua procedente de la escorrentía aguas arriba. Pueden situarse en zonas “muertas” o compaginados con espacios recreacionales. Pueden ser en superficie (similares a los depósitos de infiltración, pero con más profundidad) o enterrados.
- Estanque de retención
Lagunas artificiales con vegetación acuática, profundidad entre 1.2m – 2 m, con una lámina permanente de agua (entre 2 y 3 semanas). Para contener el agua, la base ha de ser impermeable. El inconveniente es que puede llegar a necesitar agua en estaciones secas y generar molestias por la presencia de malos olores o mosquitos. Para paliar estos inconvenientes se pueden combinar con otras soluciones basadas en la naturaleza como la depuración natural mediante plantas de ribera y recircular el agua, tal como hicimos en “La misteriosa historia del jardín que produce agua”.
Parque urbano “La Marjal” en Alicante | Autoría fotografía: Aguas de Alicante
- Humedal
Similar al estanque de retención, con menor profundidad y mayor densidad de vegetación aporta por lo tanto mayor potencial para la biodiversidad y el uso y disfrute de las personas. Como tiene los mismos inconvenientes que el anterior, también se puede combinar con otras soluciones basadas en la naturaleza: depuración natural mediante plantas de ribera, recirculación, control biológico de mosquitos mediante la introducción de peces insectívoros y nidos de aves insectívoras.
“La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
- Aljibe
Contenedor de agua de lluvia que permite su aprovechamiento. Se interceptan las aguas de lluvia del entorno para almacenarse en él y luego emplearse en usos que no requieran agua potable, como el riego, limpieza de vehículos… Esta solución también la empleamos en “La misteriosa historia del jardín que produce agua”.
“La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
- Alcorque estructural o de infiltración
Comprende el hueco en el pavimento donde se planta el árbol y todo el suelo estructural que lo rodea, de tal manera que permita el desarrollo de las raíces y no interfiera en los servicios urbanos. Este suelo, está formado por gravas o celdas rellenas con tierra vegetal para albergar de manera temporal la escorrentía, de tal forma que el exceso de agua se filtra al terreno si es posible o se redirige.
- Celdas y cajas reticulares
Estructuras modulares reticulares de polipropileno con gran capacidad portante y elevado índice de huecos. Las celdas son planas que transportan el agua y las cajas suelen ser paralelepípedas para almacenar agua de manera temporal. Van ubicadas de manera subterránea en combinación con gravas y geotextiles.
Un par de ejemplos son los sistemas permeables Permavoid 150 de Swan y los de SUDS-Atlantis
Pautas generales para el diseño
Tienes que combinar los diferentes tipos de SUDS antes descritos para intentar reproducir en la medida de lo posible, la hidrología natural y restaurar el ciclo del agua. Tiene que ser una tarea multidisciplinar que involucre a diferentes agentes implicados en el proceso y que englobe hidrología, hidráulica, geotecnia, cálculo de estructuras, impactos ambiental, paisajismo, urbanismo, etc. Para ello, se tiene que establecer una cadena de gestión de la escorrentía que incluya (Perales Momparler & Andrés-Doménech, 2008):
- Prevención: educación, planificación minimizando las superficies impermeables, control de sedimentos, contaminantes, herbicidas, recogida y reutilización de pluviales, entre otras medidas.
- Control en origen de la escorrentía tanto en la fuente como en sus inmediaciones.
- Gestión del agua en el entorno urbano a escala local.
- Gestión de la escorrentía en las cuencas, a escala regional.
Tal como concluye Sara Perales Momparler e Ignacio Andrés-Doménech (Perales Momparler & Andrés-Doménech, 2008), un buen planeamiento, diseño, construcción y mantenimiento de los SUDS, puede mitigar los efectos de la escorrentía urbana, produciendo ahorros entre el 18% y el 50% en tratamiento respecto a los sistemas convencionales, así como en los costes de construcción.
Es necesaria una labor de concienciación a todas la escalas (ciudadanos, empresas públicas y privadas, administración, universidad…), la elaboración de manuales de diseño y construcción, normativa, monitorización de experiencias, investigación y actualización de los nuevos conocimientos y lo más importante, la puesta en práctica de estos sistemas para contribuir a la renaturalización de la ciudad.
¿Te unes?
Agradecimientos:
Eva María Alcón Martín (ingeniera agrónoma y directora comercial de Swan Water Solutions)
Pedro Lasa (socio y director de SUDS – Atlantis)
Nuria Preciado (bióloga consultora en sistemas verdes urbanos de Urban Espora
Clara Rovira (responsable de biodiversidad en Suez España) y Amelia Navarro Arcas (Directora de Desarrollo Sostenible de Alicante)
Gracias por las referencias, documentación y fotografías que habéis aportado, han sido cruciales para la redacción de este artículo.
Fotografías: (Por orden de aparición)
Vista general de “La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
New Orleans | Fuente: Pixabay
Diagramas del ciclo del agua en la naturaleza y en la ciudad | Infografía: cómo crear historias | Fuente: Hidrología Sostenible e Iglesias Diaz, 2013
Inundación | Fuente: Pixabay | Autoría: skeeze
“La misteriosa historia del jardín que produce agua” (2 imágenes) | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
Detalle de Parque urbano “La Marjal” en Alicante | Autoría fotografía: Aguas de Alicante
Sistema de cubierta ajardinada de Espora | Autoría: Espora
Ejemplo de rain garden | Fotografía de Urban Patch
Parque urbano “La Marjal” en Alicante | Autoría fotografía: Aguas de Alicante
“La misteriosa historia del jardín que produce agua” (3 imágenes) | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
Bibliografía:
Consorcio de Compensación de Seguros. (2018). La cobertura de los riesgos extraordinarios en España.
González, D. P. (2019, noviembre 20). Así influimos los humanos en las inundaciones de la cuenca mediterránea. The Conversation.
Gregori, J. (2019, septiembre 13). 50.000 construcciones en zonas inundables. Cadena SER.
Iglesias Díaz, M. I. (2013). Jardines de lluvia.
IUCN. (2017, julio 14). ¿Qué son las Soluciones Basadas en la Naturaleza? IUCN.
Lorca, M. P. (2019, octubre 2). ¿Quién produce el oxígeno que respiramos? La respuesta flota en los océanos. The Conversation.
Observatorio de la Sostenibilidad. (2019, septiembre 14). Inundaciones. Observatorio de la Sostenibilidad.
OMS. (2010). Urbanización y salud. Boletín de la Organización Mundial de la Salud, 88, 241-320.
Perales Momparler, S., & Andrés-Doménech, I. (2008). Los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible: Una Alternativa a la Gestión del Agua de Lluvia.
Perales Momparler, S., Calcerrada Romero, E., & Green Blue Management S.L.U. (2018). Guía Básica de Diseño de Sistemas de Gestión Sostenible de Aguas Pluviales en Zonas Verdes y otros Espacios Libres. Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad. Ayuntamiento de Madrid. Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes.
Toharia, M. (2019, octubre 9). Más árboles en las ciudades. El País.
Trapote Jaume, A., & Fernández Rodríguez, H. (2016). Técnicas de Drenaje Urbano Sostenible. Instituto Universitario del Agua y de las Ciencias Ambientales.
“La misteriosa historia del jardín que produce agua” | Autores de la obra: cómo crear historias | Autor fotografía: David Frutos
¿Te has dado cuenta de que pasas la mayor parte del día sentado en espacios interiores?
Sales de casa, entras en el ascensor y te sumerges en el garaje. Te adentras en tu coche para dirigirte a tu habitáculo de trabajo donde vuelves a repetir la operación pero al revés hasta tu destino. En el mejor de los casos, te saltas la parte del coche y vas en transporte público, aunque no te libras, vas transitando por toda una colección de espacios cerrados. No eres el único ser que pasa la mayor parte de tiempo en interiores, te sorprendería saber que en España, una persona trabajadora tan solo pasa en el exterior una media de 60 minutos al día, es decir, un 4,17% del total del día, según el estudio elaborado por AIMC (AIMC, 2016).
Monte Ontake (Japón) | Fotografía: José González
Te has convertido en una especie urbana que pasa la mayor parte del tiempo sentado en interiores. Te aíslas en tu oficina mirando una pantalla y ni siquiera sabes el tiempo que hace, no disfrutas del paso de las estaciones. Estás deseando que llegue el fin de semana o las vacaciones para romper esa cotidianidad que te hace sentir una máquina de producción que va de un habitáculo a otro. Sin embargo, no provienes de una especie urbana, evolucionaste hace muchos años en un medio exterior, en contacto con la naturaleza, no lo recuerdas, pero tus genes si.
Diagrama ¿Cómo es un día normal en la jornada de una persona que trabaja? | Fuente: AIMC | Infografía: Cómo crear historias
¿Cuánta naturaleza necesitas?
Tanya Denckla-Cobb y Timothy Beatley plantean una gran idea: la pirámide de naturaleza. Se basan en la pirámide de la alimentación para generar un gráfico con la dieta de naturaleza necesaria (Beatley, 2012). En la base de la pirámide, localizan las experiencias diarias en nuestro entorno más inmediato; le sigue una vez a la semana, rutas de senderismo regionales; una vez al mes una escapada a un parque natural; cada año o cada dos, un viaje nacional o internacional a la naturaleza salvaje (Fernández Calvo, 2018, p.40-41). Esta dieta, te permite librarte del «trastorno por déficit de naturaleza» que sufres, un concepto creado por Richard Louv, que define un alejamiento de la naturaleza por parte de las personas y sus repercusiones negativas en la salud y calidad de vida (Louv, 2012)
Perteneces a una especie que necesita caminar y estar en contacto con la naturaleza, en espacios exteriores
La especie humana se inició cuando un primate se puso en pie en plena naturaleza, probablemente para poder ver mejor dónde encontrar comida, luego comenzó a caminar y no paró durante milenios hasta la aparición de otras maneras de desplazarse que han ido dejando de lado al primer medio de transporte conocido, el más sostenible y sano. No has dejado de andar completamente, por supuesto, pero caminas menos ¿verdad? y eso es preocupante, sobre todo para tu salud y tu mente.
Por un lado la capacidad de caminar contribuyó al desarrollo de tu cerebro, te liberó las manos y la cara, ampliaste tu capacidad de comunicación y de maniobra (Le Breton, 2008, p.16).
Por otro lado, caminar aporta grandes beneficios para la salud, por ese motivo en España, desde diferentes instituciones están promoviendo la creación de rutas saludables, de las que hablaremos en otro artículo, para animarte a salir y caminar más. Sin ir más lejos, en el año 2018, la Federación Española de Municipios y Provincias junto con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, editaron una guía para el diseño, implementación y evaluación de un Plan de Rutas Saludables (Aznar Laín et al., 2018).
Así que no hay duda, todo parece indicar que perteneces a una especie que necesita caminar y estar en contacto con el exterior y la naturaleza.
Diagrama Pirámide de naturaleza | Fuente: Tanya Denckla-Cobb y Timothy Beatley | Infografía: Cómo crear historias
El descubrimiento de Qing Li
Qing Li tiene la suerte de trabajar al lado de un parque con muchos árboles y desde su oficina puede ver un precioso paisaje. Incluso todos los días se adentra en él a la hora del almuerzo. Qing Li es inmunólogo y el mayor experto mundial en Medicina Forestal. Los lunes por la tarde lleva a sus alumnos a dar un paseo y los fines de semana visita parques de Tokio. Ha conseguido pasear y pasar más tiempo en exteriores que la media y eso hace que sienta un gran bienestar. Hace años se preguntó porqué le hacía sentir así de bien un paseo por la naturaleza y se dedicó a estudiarlo. Así fue como llegó a investigar el shinrin-yoku o el baño de bosque (Li, 2018, p.1-11).
Monte Verde (Costa Rica) | Fotografía: Nouran Elasily
Erase una vez los baños de bosque
En 1982, el ministro de Agricultura, Bosques y Pesca japonés, Tomohide Akiyama, inventó el término shinrin-yoku (baño de bosque) dentro de una campaña de protección de los bosques. Si se animaba a las personas a sumergirse en el bosque para ganar en salud, se mostrarían más partidarios de protegerlo. Incluso se creó un programa nacional para practicarlos (Li, 2018, p.58).
Según cuenta Qing Li, el término japonés shinrin significa bosque y yoku, baño, así que shinrin-yoku en castellano lo conocemos como baño de bosque y consiste en: estar en la naturaleza y “absorber el bosque a través de los sentidos”. En un bosque, podemos saborear el olor de las flores y el aire fresco, contemplar los cambios cromáticos de la vegetación, oír el canto de los pájaros y sentir la brisa en nuestra piel. No es sólo un paseo (Li, 2018, p.12).
«El arte de los baños de bosque es el arte de conectar con la naturaleza a través de nuestros sentidos.» (Li, 2018, p.117)
Monte Verde (Costa Rica) | Fotografía: Nouran Elasily
¿Qué pueden hacer por ti los baños de bosque?
Los baños de bosque, como podrás imaginar, benefician a la salud, y eso es lo que han ido comprobando miles de personas a lo largo de los años. Esta actividad, está muy relacionados con los healing gardens de los que ya te hablé en otro artículo, pues al igual que estos, el bosque, puede cuidar de ti.
En 2004 se empezó a investigar de manera científica cómo influyen los shinrin-yoku en nuestra salud. Qing Li junto con otros compañeros, se pusieron manos a la obra y comprobaron que un paseo por el bosque podía (Li, 2018, p.64): ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
- Reducir el estrés.
- Reducir la ansiedad, depresión e ira.
- Estimular el sistema inmunitario.
- Aumentar el nivel de energía.
Además, un baño de bosque no sólo te aporta salud (Li, 2018, p.104), también pueden:
- Estimular tu creatividad (Atchley, Strayer, & Atchley, 2012)
- Aclarar tu ideas, estimular la memoria y la atención (Berman, Jonides, & Kaplan, 2008)
- Ayudar a que seas más amable y generoso (Zhang, Piff, Iyer, Koleva, & Keltner, 2014).
Monte Verde (Costa Rica) | Fotografía: Nouran Elasily
Paseo por la naturaleza y creatividad
Creativos de diferentes disciplinas y filósofos afirman encontrar la inspiración cuando se sumergen en la naturaleza. El escritor John Fowles confiesa que su clave novelística reside en la relación que mantiene con la naturaleza (Fowles, 2015, p.39), incluso afirma que “una ciudad inspirada en un bosque hace seres humanos.” (Fowles, 2015, p.73).
Friedrich Nietzsche y Henry David Thoreau, también fueron unos grandes caminantes de bosque. Incluso Thoreau vivió durante dos años en una cabaña que el mismo construyó en Walden Pond, cuya experiencia quedó registrada en su obra Walden (Thoreau, 2006).
Es más «Pasear por el bosque nos aclara la mente y nos ayuda a pensar.» (Li, 2018, p.104)
Estudios como el realizado por Marily Oppezzo and Daniel L. Schwartz apoyan esta afirmación y demuestran que al caminar se incrementa la creatividad en tiempo real y poco después. Si la acción de pasear se produce en exteriores, el aumento es aún mayor (Oppezzo & Schwartz, 2014).
Monte Ontake (Japón) | Fotografía: José González
¿Por dónde empiezas?
Vale, te he convencido, necesitas darte un baño de bosque y alimentarte a base de una dieta de la naturaleza.
¿Por dónde empiezas? Tienes varias opciones, puedes:
- Dejarte llevar por las propuestas de baños de bosque en la comunidad de usuarios Wikiloc, seguro que muchas se ajustan a tu localización y necesidades.
- Fabricarte tu propio baño de bosque. Por ejemplo, en el libro de Qing Li “El poder del bosque” puedes consultar un mapa con los “25 bosques más preciosos de España”. También puedes hacer una búsqueda en Google, nunca ha sido tan fácil.
Monte Verde (Costa Rica) | Fotografía: Nouran Elasily
¿Cómo fabricarte una buena ruta?: pautas de elección
En base a las recomendaciones que Qing Li a la hora de elegir una buena ruta (Li, 2018, p.137) he creado una lista de pautas. No es necesario que la ruta cuente con todas, tan solo valora lo que te interesa encontrar y comprueba si:
- La ruta se adapta a tus necesidades.
- Las cuestas son suaves.
- Los caminos son amplios.
- Las pistas están bien señalizadas, mantenidas y que te ayudan a localizarte: un buen wayfinding es fundamental.
- No tiene presencia de contaminantes.
- Hay suficiente distancia al ruido y al tráfico.
- Cuenta con un elemento acuático como un arroyo, cascada, estanque o lago.
- Tiene variedad de plantas.
- Cuenta con una buena luminosidad.
- Que no tiene más de 2.5 km de longitud.
- Tiene abundancia de árboles, especialmente de hoja perenne.
- Cuenta con guías.
- Tiene posibilidad de baños o balnearios con aguas termales.
- 14. Cuenta con servicios auxiliares que dialoguen con el paisaje, lo respeten y que puedan retirarse sin dejar huella (aseos, restaurante, centro de interpretación…)
Nacimiento del Río Cuervo (Cuenca) | Fotografía: Cómo crear historias
¿Y si no tienes un bosque cerca?: árboles en la ciudad
Siempre que puedas elegir, procura realizar actividades al aire libre en espacios verdes. Pregúntate si eso que estás haciendo realmente se podría hacer en un exterior con vegetación.
Los parques también son lugares estupendos para realizar un baño de bosque, no es lo mismo, pero son muy útiles en el día a día, como hemos visto en la pirámide de naturaleza. Toda gran ciudad cuenta con al menos uno de referencia: Bois de Boulogne (Paris), Hyde Park (Londres), Central Park de Law Olmsted (Nueva York), Shinjuku Gyoen (Tokio), Jardines Rikugien (centro de Tokio)…
Los parques y jardines representan el vínculo que el ser humano crea para conciliarse con el mundo exterior. En su origen tiene un significado mágico, mítico, asociado a la idea de paraíso.
La historia de los jardines se remonta al siglo VIII a. n. e. con los jardines de Babilonia, compuestos a base de terrazas superpuestas, junto al palacio del Rey y al Eufrates, para que los viajeros los pudieran contemplar, ya que el acceso al pueblo estaba prohibido (Wikipedia contributors, 2019).
Sin embargo, hay que esperar hasta el siglo XIX para poder disfrutar de los jardines públicos, que surgieron a raíz de la Revolución Industrial por motivos higiénicos, recreativos y educativos de los habitantes de la ciudad, es decir, por una necesidad social (Fariello, 2018, p.261).
Los árboles en la ciudad son vitales (Li, 2018, p.144):
— Refrescan el aire y reducen el efecto isla de calor.
Según el estudio realizado por Ester Higueras Garcia y Farshid Arama (Higueras Garcia & Aram, 2019), una superficie con más de 10 ha produce una reducción de la temperatura de 1-2 ºC y su efecto se extiende a una distancia de 350 m del límite del parque, así que lo ideal sería contar con grandes superficies vegetales cada 350 m, para poder disfrutar de ellas a pie y gozar de su frescor en verano.
— Juegan un papel importante en la limpieza de la ciudad (entorno a un 90% de las personas que viven en ciudades se ven expuestas a concentraciones que superan los límites de la OMS):
- Filtran los gases contaminantes como el monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, ozono, y óxidos de azufre.
- Eliminan partículas en suspensión (polvo, polen, hollín y humo que aspiramos, producidos en mayormente por los vehículos) sobre todo si llueve a menudo, pues las partículas se posan en las hojas y así la lluvia puede arrastrar las partículas.
— Un árbol puede absorber hasta 4,5 kg de polución al año. El servicio forestal de EEUU ha calculado que los árboles de las ciudades eliminan polución equivalente a 3.800 millones de dólares al año. En Washington DC los árboles eliminan el equivalente a quitar 274.000 coches de las calles, con el ahorro de 51 millones de dólares en asistencia sanitaria. (Li, 2018, 146)
No todas las especies de árboles eliminan la polución en la misma cantidad. Los abedules, por ejemplo pueden absorber más del 50% de las partículas en suspensión según el estudio realizado en Lancaster (Maher, Ahmed, Davison, Karloukovski, & Clarke, 2013)
Si no tienes la suerte de contar con un parque en las proximidades o necesitas más dosis de naturaleza, te proponemos crearte tu propio oasis. Puedes aprovechar cualquier espacio, tanto fuera como dentro, nosotros te podemos ayudar si lo necesitas: cubiertas, terrazas, superficies verticales, rincones… hay infinidad de espacios esperando a ser vegetados.
Monte Ontake (Japón) | Fotografía: José González
Lo sé, no tienes tiempo, así que ¿por qué no planificas tus reuniones de trabajo paseando al aire libre?
Para incrementar la dieta de naturaleza o si no dispones de tiempo para tu “dosis” siempre puedes recurrir a planificar tus reuniones de oficina al aire libre, mientras paseas, lo que se conoce como los Walking Meeting (WaM), y cuenta con su propio estudio científico que lo avala (Kling et al., 2016).
Cada miembro de la reunión tiene un papel y siguen una ruta preestablecida.
Para poder beneficiarte de la experiencia completa, tu oficina necesita contar con una infraestructura verde propia, un jardín corporativo o adaptar la arquitectura del edificio para facilitar el paseo por ejemplo o contar con un espacio verde en las proximidades.
Como ves, por muy mal que lo veas, siempre puedes alimentar tu necesidad de contacto con la naturaleza, tan solo tienes que proponértelo. Como somos seres creativos, seguro que te podemos ayudar a descubrir, encontrar o diseñar los lugares más sorprendentes para crear ese oasis urbano que tanto necesitas, y así disfrutar de un baño de bosque.
Zona ajardinada en las proximidades del Guggenheim Bilbao | Fotografía: Cómo crear historias
Agradecimientos
Gracias a nuestros amigos Nouran Elasily y José González por las fotos de unos lugares tan mágicos: Monteverde en Costa Rica y Ontake en Japón.
Fotografías y diagramas: (Por orden de aparición)
Monte Ontake (Japón) | Fotografía: José González
Diagrama ¿Cómo es un día normal en la jornada de una persona que trabaja? | Fuente: AIMC | Infografía: Cómo crear historias
Diagrama Pirámide de naturaleza | Fuente: Tanya Denckla-Cobb y Timothy Beatley | Infografía: Cómo crear historias
Monte Verde (Costa Rica) | Fotografía: Nouran Elasily
Monte Verde (Costa Rica) | Fotografía: Nouran Elasily
Monte Verde (Costa Rica) | Fotografía: Nouran Elasily
Monte Ontake (Japón) | Fotografía: José González
Monte Verde (Costa Rica) | Fotografía: Nouran Elasily
Nacimiento del Río Cuervo (Cuenca) | Fotografía: Cómo crear historias
Monte Ontake (Japón) | Fotografía: José González
Zona ajardinada en las proximidades del Guggenheim Bilbao | Fotografía: Cómo crear historias
Vivero de empresas y jardín El Coso (Cehegín, Murcia) | Fotografía: David Frutos | Arquitectos: Cómo crear historias
Bibliografía:
AIMC. (2016). AIMC Marcas revela que los españoles pasan casi 15 horas al día en casa.
Atchley, R. A., Strayer, D. L., & Atchley, P. (2012). Creativity in the Wild: Improving Creative Reasoning through Immersion in Natural Settings. PLOS ONE, 7(12), e51474.
Aznar Laín, S., González López, E., Ruiz Peralta, E., Terol Claramonte, M., Martín-Pérez Rodríguez, A., Ravelo Mireles, R., & Campos Esteban, P. (2018). Hacia Rutas Saludables. Guía para el diseño, implementación y evaluación de un Plan de Rutas Saludables.
Beatley, T. (2012, agosto 7). Exploring the Nature Pyramid. The Nature of Cities
Berman, M. G., Jonides, J., & Kaplan, S. (2008). The cognitive benefits of interacting with nature. Psychological Science, 19(12), 1207-1212.
Fariello, F. (2018). La arquitectura de los jardines: De la Antigüedad al siglo XX. Reverte.
Fowles, J. (2015). El árbol (Primera edición). Impedimenta
Higueras Garcia, E., & Aram, F. (2019, junio 24). Investigating the role of Retiro Park in creating the thermal and psychological comfort and tranquility of citizens. Urban Environmental Challenges
Li, Q. (2018). El Poder del Bosque. Roca Editorial.
Louv, R. (2012). Volver a la naturaleza: El valor del mundo natural para recuperar la salud individual y comunitaria. Barcelona: RBA.
Maher, B. A., Ahmed, I. A. M., Davison, B., Karloukovski, V., & Clarke, R. (2013). Impact of Roadside Tree Lines on Indoor Concentrations of Traffic-Derived Particulate Matter. Environmental Science & Technology, 47(23), 13737-13744.
Oppezzo, M., & Schwartz, D. L. (2014). Give Your Ideas Some Legs: The Positive Effect of Walkingon Creative Thinking. Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory, and Cognition, Vol. 40(No. 4), 1142-1152.
Thoreau, H. D. (2006). Walden (2a edición).
Zhang, J. W., Piff, P. K., Iyer, R., Koleva, S., & Keltner, D. (2014). An occasion for unselfing: Beautiful nature leads to prosociality. Journal of Environmental Psychology, 37, 61-72.
Vivero de empresas y jardín El Coso (Cehegín, Murcia) | Fotografía: David Frutos | Arquitectos: Cómo crear historias